Internet cambió nuestra forma de ver el mundo. Para los nacidos antes de su aparición, supuso un shock enorme y se trató de una tecnología rupturista. A los que vinimos al mundo cuando cambió el milenio, nos forjó como personas. Fue en esas paredes digitales desconectadas de la realidad tangible donde Saramalacara encontró un refugio y, también, una de las manifestaciones más horribles y puras de la humanidad.
Esa frase de Heráclito, “nadie se baña dos veces en el mismo río”, aplica para las aguas digitales también. Ni el algoritmo ni las plataformas con las que nos criamos los centennials existen ahora, por más de que los nombres sean los mismos. No es solo que Taringa haya cerrado hace unos meses o que Fotolog lleve años extinto, todo lo que fundó nuestras personalidades en YouTube ahora sería perseguido por una inteligencia artificial que detecta el copyright y el lenguaje inadecuado. Los AMVs serían silenciados y los YTPs limitados a ser exclusivos para mayores de edad. Ares y MSN están enterrados y el fundador de Pelispedia no es el único pirata online que terminó preso por democratizar el arte. Lo que queda es la memoria, testigo siempre tramposo, de una infancia y pubertad sin responsabilidades ni problemas. Internet no es el mismo y nosotros tampoco.
Sara Froján nació el primer noviembre del milenio y creció en la frontera oeste de la capital argentina. Tiene en el abdomen tatuado “Mataderos”, el nombre de su barrio. El anonimato de internet y el graffiti fueron formativos. De “Corea”, su tag en las persianas y vagones, a Saramalacara hay un salto a la masividad poco amigable para alguien de una generación que parece venir de fábrica con ansiedad social. Si para cualquier hijo de vecino volver a tener once, tomar chocolatada y mirar Nivel X es una fantasía habitual, para Sara es un escenario de salvación. En 2019 publicó su primer tema, un trap casi hecho sin ganas, de pura estirpe soundcloud rapper, donde ya estaba la nostalgia como marca de agua.
Fumo porro, veo Cartoon Network
Cartoon Network
A los catorce colando un cartón
Sabes que te extraño un montón
Solo me cogía turros
Pero me gustaba estar con vos
Casi cinco años después Sara es la mayor exponente de todas las músicas de internet en Argentina y recorre el mundo gracias a las miles de personas que la siguen. Llegó su primer álbum, donde colabora con sus ídolos y suena exactamente como quiere sonar, pero la nostalgia crónica sigue ahí. “Heráldica” expresa todas las vicisitudes que agobiaron su existencia, condicionada por el internet como vía de escape para huir del sufrimiento real. La angustia del presente pulula maquiavélicamente y le hace creer que el pasado siempre fue mejor. Ese anhelo por la inocencia del ayer y el dolor de hoy conforma una de las bases de la obra. Desde el principio queda clara esta dualidad contradictoria: “Cuando más feliz era… / Cuando / Menos opciones tenía”.
Después de una breve intro de drum and bass la frase se vuelve canción. ‘Más feliz’ se zambulle directo en la zona fantasma con sus campanas glitcheadas y un breakbeat rociado en rage. Los escuderos de Sara, Dayvan y Evar, son los encargados de hacer realidad su imaginario de fantasía digital etérea. Las etiquetas “digicore” y “hyperpop” con las que la han catalogado nunca le hicieron justicia del todo, pero en “Heráldica” se vuelve obvio que son insuficientes. La herencia musical del cloud rap cargado de intensidad emocional, una corriente fundada por los Sad Boys y la Drain Gang en los 2010, envuelve el proyecto y la elección del sueco Fredrik Okazaki (productor del último mixtape de Yung Lean “Stardust”) como ingeniero de mezcla da pauta de esto.
Hay toda una porción de la última generación de adolescentes que está conformada por manojos de estrés y ansiedad que vivieron su pubertad con la sensación de no poder adaptarse. Los y las “único y diferente”. El Hip Hop, que hace décadas es el principal medio de expresión de los marginados en el mundo, les llegó también como espacio de identificación y evocación en Soundcloud, un submundo de música hecha por y para la web. El cloud y el emo rap, hijos de una generación criada por Chief Keef y My Chemical Romance, fueron posibles en esa geografía digital y devinieron en el pluggnb, el rage y más estilos que juegan en los patios del software a distorsionar voces y samples y mezclarse entre sí para renovarse. Para esa generación los clásicos no son Los Beatles, Michael Jackson ni Wu-Tang Clan, son Britney Spears, Linkin Park y Lil Wayne. Más que nadie en Argentina, Sara representa ese lado de la juventud, que parece mínimo, pero que cuando se encuentran en un punto común se dan cuenta de que tan solos no estaban.
La especificidad de referencias de Sara es una de sus armas. Otros tratan de ser universales lavando todos los detalles, ella menciona cada influencia de su personalidad. Para la salida de su EP “eclips3” creó una web con 333 hipervínculos a todo tipo de rincones de internet, de memes a foros de discusión académica. La intertextualidad de las letras de “Heráldica” nos llevan a un cuarto lleno de posters con todo lo que amó en los tiempos que ahora añora. El punto más extremo es la inesperada colaboración con Miku Hatsune en ‘10Percs’. Antes del nightcore y la primera oleada del K-Pop, los otakus elegían entre dos caminos para sus mp3: el metal o el vocaloid. La visibilización de la inteligencia artificial y el autotune para la inteligencia colectiva llegó después, pero a principios de la década pasada en Japón crearon una serie de personajes que le ponían voz a la música que escribía cualquier usuario de todo el mundo. Miku fue el holograma y su salida del baúl de los recuerdos para esta ocasión nos exhibe esa inocencia idealizada, incluso aunque una voz robótica e irreal nos exprese su tristeza y su soledad.
パーティーを出るともう朝の7時
10Percs
私はアイドルって分かってる
けど、夜は孤独を感じてる
ねえ、気分が晴れないのはいつから?
あの夏の日々は、もう戻らない
私の人生は、永遠の洒落怖
Cuando me voy de la fiesta ya son las 7 de la mañana
Sé que soy una idol
Pero en la oscuridad me siento tan sola
¿Cuándo empecé a sentir que no estoy bien?
Los días de verano nunca volverán
Mi vida es un eterno chiste aterrador
Todo “Heráldica” remite a la digitalidad, aspecto que se percibe en el diálogo del videojuego “Kingdom Hearts II” que aparece en el interludio ‘_S’ y en la dimensión electrónica y surreal que Dayvan y Evar le brindan al disco. El interludio también cuenta con un sample de la intro de la icónica serie británica de los 2000 «Skins«, adorada por un gran porcentaje de millennials y centennials que la vieron en emisión. El caso de esta serie es paradigmático: televidentes del mismo grupo etario la rechazan por tratar contenidos como la muerte, los trastornos mentales, el abuso de sustancias y las relaciones tóxicas, no necesariamente con un ojo crítico. Es una representación de lo que implica ver ficciones violentas y lo problemático que puede ser si se lo romantiza, cosa que impactó en la inocencia juvenil de Sara. No es menor que el otro feat del disco, Yung Beef, también tenga sus referencias a “Skins” en su reconocido mixtape “ADROMICFMS 4”, donde se utiliza al personaje de Effy para aludir a un sentimiento de pérdida y angustia gigante causado por un corazón roto y por un excesivo consumo de drogas. La compañía del granadino, casi unánimemente considerado la figura más importante del trap en nuestro idioma, viene a representar otro aspecto del disco, el horror personal que te genera la adicción a los psicoactivos y la soledad que implica la fama.
Y es que la vida te dice «para»
Tokio Hotel
Pero lo que está pa’ ti nadie lo para
Y es que el sufrimiento no se para
Pero un gangster sigue, no se para
‘Tokio Hotel’ continúa construyendo esta nostalgia con más referencias a cosas icónicas de los 2000, específicamente a la banda alemana Tokio Hotel y a ‘In The End’ de Linkin Park, banda sonora de muchos videos de peleas de Naruto, muy populares en los primeros años de YouTube. El trance y el electropop que circulaba por infrarrojos y bluetooth en esa misma época también tiene su revival acá en texturas y colores que se reacondicionan a los tiempos que corren con tinturas cloud raperas y combos melódicos con los que Sara vuelve todo pegadizo. ‘HUMO’ con un piano, kicks y efectos sonoros de fantasía que permanecían ocultos en nuestra memoria logra en apenas unos segundos ubicarnos en 2009. Estas reminiscencias en forma de motivos estéticos hacen a una experiencia que, con varias vueltas de tuerca, juega con lo que es familiar para hacer algo nuevo, imposible de realizarse en la época en que está inspirado.
La heráldica se dedica a entender y explicar los escudos de armas. En la Edad Media o en la Antigua Roma, tallados en esos escudos había símbolos que representaban los valores y la identidad de los portadores y su gente. Hoy seguimos en el estudio de aquellos ornamentos y rangos, porque algo significan. El símbolo es un lenguaje eterno según los semiólogos. Sara parece haber llegado a la misma conclusión y tomó para su obra del imaginario medieval (frases, armaduras en sus videos, el escudo de la portada y más), pero también de la noción de lo que pesan en tiempo y espacio todas esas referencias que imbuye: son los fragmentos que hacen a una identidad.
El trap, la base musical de Saramalacara en un principio, es cada vez menos evidente como fórmula. Cuando apareció la RIP GANG bastaba un skere para ser parte de la nueva ola, pero así de fácil como se instaló, se agotó en la repetición de patrones. “Heráldica” casi no toma los hi-hats típicos del género más allá de unos pocos tracks porque forma parte de un imaginario musical más específico. Más que easter-eggs hay mamushkas. La siniestra ‘_cuervos’ va a Suicide Boys, que a su vez van al Memphis Rap de los 90 y ‘tu droga’ se agarra del emo rap, que de por sí se abraza al pop-punk dosmilero. Dayvan y Evar, a diferencia de la mayoría de beatmakers del universo sonoro de Soundcloud, no intentan mutar constantemente a nuevos micro-géneros sino que se proponen adosarlos a su escudería como parte de un todo. Sara invoca el espíritu de Avril Lavigne, frases de tumblr., los fanfics y más expresiones que fueron de y para la juventud en su momento. En las tendencias emo más populares y posteos de internet había sentimientos fuertes, aún si casi nunca terminaban como obras artísticas acabadas. Esto último, el criterio y la ambición para darle al cuerpo de trabajo dimensiones a la altura de sus dolores y escondites, es lo que hace a “Heráldica”, veinte años más tarde, el cierre de círculo para toda una generación y su consolidación creativa.
[Historia de Vera:] El magnetismo generado por la paleta sonora de este disco y la nostalgia tóxica a la que apela terminó influyendo de manera indirecta en mi propio comportamiento. Poco después de haber escuchado este álbum por primera vez, tomé la pésima decisión de ver «Destino Final 3» película de la franquicia slasher altamente popular en los 2000. Ver a un montón de adolescentes morirse en situaciones horrorosas me despertó un recuerdo muy específico de mi pubertad, en una pijamada llena de chicas que no conocía muy bien y que no volví a ver nunca después de esa noche. Pensar en eso me angustia, pero también me trae felicidad recordar esa noche sin dormir, expuesta a una ficción sumamente violenta que no podía percibir con ojo crítico y que tal vez estaba mejor sin ver. Al punto que yo misma también anhelo regresar a esos tiempos «más simples», donde veía películas que no debía estar viendo, cayendo así en una nostalgia engañosa que me hace idealizar hoy lo que era vivir en los 2000. Sara representa esta contradicción que implica consumir gore en ‘XQSI‘ en donde dice: “Miro pelis de terror, no me quiero acostar”.
En su corta carrera Sara mantuvo extrañar como motivo recurrente, pero ahora abrió una ventana a los complejos que inspiran esa necesidad de escapar del presente. El álbum contiene menciones explícitas a las autolesiones y llega a declarar que quiere quitarse la vida. La realidad es aplastante. Todo está mal y no se trata de valentía sino de que ¿para qué enfrentarlo? Después de mirar un rato el techo Sara puede verse ahí colgada. Para sobrellevar el lunes a lunes tenemos a nuestra disposición mecanismos de evasión que tal vez empeoren la situación, pero pensar en mañana es muy difícil.
Los deseos de desaparecer son tan grandes que uno duda hasta qué punto internet ayuda a Sara a lidiar con eso o solo le incentiva a lastimarse. En ‘.tumblr’, las redes vuelven a ser este refugio dónde sus usuarios construyen una identidad paralela a la que muestran en su vida real. En el proceso de recordar estos tiempos oscuros, la nostalgia vuelve a confundir su mente.
Voy buscando en internet como matarme,
.tumblr
no quería que mi mamá me encuentre ni que vea tumblr,
no quiero que vea mi tumblr
Sangre, mi brazo en partes
mi style huérfano como Sasuke,
siempre quiero que sea todo como antes
Una vía de escape mucho más peligrosa son las drogas. Por la nariz o por la boca, hay venenos para elegir y muchísimas ofertas. Sara cuenta lo que le pasa y en su universo de armaduras medievales y avatares 3D también hay cosas tan realistas como una SUBE con polvo. La malacara, Hatsune Miku y Yung Beef tomando juntos percocet son parte de este slice of life que se va cada vez más de las manos. En ‘XQSI’ Sara ruega que un dealer le conteste y en ‘Humo’ nos lleva a una rave frenética para bailar y llorar.
El humo en la disco me hace bien
HUMO
Me tomo las meds, me hace bien
Ningún mecanismo de evasión se sostiene a largo plazo. No hace falta demonizar el consumo para saber lo que genera una adicción, especialmente para quienes tienen una salud mental frágil. El internet fue hecho a imágen y semejanza del hombre esquizoide del Siglo XXI, tiene espacios seguros a unos pocos pasos de tugurios con las peores pesadillas hechas realidad. La mentalidad de crisis nos desespera con la idea de que nada le gana a lo efímero y que todo tarde o temprano pierde el poco sentido que puede tener, ¿Entonces a dónde vamos? al pasado, cuando teníamos razones o no las necesitábamos. Pero, después de mucho estar perdida en esa utopía, voluntariamente o no, Sara empezó a encontrar algunas certezas.
En todo “Heráldica” hay rastros de una representación de la fe en Dios como algo real y tangible. La religiosidad es el camino que Sara emprendió para poder escapar de todos los males que le atormentaban. Se observa que, después de sobreexponerse a situaciones que contribuyeron a su malestar mental, necesitó encontrar una salvación que la ayudara a sentirse mejor y encontrar su lugar en el mundo.
Hablé con Dios, me dijo que mi lugar era otro mejor
DIAMANTES&KALASHNIKOV
Hay una percepción atea generalizada en la juventud que percibir la religión como una fantasía para gente que tocó fondo, incluso Sara juega con esta idea cuando dice “y ahora soy creyente, como un fisura en rehab”, pero el poder de darle sentido al mundo y la vida no es algo a subestimar. Creer ordena el interior de uno y ofrece explicaciones. Ella no sólo se bautizó antes de presentar este álbum al mundo, sino que en ‘tu droga’, al final de “Heráldica”, nos plantea la conclusión de una etapa de su vida. Para no sucumbir a la muerte y las vicisitudes digitales, debemos mejorar y lidiar de la mejor manera posible con nuestra realidad. Para Sara, esta herramienta será su fe, y nos quedará a nosotros encontrar lo que mejor cierre con nuestra realidad y cosmovisión.
Y ahora soy creyente, es morir o mejorar
tu droga
Tras declarar sus intenciones para el futuro, decide desprenderse de aquella droga que le hacía mal. “Yo no necesito tu droga” tal vez esté aludiendo a un amor fallido, quizás se está desprendiendo de aquellos males que forjaron los costados más siniestros de su persona o puede que le esté diciendo adiós a ese mundo con el que creció. Ella misma dice que “escribe en figuras retóricas”, así que nos queda a nosotros interpretar qué es aquello que ha decidido soltar para ser una persona más sana consigo misma y con el mundo que la rodea.