Biografías sobre bandas hay muchas. Lo que no se ve con la misma frecuencia son libros que se detengan en la proporción 1:1. Es decir: un libro por un disco. O quizá sí que haya bastantes. De hecho, existe una popular colección completa llamada “33⅓”, parte de la editorial inglesa Bloomsbury Publishing. Sus libros son cortos: entre cien y doscientas cincuenta páginas. Y, uno a uno, revelan historias detrás de álbumes clásicos de la música popular. Ahora, en cuanto a la calidad, esta es más bien dispar, y ahí es cuando podemos hablar de que no hay tantos libros, o al menos no tantos tan buenos como el que escribió Kim Cooper sobre “In The Aeroplane Over The Sea”, la obra maestra del indie folk lanzada en 1998 por Neutral Milk Hotel.

Los esquemas que rompió “In The Aeroplane Over The Sea” no fueron pocos. De hecho, ni siquiera se limitan al slacker folk, pues la influencia del álbum además traspasa las barreras del género, transformando la obra en un eje central de la historia del folk noventero. Es un disco de una personalidad única. Claro, no hay que dejar de considerar que al formar parte del paradigma del folk, está muy basado en la personalidad de quien se para frente al micrófono. En este caso, Jeff Mangum; guitarrista, vocalista y líder creativo del proyecto. Pero nunca, ni en este disco ni antes, Neutral Milk Hotel sacó del centro de la propuesta el hecho de ser una banda. Y este álbum fue revolucionario en ese aspecto, al menos en términos de producción y propuesta: cuando entra toda la banda, el sonido literalmente explota. La batería comienza a saturarse, el bajo a distorsionarse y la guitarra acústica a sacar ese chicharreo tan icónico del proyecto.
Es tal el nivel de potencia incendiaria alcanzada en estas explosiones que incluso se puede hablar de influencia en proyectos venideros de indie rock. Y eso tan solo en el aspecto estrictamente musical y de producción, pero este disco además tiene toda esta otra dimensión mística que reside en las letras de Mangum. A veces muy personales, otras particularmente crípticas, y hasta unas cuántas referencias literarias aparecen (desde “La Biblia” hasta el “Diario” de Ana Frank). No cabe duda de que se trataba de una personalidad controvertida e interesante. Nada más cercano a su música.
El marco teórico del libro de Cooper
Cuando se aborda el arte desde el periodismo -y excluyendo las reseñas de lo que sea-, muchas veces es preferible para la audiencia evitar estas aproximaciones en tono de lectura de la obra con las que un autor puede salir. No porque carezcan de un valor intrínseco o algo así, sino que porque es fácil caer en malas interpretaciones o lecturas demasiado vagas y poco aportadoras. Una cosa es, por ejemplo, ensayar o teorizar sobre un disco (que por cierto que está muy bien), y otra muy distinta es construir narrativas periodísticas en torno a su historia. Si se pretende hacer una cosa, se debería comprometer con esta.
Pongamos, por ejemplo, dos libros sobre una misma banda recientemente publicados en Chile: existe por ahí “Ya Viene La Fuerza”, de Alejandro Tapia y también editado por Clubdefans (al igual que la edición español del libro sobre “In The Aeroplane Over The Sea”), que es una extensa y completísima crónica sobre los primeros siete años de la banda sanmiguelina Los Prisioneros, desde su formación hasta la grabación del segundo disco. Pero es eso, periodismo sin segundas interpretaciones ni lecturas. Al mismo tiempo, también tenemos de manera contemporánea “Cultura Prisionera”, una colección de la editorial Santiago Ander compuesta por múltiples ensayos de varios autores que teorizan en torno a las letras del trío nacional. Esta vez no hay mucho periodismo, pero sí un trabajo de cabeceo que permite salir con las más interesantes lecturas sobre el artefacto artístico original.
La metodología investigativa y su aplicación al abstractismo del arte
El caso es que el libro de Cooper respeta sagradamente el primer camino. Es un trabajo de rigor periodístico como pocos. Primero aborda con una capacidad de síntesis envidiable los comienzos de la banda y el registro y publicación de los primeros dos álbumes; “Hype-City Soundtrack” (1993) y “On Avery Island” (1996) en el marco de un muy completo esquema contextual que permite entender a cabalidad cómo fue posible que se geste una banda de las características de Neutral Milk Hotel. No tanto desde lo musical, como si desde las características de los suburbios de Estados Unidos en los 90, que privilegiaban las condiciones para que expresiones artísticas de este tipo proliferaran.
Y no es solo un tema de cacarear sobre la escena de Neutral Milk Hotel. Algo tan común en el periodismo musical: sacar listados de referencias musicales o georeferenciales de artistas con algún denominador en común cuya mera mención realmente no aporta demasiado a la comprensión del artista eje del que se esté hablando. Aquí es lo contrario: Todas las bandas mencionadas tienen alguna importancia. Naturalmente, la mayoría fueron parte fugazmente del sello/colectivo Elephant 6 (cuyo génesis, también ampliamente detallado en el libro, es tanto o más interesante que la propia historia de la banda de Jeff Mangum y compañía) como The Apples In Stereo o The Olivia Tremor Control. Estos proyectos dan cuenta de una escena que no solo compartía valores en su ética de trabajo, sino también creativa. Por eso algunos de estos proyectos comparten magnitud de influencia y permitieron, en buena parte, la proliferación de los álbumes de clásicos de proyectos como, por ejemplo, nada menos que Songs: Ohia o The Microphones.
Parte de las aventuras biográficas retratadas en el libro de Cooper aportan luces de manera bastante didáctica sobre cómo es que “In The Aeroplane Over The Sea” terminó sonando así. A su vez, explican un poco como se perfiló la personalidad de Mangum que se cuadró con Neutral Milk Hotel a fines de la década de los 90 para dar con el personaje que explotó en el disco. Incluso va más allá. Un disco que el libro -con mucha responsabilidad- postula como ilustrativo para entender la intimidad detrás de las canciones de “In The Aeroplane Over The Sea” es “Live At Jittery Joe’s”, una placa en vivo de Jeff Mangum solista en la que ofrece versiones más desnudas de varias canciones de la obra. El caso es que complementar la lectura del libro de Cooper con el disco de Mangum definitivamente termina por cerrar un círculo. Como se dice en cierto guión de los hermanos Coen: “It really ties the room together”.
Pero lo realmente interesante llega a la hora de leer cómo este trabajo periodístico está aplicado a la música. Cooper tiene una espectacular sensibilidad para ejecutar esa estirpe periodística ateniéndose a los matices de la música, explicándolos desde lo práctico y los hechos. Hay mucho del misticismo musical de “In The Aeroplane Over The Sea” que Cooper aborda desde lo pragmático: ¿Por qué esa guitarra suena así de “cruda”? ¡Eso tiene una explicación periodística! Y así constantemente. Prácticamente cada matiz de producción tiene su explicación lógica y aterrizada en una fuente que lo explica a partir de una anécdota. Y muchas veces, estas anécdotas son más que simplemente eso, pues estamos hablando de un disco histórico no solo para el slacker folk, sino para todo el mundillo indie, y de condiciones particulares de producción (en este caso, a cargo de Robert Schneider), entonces ya pasamos a discutir sobre historia viva de su respectivo género. Solo por mencionar un ejemplo, se explica la eterna interrogante que rodea el sonido de esa guitarra acústica tan plana, oxidada y en la cara: ¡La conectaron directamente a la mesa de sonido, así de sencillo! Eso por no contar momentos de real tensión dramática como la grabación de ‘Oh Comely’, que detallarla en esta reseña derechamente contaría como spoiler. Es un gran momento del libro y es mejor no arruinarlo.
Cooper, al tener acceso directo a las fuentes, desvía cualquier mirada de fanático que observa desde abajo y, como buena periodista, se limita a retratar bajo las habilidades de su pluma. Este libro es, más bien y ante todo, una crónica; un relato. De hecho, cuando se llega al momento de la lamentable separación de Neutral Milk Hotel, se siente como algo fácil de entender, pues el camino estaba narrado de manera tan prolífica que solo quien se obliga a sí mismo a rechazar el estilo de la autora podría sentirse abstraído del relato. Neutral Milk Hotel había sido un proyecto hijo de su tiempo, cuando ese tiempo se terminó, ellos también. No es mucho más complejo que eso. Le pasó a otras múltiples bandas de Elephant 6.
El caso es que teniendo la seguridad de un piso de calidad fijo, ¿qué puede ser más atractivo que leer una crónica hecha y derecha sobre Neutral Milk Hotel e “In The Aeroplane Over The Sea”?
Esta publicación, junto con el libro que escribió Mike McGonigal -también originalmente para la colección “33⅓”- sobre “Loveless”, de My Bloody Valentine, son parte de las novedades que trae la editorial chilena Clubdefans a Argentina en el marco de la Feria de Editores (FED), próxima a celebrarse en la Autónoma Ciudad de Argentina entre el 7 y el 10 de agosto.
