No se puede hablar de música electrónica sin mencionar el afamado techno. A pesar de ser un fenómeno mundial, el género nació como una respuesta de la juventud afroamericana de Detroit ante el declive de la ciudad después de las luchas sociales y económicas libradas en décadas pasadas. Dentro de ese grupo de jóvenes, sobresalen los pioneros conocidos como el Belleville Three: Juan Atkins, Derrick May y Kevin Saunderson.
De estos tres, Juan Atkins fue el que se llevó todos los reflectores, siendo el primero en traer el término ‘Techno’ a la conversación. Su producción discográfica respalda el reconocimiento, con grandes trabajos bajo los alias Model 500 y Cybotron y en 1998, una década después de los inicios del género, con ambición renovada, un clásico bajo el pseudónimo Infiniti.
“Skynet” muestra a Juan en una nueva luz: mínimos, gélidos instrumentales, que en contraste, están llenos de alma, calor y corazón. Suena contradictorio, ¿cómo estos beats de Techno pueden tener vida? Eso es lo que hace especial al sonido detroitino, que en sus influencias recoge la música del pasado de la ciudad -como el sonido Motown- y los escaparates del pop futurista de Kraftwerk y Yellow Magic Orchestra.
El disco ofrece estas impresiones desde el principio. ‘Skyway’ es un tema con una percusión incesante y repetitiva, acompañada de teclados que simulan voces, y que continúan en bucle a través de la duración del tema. El objetivo, más allá de trasladarte a un espacio futurista, es inducirte al trance y hacer que te pierdas en el sonido. Las influencias de corrientes contemporáneas como el minimal y dub techno se hacen presente en piezas como ‘Subterrainea’ y ‘Electric Circus’: los mínimos y espaciosos kick y bajo elevan los instrumentales a nuevos planos.
La decena de piezas que conforman el disco prescinden de arreglos ostentosos y le da a cada elemento en las canciones, un espacio para respirar. Las transiciones de canción a canción, en cada momento, se sienten impecables y fluidas, dando una sensación de constante movimiento, y en su diseño sonoro, se abre a experimentaciones que recuerdan a vertientes como el ambient techno.
Atkins desde su Detroit natal, miró hacia el futuro una década antes. Un decenio después, cosecha todo el fruto de su visión, reinterpretándola a su manera. En “Skynet”, Atkins marcha a su ritmo y continúa avistando nuevas esferas, algo que sólo visionarios como él saben hacer.