Boots Riley y compañía no serán los más recordados del rap noventero de la West Coast, pero son de los mayores representantes de esas épocas convulsas en una tierra de funk y delirio. Así lo prueba el debut de The Coup: «Kill My Landlord».
The Coup es producto del activismo de Boots Riley (Dato de color: trabajé un tiempo con una muy amiga de él) donde mejor pudo expresar su lírica cargada de sentido pero sin perder de vista el componente lúdico y genuinamente gracioso. Es como si Frank Zappa y Public Enemy hubiesen tenido un hijito.
“Kill My Landlord” (1993) es el primer álbum de la banda, aunque varios de sus temas ya habían aparecido en un EP de 1991. Es un buen debut, con letras ingeniosas y beats con mucha influencia funk (de la mano de Pam the Funkstress y DJ O).
El disco arranca con ‘Dig It’. Ya de un principio nos damos cuenta por dónde viene la línea política de Boots (“Presto, read the Communist Manifesto / Guerillas in the Mist, a Guevara named Ernesto”). El mismo se clasifica como comunista y esa ideología es el motor de muchos de sus proyectos.
Una de las cosas que me sorprendió de investigar a The Coup, y especialmente a Boots Riley, es en la cantidad y variedad de cosas que ha participado. Y no sólo de música, muchos proyectos que en Argentina llamaríamos de militancia o activismo social, hasta una película como“Sorry to Bother You”, donde fue director y guionista. Es confuso porque The Coup tiene un disco del año 2012 con ese mismo nombre, aunque no tiene nada que ver con la película. Pero también tienen un disco que es el soundtrack de la película del año 2018, bajo el nombre de “Sorry to Bother You: The Soundtrack”. Me fui un poco por la tangente, pero esta datita de trivia me encanta.
Volviendo a “Kill My Landlord”: el disco se puede dividir en dos mitades un tanto disímiles. Mientras la primera parte todos los temas suenan muy bien con beats muy pegadizos, la segunda parte empieza a flaquear y se torna un tanto monótono. Pero ya iremos a eso.
A ‘Dig It’ lo sigue ‘Not Yet Free’, que recupera algunos de los conceptos más propios del socialismo y los pone en el contexto de vida afroamericano de los 90. Acá encontramos esa mezcla de contenido social con mucha carga política y parte del juego para que el concepto no se vuelva demasiado depresivo. Cuando Boots dice “Nigg*s, thugs, dope dealers and pimps / Basketball players, rap stars, and simps / That’s what little black boys are made of” no es otra cosa que el origen y destino de la juventud de su comunidad en la época. Parece ser que muchas cosas no cambian de significado, sólo de reinterpretación. Este tema representa muy bien el sonido funk de la banda, con una bajo potente y las contramelodías de los vientos y órganos. A su vez tiene un sonido un poco menos producido que otros artistas de la época, como Dr. Dre o incluso Snoop Dogg; se siente más crudo y quizá un poco más vivo.
En este tema también aparece E-Roc para el segundo verso. Según investigué sólo estuvo en los dos primeros discos de la banda, la cual abandonó para ser un estibador. Curioso. El tema se va en un outro muy funk con saxo, sonidos de armas y explosiones.
El disco sigue con el titulado ‘The Coup’, tema de la banda The Coup. Arranca con una charla telefónica muy divertida entre Boots y un periodista de nombre «Dick Doolittle», el chiste se los dejo a ustedes. El tema está escrito en el contexto de las protestas en Los Angeles por el asesinato de Rodney King, en 1992. De más está decir cuál era el posicionamiento de Boots sobre estos hechos y la respuesta que suscitó. La imagen que nos va relatando Boots es de este levantamiento popular como retribución de los años de injusticias y abusos de poder. Lo dice muy claramente en secciones como:
So break yourself Bush, it’s collection day Break yourself Trump, it’s collection day Break yourself DuPont, it’s collection day You stole the shit from my great granddaddy anyway The Coup
Es curioso que menciona a Trump muchos años antes de cualquier participación política del por entonces empresario farandulero. ‘The Coup’ parece la respuesta que Boots esperaba ante los eventos del año anterior, la organización de su comunidad y la reacción subversiva. Por eso en la canción recorre las calles y nos pinta qué es lo que ve. The Coup no es más que eso, la toma del poder, la revolución pero ahora hecha con rap, juegos de palabras y el scratching de Pam para ir cortando el tema en partes.
Después llegamos a ‘I know you’, mi tema favorito del disco. Primero que nada por el beat. Es pegadizo, tiene mucho groove, con las voces de fondo que funcionan como respuesta a los versos. Se siente un ritmo lento, pero con un buen movimiento. Dentro de todo un beat simple, donde cada parte tiene su lugar adecuado. Es efectivo, siempre que escucho la canción se me queda pegada. La letra claramente está hablando sobre la policía, los pigs, la O.P.D y otras formas en que la que los llama. Es una letra llena de rabia pero que no pierde el tono para hacer comentarios sobre la realidad, como cuando alude a las fuerzas de seguridad trabajando con narcotraficantes o los incesantes casos de brutalidad policial. También tiene dos sketches: uno contando la historia de un cerdito que recibe venganza por un asesinato y otro un instructivo de procedimiento policial. Otro tema que se va en un outro funk, como para no perder el ritmo.
‘I Ain’t The Nigga’ es principalmente una reflexión sobre el término para referirse a uno mismo en la comunidad afroamericana. A su vez no parece ser un debate muy saldado. En la misma línea, ‘Last Blunt’ aborda el tema de la marihuana y su capacidad de esclavizar a un pueblo, hay una pequeña comparación a la forma en que Gran Bretaña introdujo el opio en China para debilitarlos y hacerlos controlables. Finalmente toma la determinación de dejar de fumar y según dice Boots “Cause ain’t no revolution gonna come from a blunt”. El grupo puede caer en lo que muchas veces se ha llamado conscious rap, una forma de englobar a toda lírica que cuestione algunos de los preceptos y concepciones sobre la cultura afroamericana. Riley antepone la revolución y la liberación a la comunidad autorreferencial de goce en su propia miseria, la idea de que la salida tiene que ser por arriba. Como dato de color este tema tiene una linea descendente de bajo que no es frecuente de escuchar. Ayuda a mantener el tema en movimiento y no volverse repetitivo. También me gusta escuchar instrumentos reales grabados, así que suma puntos.
El resto de los temas pierden un poco el foco de la línea que venía. Las letras y los beats no parecen tan inspirados. Esta segunda parte del disco también baja un cambio en más de un sentido.
‘Funk’, si bien tiene un beat, interesante, con un pianito que hace de contrapeso al bajo, la letra se pierde un poco. En interpretaciones que leí habla sobre las diferencias entre comunidades y el conflicto entre ellas.
Cause me and him is gonna decrease the population Now we wonder why our revolution never grow Killin motherfuckers just for steppin on our toe If we had as much funk for our oppressors as we did For ourselves, the blood would never flow again Funk
‘Liberation of Lonzo’ juega un poco con la idea de que el ex-thug de Lonzo ve la luz en la revolución, y el rap, para encauzar su vida luego de ir a la cárcel. Me queda la duda si este Lonzo es Alonzo Williams, un productor en la escena de Hip Hop de la West Coast. Este tema sin dudas parece funk al que simplemente arrancaron a rapearle encima
‘Fo Da’Money’ es todo lo que uno haría para poder sobrevivir, cueste lo que cueste. Podemos entender la decepción en una vida honesta, el bendito sueño americano como una farsa y la vida criminal algo que no es para todo el mundo. Si bien la letra me parece capta interés, el beat se torna monótono y lo que en otros momentos del disco es un funk pegadizo acá parece medio esteril y sin cortes cómicos como para renovar la escucha.
‘Foul Play’ sigue un poco esa línea pero a la inversa. Beat movido pero letra que da la sensación de no llegar a las conclusiones que veníamos oyendo. Estos últimos temas no parecen estar a la misma altura que los primeros del disco, donde letra, música y humor en general estaban bien balanceados y fluyen con sencillez. Estas últimas canciones no incluyen skits o quiebres de la regularidad de la música ni hay mucho juego de palabras ingenioso.
El disco cierra con ‘Kill My Landlord’, que da nombre a la obra. Acá sí vemos un tema mejor construido que los anteriores, con un ritmo un poco más lento pero con más caída. Incluso en temática comparte elementos de punk dentro del funk. Cuando repite “Kill my, kill my, kill my, kill my / Kill my, kill my, kill my, kill my landlord”lo acompañamos y compartimos el sentimiento. Es un track que también encapsula muchos de los temas que venía trabajando en el disco: “America was built on the sweat of black sisters and brothers / Never allowed to breathe but allowed to bleed and breed”; y la solución que nos trae Boots es bastante completa:
Maybe I’ll go to jail, heh, or maybe I’ll get acquitted But the fact still stands I killed my landlord dead Now I’ve got three meals and a roof over my head Kill My Landlord
De acá también destaco que el segundo verso lo hace Defrost, lo cual suena fresco después de casi todo un disco con E-Roc y Boots.
Este es un disco que si bien podemos compararlo con otras obra de su época, como “2Pacalypse Now” o “Doggystyle”, se siente una representación mucho más fiel de la cabeza de Boots, con más apego al funk que 2Pac y más interesado en el comentario político que Snoop.
En conclusión, esta es una gran obra de un artista que nunca quiso comprometer su posición política y cosmovisión para hacer arte. El arte tiene que estar sujeto a su marco teórico o no será arte. La revolución tiene que permear cada uno de los aspectos de su vida, la revolución como una forma de vivir y de hacer arte. Cueste lo que cueste.