Kevin Morby - This is a Photograph

A veces simulando ser Dylan, a veces Reed, su fraseo salvaje administra la melancolía del relato con una poética ferozmente bella.

La leyenda es conocida: momentos antes de ahogarse, Jeff Buckley se sumergió en el Mississippi entonando uno de los himnos de Led Zeppelin. Ahora, imaginemos que en esos instantes a Buckley lo invadió una voz, un susurro de sirena que lo llevó a las aguas del río al canto de:

If you wanna live forever, jump in deep with the mysteries sweet 
Wade into the water, close your eyes boy and sing:
Want a whole lot of love

A Coat of Butterflies

Quién pudiera atreverse a adjudicarse ese poder, insertarse en la historia y resignificar lo inevitable como lo hace Kevin Morby. Quizás la mejor forma de definir su séptimo disco de estudio sea esa: un hechizo contra el tiempo. 

En “This is a Photograph” Morby encarna el espíritu eterno de la canción norteamericana viajando a uno de sus sitios históricos. Allí, desde el mismísimo Memphis, el LP toma la forma de una fotografía y se vuelve artilugio: una ventana al pasado. Como una fábula de ciencia ficción, el cantautor pasa de espectador a espectro y comienza a narrar desde la postura de alguien que no debería estar ahí. Sus canciones se mueven en ese hábitat fílmico, de extrema calidez en sepia, que usa para reescribir su biografía familiar y, a la par, la de Estados Unidos. A través de ese lente observa su niñez, la vida de sus padres y a sus viejos amores mientras de fondo sucede la historia, Sugar Ray noquea, Tina Turner anima la pista y Buckley acaricia el cielo.

Como la otra gran presencia fantasmal, el amalgama estilístico de la música americana se introduce de a dosis en el combo folk-rock ya aceitado de Morby, quien junto a su mano derecha, Sam Cohen (viejo aliado y notable productor), componen un ensamble extremadamente rico que incluye banjo, pandereta, órgano, cuerdas y coros femeninos. A veces simulando ser Dylan, a veces Reed, su fraseo salvaje administra la melancolía del relato con una poética ferozmente bella. Es un viaje sentido, lleno de corazón, que busca captar la eternidad de lo fugaz.

El tiempo, sabemos, todo lo aplasta. Morby lo tiene claro desde un principio, pero eso no evita que se hunda en los más profundo de sus aguas para sentir el agridulce resplandor de la nostalgia. Por un momento, Kevin captura esa luz, mientras los rayos del sol se diluyen entre sus manos.

Luego de la publicación de esta reseña Morby lanzó “More Photographs (A Continuum)”. Más que un simple deluxe, las reversiones e inéditos expanden el espíritu de su antecesor pero retocadas con otro filtro, colores y formas. Como si fueran las mismas canciones, pero creadas desde otra línea temporal. 

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