Los matices de un Tyler vulnerable

Son tiempos de «Don’t Tap The Glass», pero creemos que el anterior álbum del inconmesurable Tyler, the Creator también tiene algo para este presente y para todo el futuro.

El 28 de octubre (lunes) de 2024 Tyler, the Creator lanzó su octavo álbum “Chromakopia”. Como su nombre de rapero lo indica y como tiene acostumbrados a sus seguidores, es un nuevo proyecto donde cada instrumental, producción, letra, pieza audiovisual y concepto fue creado por él.

Tyler es un artista que desde “Bastard” (nombre referido al sentimiento de sentirse un bastardo por sufrir el abandono de su padre), su primer mixtape, hizo uso de alter egos en sus discos para contar diferentes historias y desarrollar la cosmovisión de cada personaje. Doctor T.C., Wolf Haley, Igor, Bunnyhop, Sam, son algunos de ellos y ocupan un rol específico en cada obra.

El primer adelanto de este nuevo mundo fue ‘Saint Chroma’, canción con la que empieza el disco y también el nombre del nuevo personaje, con un uniforme verde de estilo militar y una máscara de media cara por encima de los labios, que va a rapear a lo largo de “Chromakopia”, hasta su punto de quiebre. Porque a diferencia de otros álbumes del artista, donde los versos e historias generalmente existían solo en una ficción, Saint Chroma es 100% Tyler y Tyler es 100% Saint Chroma.

Vos sos la luz, no está sobre vos, está en vos”, afirma la madre de Tyler al empezar el disco, y como orden militar, comienza una marcha seguida de silbidos, susurros y un coro que indican el camino a seguir. Un sintetizador invita a acelerar el paso, a no perder ritmo, a no abandonar, a sentir la luz y el fuego del que se habló al principio. La marcha redundante y optimista conversa con un coro dulce de Daniel Caesar, acompañante de Tyler en esta ocasión, que remite al mundo de “Flower Boy” en canciones como ‘Foreword’ o ‘Garden Shed’.

Así lo presentó Tyler: “This is the first album where everything I said is true… It’s so honest, that I think I had to wear a mask of my own face to get some of that sh*t out” (“este es el primer álbum donde todo lo que digo es verdad, es tan honesto que creo que tuve que usar una máscara para sacar tanta mierda”). Es tan fuerte enfrentarse a las problemáticas verosímiles que trata en “Chromakopia”, las líneas reales, que le resultaba imposible hacerlo sin una máscara. Y para acompañar esa honestidad, entre canción y canción hay clips en los que su madre, Bonita Smith, le deja enseñanzas.

A lo largo del disco T rapea sobre algunas aristas presentes en sus anteriores trabajos, como la paranoia por su ascenso a la fama (‘Noid’), el paso del tiempo (‘Tomorrow’), su padre abandónico (‘Like him’), su ascendencia nigeriana y su bisexualidad, siendo un contraste, como es usual, frente a narrativas más “clásicas” del Hip Hop como el mundo de los dealers, pimps, las hoes o el coke rap. También trae algunas revelaciones: que casi fue padre a sus 24 años y que sintió miedo y arrepentimiento por no haberse cuidado (‘Hey Jane’), que la monogamia no es para él (‘Darling, I’), que su edad actual, los 33, lo atemoriza, y para mí, el punto de inflexión: Tyler transitó toda su vida pensando que su papá lo odiaba, que no quería estar para él (construyó su carrera a partir de ese dolor) hasta este disco. En él escuchamos la voz de su propia madre decir que fue ella quien decidió que su padre no esté presente para Tyler (‘Like Him’).

Dentro de este nuevo mundo que propone T se encuentran también tracks que recuerdan al sonido de “Cherry Bomb”, su cuarto álbum de estudio, como el antes mencionado ‘Noid, Thought I Was Dead, Rah tah tah’ o ‘Sticky’. Con una voz interlocutora que aparece en ocasiones gritando, golpes y bombos graves que saturan, una voz entrecortada y áspera por momentos, Tyler juega a recrear una atmósfera caótica y sucia pero más sofisticada que el furioso joven que fue en la era de la máscara rosada de ojos saltones. Que T reutilice esas frecuencias de manera esporádica a lo largo del disco puede responder a una visita a aquellas sensaciones que aún viven en él, pero que no lo dominan por completo. Incluso lo hace de manera más lúdica y optimista: “Always talkin’ about potential, bitch, I am the better me” (“Siempre hablan del potencial, perra, soy la mejor versión de mí mismo).

Mr. Morale and daddy issues

Los días posteriores al lanzamiento hubo un fuerte debate sobre si “Chromakopia” estaba inspirado o era una imitación de “Mr. Morale and the Big Steppers”, el anteúltimo trabajo del rapero Kendrick Lamar. En este disco, se escucha a Kendrick hablando de abusos intrafamiliares, traumas, daddy issues, sus miedos más terribles y mundanos, otra demostración de una nueva corriente dentro del mundo del rap, donde escuchamos a hombres rapeando desde la vulnerabilidad.

No es errado pensar que Kendrick haya inspirado a Tyler ni que haya abierto una nueva puerta sobre la manera de expresar emociones a través del rap. De hecho, en ‘Rah tah tah’ Tyler lo deja bien en claro: “The biggest out the city after Kenny, that’s a fact now” (“El más grande después de Kenny, es un hecho”). Hace años tienen relación (aunque no exista un featuring aún) y Tyler expresó en 2022 su admiración por el proyecto: “We gotta cut the bullshit and be more honest, and that’s what Kendrick is doing with [Mr. Morale & The Big Steppers]” (“Hay que dejar de jugar y ser más honestos, eso es lo que está haciendo Kendrick”).

Sin embargo, como mencioné anteriormente, no es la primera vez que Tyler utiliza experiencias personales para aplicar en sus barras, considero incorrecto afirmar que se origina a partir del último trabajo de Kendrick, ya que T hace uso del no-vínculo con su padre desde que comenzó a grabar música. En ‘Answer’, canción del 2013 perteneciente a “Wolf”, Tyler expresaba “Dad isn’t your name, see faggot’s a little more fitting / Mom was only twenty when you ain’t have any fucks to spare” (“Tu nombre no es papá, cagón sería más apropiado / Mamá sólo tenía veinte cuando te dejó de importar”) y además renegaba de características físicas que heredó de su progenitor. Pero un ambiente melancólico acompaña también al track, al ritmo de un Tyler desganado diciendo “I hope you answer (“Espero que contestes”).

Vivir en Chromakopia

Pero, ¿qué significa y qué relación tiene todo esto con “Chromakopia”? La palabra chroma puede referirse a “la intensidad de un tono distintivo” o a la pureza, la saturación de un color. ¿Es “Chromakopia” la tierra donde la intensidad abunda?, ¿Es el momento más emocional y vulnerable de Tyler como artista?, ¿Haber descubierto la verdad sobre su padre dio vida a “Chromakopia”?

Para el psicólogo e investigador Fermin Romero Navarro (2003) los hijos “necesitan un modelo paterno para formar su yo, para consolidar su identidad, para desarrollar sus ideales y aspiraciones”. Podríamos afirmar que Tyler, sin saberlo, necesitaba de una resolución de su conflicto paterno para terminar de construir otro universo y llegar finalmente a la tierra de “Chromakopia”. Mirar ese chroma hasta pulverizarse los ojos.

Los hijos -continúa Navarro-, sintiéndose reconocidos, queridos y valorados por sus padres, son capaces de  integrar normas en sus proyectos personales coherentes. En su ausencia, explica que es posible desarrollar una estabilidad emocional débil o que varíe en picos exagerados.

Sobre esto, en sus primeros trabajos, escuchábamos a un Tyler inestable, furioso y lleno de rencor por el abandono de su padre. Hasta en sus ficciones incluía narrativas delictivas como abusos, secuestros, asesinatos, situaciones contrarias a los valores que un padre presente y amoroso debería transmitir. No se puede hablar de lo que no se conoce. Luego, tras la confesión que su madre le hace, escuchamos a un Tyler indulgente y compasivo, que perdona y entiende las decisiones que hizo su principal cuidadora, aceptando su apellido paterno Okonma y los rasgos que definitivamente heredó de su lado. 

Como un big bang, la revelación de que su padre sí quiso estar ahí para él, le permite cerrar un ciclo, pero también darle apertura a una vulnerabilidad y coherencia emocional nunca antes escuchada en él. Acá se encuentra la saturación del color en la que está viviendo Tyler representado en Saint Chroma.

Considerando la narrativa del proyecto, desde su inicio transita por las diversas situaciones hasta llegar a este punto clave, donde Tyler literalmente se desenmascara en ‘Take your mask off’, el track 9, que inicia con un sintetizador agudo que da la bienvenida para mirar cara a cara a su público cuando rapea -en la presentación del disco, este fue el primer momento donde se ve su rostro- y mirarse también a sí mismo, afrontando toda la verdad. Una melodía de piano optimista contrasta con el mensaje autocrítico que deja T en la canción: “Boy, you selfish as fuck / That’s really why you scared of bein’ a parent” (“Chico, sos egoísta a más no poder / Por eso tenes miedo de ser padre”).

Sigue con ‘Tomorrow’ donde, acompañado de un sonido acústico para comenzar y una voz desganada, la tristeza del paso de los años se puede escuchar y sentir en el fraseo de T. No solo reconoce la vejez de su madre, sino también su deseo de que Tyler le dé nietos: “My mother ‘s hands don’t look the same / These jet black strands are turning gray / I’m gaining weight, I’d rather rest / The thought of children, it brings me stress” (“Las manos de mi mamá no lucen como antes / Sus mechas negras se están volviendo grises / Estoy ganando peso, prefiero descansar / El solo hecho de pensar en niños ya me estresa”)

Y el punto donde todo culmina, Like him. Un track que remite al sonido de ‘Are we still friends?’ de “IGOR” por sus coros desgarradores y un final que implosiona en melodía, percusión y sonido envolvente. Inicia con su madre diciéndole a T cuánto se parece a su padre; por su cuerpo, sus pies, sus brazos largos, y él pregunta desesperadamente “Mama, I’m chasing a ghost? I don’t know who he is” (“estoy persiguiendo un fantasma? no se quien es él”) como si la figura que tanto deseó estuviera, pero solo en su imaginación, sin terminar de encontrar qué parte de su identidad le corresponde a esa sombra. 

Por último, un detalle personal que aprecio del disco, finaliza de la misma manera que como empezó, con el coro de “Chromakopia”, dando un sentido cíclico al nuevo universo creado por Tyler que es como la vida misma, donde nada es lineal, nada es blanco o negro, hay más dudas que certezas. 

No solo podemos reconocer matices a lo largo de la discografía de Tyler, porque como productor no se priva de investigar ningún sonido o género, sino que también en este disco de manera individual, viaja por momentos de éxtasis, bombos saturados y veloces, hasta melodías de piano y coros suaves. “Chromakopia” investiga y explota estas variantes ya conocidas de Tyler, con la diferencia de un componente en esta nueva faceta: la aceptación de sí mismo a través de su propia historia.

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