La brevedad del contenido que consumimos a diario es cada vez más evidente. Los videos verticales invaden nuestros espacios digitales, intentando acaparar nuestra atención durante pocos minutos con información de dudosa procedencia y muy propensa a ser olvidada. Esto también se ha manifestado en la música creada por chicos de la Generación Z tardía, quienes parecen tener una afinidad particular por el Hip Hop. Esa atracción, se manifiesta en canciones muy cortas (la media es menos de dos minutos) que rompen con el desarrollo convencional de un tema (verso-estribillo-verso-estribillo-puente-estribillo) que así como vinieron, se van y dan paso a la siguiente.
Esa inmediatez musical, acompañada de beats saturados y formas de rapear poco ortodoxas, desentona hasta para los más entendidos en nuestro oficio de oyentes asiduos de la música. Por mucho que internet pueda dar a conocer diferentes formas de expresión, esa saturación de contenido que nos agobia todos los días hace que un montón de música pase fuera de nuestro radar o que directamente no nos genere nada agradable. Sin embargo fakemink, un chico londinense que vino al mundo en 2005 y que lleva la mitad de su vida usando FL Studio, logró construir un sonido que destaca entre sus contemporáneos (vease: xaviersobased, Nettspend, Lil Shine, OsamaSon, 8bellal en España y los SwaggerBoyz en Argentina). Aquel universo de texturas lo hizo con un oído finísimo para samples nostálgicos de la música electrónica de los 2000 y una forma de rapear tan inglesa que ni los miles de efectos que se pone en su voz pueden esconder su acento. Una dualidad de conceptos dispares, pero que logra funcionar.
El primer tema de “London Saviour”, hasta ahora el único disco del jovencísimo fakemink (antes 9090gate), trae a la mesa un sample de Imogen Heap, la artista fetiche de productores como Clams Casino, ícono del rap de internet, y nos declara no sólo su ciudad de pertenencia, sino también sus dudas como artista joven:
I got the London look, no Maybelline
This my fantasy life, not make-believe
Tengo el look de Londres, no Maybelline
Esta es mi vida de fantasía, no es inventada
I don’t even know if this lifestyle for me
Lifestyle differences stay scaring me
Responsibilities stay chasing me
Ni siquiera se si este estilo de vida es para mi
Las diferencias de estilo de vida me viven asustando
Las responsabilidades me viven persiguiendo
Kill Everything
Tras esto, irrumpe un arpegio disonante junto a una grabación que susurra “again”, y luego sigue un tema instrumental. En los 21 minutos que dura el proyecto, oímos el usual ego rapero intentando buscar su lugar de pertenencia en la escena musical que habita, pero también beats que suenan como estar dentro de una nube de lluvia que viaja por arriba del río Thames, esperando el momento para sacar sus aguas encima de los habitantes de la ciudad y deprimirles el día. Es una apelación a la nostalgia dosmilera, fundamentada por un sampleo magistral de Crystal Castles y Tina Dickrow, además de videos que aluden a propagandas de los 2010 que fakemink probablemente no recuerda, algo que parece interesarle mucho a los contemporáneos de su escena. Es la honestidad representada en sus anhelos como artista y los deseos de vivir del arte, y una falsedad aparente que evoca a la doble cara del humano. Incluso su nombre artístico (traducido como: “cuero falso”) busca reivindicar esa dualidad humana, en concreto del lujo y la suciedad, siendo esta otra posible manifestación de la estética tan reivindicada por Westside Gunn.
Este contraste artístico se puede ver en varias cosas de su música. Lo sucio aparece en su voz, con un tono mugriento a pesar de que muchas veces le cambie el pitch, y el constante pastiche de conceptos extraños que aparecen en varias de sus portadas (la de este disco es solo una aproximación leve al pozo sin fondo de portadas raras que usa fakemink en sus lanzamientos), los cuales no parecen tener mucho sentido. El lujo, o al menos lo que una oyente como yo interpreta como lujo, se ve en estos beats etéreos llenos de sintes texturizados que dan una apariencia angelical a muchas de sus canciones. El cúlmen de esto, está en ‘Loser Monologue’, donde fakemink descarga todas las incertidumbres que la fría calle de Londres le acarrea encima de un sample hermoso de ‘Therapy’ de la banda de electrónica alemana Moderat:
Addicted to this money like it’s porn, man, I need it
So much smoke in this room, can’t see
They say love is in the air, feel like I ain’t been breathin’
Adicto a este dinero como si es porno, hombre, lo necesito
Mucho humo en esta habitación, no puedo ver
Dicen que el amor está en el aire, se siente como si no respirara
Winter semester, it’s winter season
Listenin’ to this, now your ears is freezin
Semestre de invierno, es temporada de invierno
Escuchando esto ahora tus orejas se congelaron
Loser Monologue




El abordaje poco ortodoxo hacia el arte es inherente en sus canciones, sin embargo, fakemink no parece apostar por una retórica discursiva tan “troll” que descansa su estética en un “swag” de hace una década (instaurado en parte por el mayor procer de varios de sus contemporáneos, Lil B), sino que busca que tomen en serio una propuesta estética dispar. Su manifestación musical muestra cierta incertidumbre emocional por lo que vendrá, sin parecer tan angustiado por la vida como los Sadboys y la Drain Gang, lo que coloca a sus canciones en un punto medio interesante. Considerando su admiración por Dean Blunt, un artista que también prioriza los samples etéreos con una voz inglesa bien decadente, podemos encontrar su norte expresivo en este tipo de intérpretes que salen de las convenciones más obvias, incluso para el oyente asiduo.
La pertenencia a una de las capitales del mundo occidental es fundamental para entender a fakemink. Irónicamente, él mismo ha declarado no salir mucho de su casa más que para comer o conseguir marihuana. Podemos ver esta dicotomía de ermitaño londinense en un misterioso Instagram, titulado igual que el disco. Fotos de sushi, ropa, modelos y droga, además de imágenes random sacadas de internet, alimentan este sinsentido sucio que atraviesa su estética visual. Esto nos hace preguntarnos hasta qué punto puede llegar a ser el salvador de una ciudad que explora de manera esporádica, una urbe cuya escena musical según él “necesitaba cambiar”. En el disco, vemos ese apego permanente a una mugre londinense oscura, pero también aparecen esos lujos y lugares limpios que representan esa ciudad tan significativa, como el London Eye y el alto costo de vida.
She want the London life, but she won’t ever pay the London price
I don’t even stay in London, right, but please just give it to me one more time
Ella quiere la vida de Londres, pero ella ni va a pagar el precio de Londres
Ni siquiera me quedo en Londres, no, pero por favor dámelo una vez más.
London Life
Tanto ‘London Saviour’ como el resto de sus temas, logran transmitir lo que son los diferentes lados de la vida de un londinense con hambre de crear y encontrar su lugar en el mundo. Es otra de esas manifestaciones extrañas de la juventud, tomando influencias de muchos lados dispares y creando así algo que renueva aquellos sonidos sintéticos a los que nos creemos acostumbrados. Al menos la reiteración del patrón de snares o del flow digitalizado bello (y para personas como yo, un lujo para los oídos) que tanto le gusta usar a fakemink evoca algo del sucio nihilismo humano tan presente en su búsqueda artística y que todos hemos sentido alguna vez en nuestras vidas.
Todo esto lo deja bajo nuestra mira en tanto a lo que vaya a sacar. No deja de sacar singles y quedaremos a la espera de más material de larga duración. Queda ver cómo la profecía del salvador de Londres se cumple.
I hope I die doin’ what I love
Espero morir haciendo lo que amo
Just Kitten