Ni relojes suizos, ni trenes alemanes: La precisión del pop español

El debut de Mecano marcó época en España. El pop fue su respuesta a la amarga post-dictadura, un pop de alta costura, inocente y con un brillo que encandila.

Ana Torroja no puede mantener los pies sobre la tierra: Cada sílaba va acompañada de un nuevo paso, un nuevo salto. Su voz tampoco es de este mundo: vuela junto a ella y todas las máquinas que manejan los hermanos Cano. Todo está cronometrado dentro de un disco, pero las manecillas que presentó Mecano en su debut parecieran curvarse y cambiar de forma para mantenerse igual de vigentes a través del tiempo.

Es la sensibilidad que poseen las manos de los buenos artesanos: Armonía y melodía de cálidos sintetizadores que contrastan, por supuesto, un pegajoso bajo new wave. Estas características, una especie de “deber ser”, fueron las que en primer lugar les dieron un lugar en el escenario e imaginario iberoamericano; esas experiencias adolescentes que presentan cortes como ‘Me colé en una fiesta‘ o ‘Me voy de casa‘.

Allí me colé y en tu fiesta me planté
Coca-Cola para todos y algo de comer
Mucha niña mona pero ninguna sola,
luces de colores lo pasaré bien

Me colé en una fiesta

Esta síntesis es la respuesta coherente al regreso a la democracia española, y tal vez a que las primeras incursiones a estos nuevos géneros eran demasiado adultas o rebuscadas. Lo que ofreció el trío fue elegante pero accesible, como lo debería ser un buen reloj. En su interior quiere escapar de las presiones de las grandes disqueras, sin ganas de aprenderlo todo.

La participación de una leyenda como lo fue Jorge Álvarez sirve de indicio que “Mecano” se trata de un álbum con porte. Es europeo: Dedica una instrumental a la boda de Lady Di, e inclina hacia barroquismos siempre que puede, hasta marcar la hora de despedida con la preciosa ‘Sólo soy una persona‘. No sólo europeo, sino que algo más, con arreglos que logran traducir la grandiosidad de la Canción Melódica a tecnologías y estructuras propias, como ‘Cenando en París‘.

Es este barroquismo, esta obsesión por el ornamento y la simetría que va tan acorde a su estética new romantic, el gran atractivo. Tonadas pop con atrevimientos, como la resaca de ‘Hoy no me puedo levantar‘ o el revisionismo de ‘La máquina de vapor‘, pero cuyos conceptos siguen apelando al gran público y que se ganaron el corazón de sus jóvenes.

¡Basta! Más palabras le pongo, más me repito. Que son carismáticos y vivaces, que son una inocente genialidad. “Mecano” es un viaje en el tiempo al inicio de la adultez, donde aún se conserva el brillo de la juventud, y un millón de guirnaldas decoran la noche.

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