El Club Audiovisual siempre buscó algo más que hacer música. La ambición de la banda nunca le permitió saciarse desde lo exclusivamente sonoro. Con el pasar de los discos precisó cada vez más dimensiones para alcanzar dicha saciedad. Como si el mensaje tuviese que personificarse y caminar por sí mismo hacia el oído para asegurar su llegada a destino. Atravesado por influencias desde Coldplay y Arctic Monkeys hasta Weezer y Go-Neko!, el grupo desarrolló un sonido que, además de inscribirse contextualmente en una nueva escena nacional, dio una nueva vitalidad al rock alternativo argentino.
El cuarteto compuesto por Delfina Gel (bajo y voz), Juan Costa Viaggio (batería), Tomás Peláez y Matías Vertula (guitarras y voz) forjó su multidimensionalidad a partir de una evolución paulatina. “Ya No Estamos Tan Solos” (2020) su álbum debut, es el primer atisbo a una amplia capacidad de creación de imaginarios. El proyecto viene a abastecer una pulsión acrecentada por la pandemia: la de pensar y sentir por fuera del umbral de la propia conciencia. Una sonoridad etérea se cruza con el arte de la distorsión para desdibujar los límites de la espacialidad. Como si en pleno encierro hubiéramos podido asomarnos por la ventana con la cara destapada sin que hiciera falta movernos de nuestra habitación. La banda logró, luego de tres años de EPs, apropiarse de un sonido generador de sensaciones.
En 2023 llega “El Club Audiovisual”, disco totalmente merecedor de su homonimia. Su profundidad estética hace de los imaginarios una experiencia vívida. Estas canciones están cargadas de un carácter fílmico. Habitan dos dimensiones en simultáneo, estableciendo un marco en el que todo lo que escuchamos puede proyectarse cinematográficamente. Durante veintiocho minutos contamos con un Blockbuster entero a nuestra disposición. Podemos vivir en todas las películas de los 2000 al mismo tiempo.
En este proyecto es que el grupo logra por primera vez hacerle honor a su nombre desde la búsqueda sonora, desplegando una capacidad de producir experiencias multisensoriales.
Una vez publicado el segundo álbum, la situación emocional de los integrantes volvió necesario incorporar una tercera dimensión. A su ambición artística habitual se le adelantó la necesidad de una música que acortara las distancias. “relicario” (2025) es un disco tangible. Un trabajo manual tan minucioso como sensible que puede entregarse de una mano a otra, de corazón a corazón. Son canciones que hicieron para abrazarse a ellos mismos, pero cuentan con toda la fuerza para abrazar a quien lo necesite, como el consuelo de un amigo incondicional. Esta colección grupal de recuerdos fue puesta en una caja con la esperanza de que quien la abra pueda apropiársela y, quizás, encontrar en estas historias un amuleto personal.
La materialidad impregnada al sonido de “relicario” surge de una búsqueda novedosamente textural. A partir de la incorporación de Dayvan (principalmente reconocido por su trabajo con Saramalacara) al proceso creativo -definido por la banda como un “artesano del sonido”- el Club emprendió un camino de innovación con el objetivo de añadir colores digitales al heartbreak rock que tanto nos acompañó en la radio. La intersección de la drum machine con las guitarras crudas, tanto como la del tejido en crochet con su respectivo boceto en píxeles, podría desencajar pero hace total sentido. Y sí: en tiempos en los que nos referimos al celular como una extensión de nuestra mano, en los que nuestro contacto con el mundo está atravesado por las pantallas, la creación no puede desentenderse de estas herramientas. Hoy la artesanía es también una labor tecnológica. El Club Audiovisual logra abrazar la naturaleza de su época para setear estándares que expanden los horizontes de la escena alt-rock nacional.
Para palpitar la pronta presentación del disco en Niceto me reuní con Delfi, Juan, Mati y Pela a intercambiar sobre relicarios y reliquias, amores y desamores, ambiciones, metas alcanzadas y un poco del presente y futuro de los shows en vivo.
Estuve leyendo sobre relicarios y rescaté tres premisas. La primera es que tienen el propósito de trazar nexos con el pasado ¿A qué pasado los lleva relicario?
Mati: El disco nos ayudó a hacer catarsis con un montón de cosas. Fue una oportunidad de depositar muchos recuerdos para poder seguir adelante. Quien abra el relicario se va a encontrar con todo lo que vivimos desde que salió nuestro segundo disco hasta ahora.
Pela: Desde el principio el disco te sitúa en el pasado. Abre la puerta a recorrer un camino de transformación que hicimos. A través del arte uno puede transformar las cargas emocionales que tiene y a partir de eso liberarse.
Delfi: Yendo a la literalidad del relicario y la relación con el pasado, el disco un poco simboliza esa situación de “guardar la foto de tu amante que se fue a la guerra”. Creo que lo que uno hace cuando compone o escucha música es justamente sacar una foto. Nosotros le sacamos una foto al momento que estábamos viviendo y la guardamos en este relicario para que después quien lo abra redescubra…
Mati: …nuestros traumas [Risas].
Una Canción con Odd Mami dice “no hace falta esconder en una canción mi corazón”. En este disco el corazón está al frente y se abre por completo.
Delfi: Es muy loco ese vínculo, porque ‘Una Canción’ habla de una primera novia y lo que quise plasmar fue “ya no hace falta esconder lo que siento, lo puedo decir a viva voz”. Y “relicario” es un disco de rupturas amorosas en el que nada queda escondido, todo está dicho más a viva voz que nunca.
Mati: Cuando estábamos cerrando el nombre del disco y la idea de tapa, había dos ideas. Yo estaba muy seguro de que se iba a llamar “relicario”. Fran [Dayvan] propuso el nombre y desde ahí me quedé dando muchísimas vueltas. Un día nos juntamos específicamente a discutir el nombre y yo preparé un texto para convencer a todos de que el disco tenía que llamarse así. La idea clave del pitch era que habíamos puesto el corazón en el disco y que la tapa de alguna forma tenía que ser un corazón.
Delfi: El nombre que no quedó fue “amuleto”. Iba por el mismo lado: dejarle algo a un otro, que pueda tener el disco como su amuleto personal, como una compañía. Para mí un relicario puede ser un amuleto, pero un amuleto no puede ser un relicario. En ese sentido, qué suerte que quedó este nombre porque cumple todos los requisitos. Es más abarcativo. El relicario tiene esa particularidad de guardar sentimientos dentro de algo. Y eso está muy conectado con el corazón.
Se detuvieron bastante en lo artesanal: la portada está basada en un crochet ¿De dónde nace ese interés y cómo se relaciona con esta humanidad que atraviesa al disco?
Juan: Algo que estuvo siempre presente en el proceso fue la combinación de lo digital y lo analógico, unir las programaciones y los sintes con la banda de rock en su versión más cruda. En esa dinámica estuvo en el centro lo artesanal, el oficio de tener tacto con la materia. El tejido quedó muy clavado para representar esa esencia. Tal como hubo un ida y vuelta entre diseñar, tejer y digitalizar la portada, lo hubo entre el sound design con Fran y el tiempo en la sala de ensayo para armar las canciones. Creo que por esa materialidad el disco es tan cristalino. Me imagino al relicario como una cajita de cristal.
Mati: De la mano de la combinación que nombraba Juan: si te ponés a pensar en lo que es una foto, las fotos digitales están formadas por píxeles y un pixel es también un punto, como los de tejido. El crochet quedó muy acorde a la mezcla de texturas que se forma en el sonido del disco.
Delfi: Además, para hacer un diseño en crochet primero lo tenés que dibujar en pixel art. Hay un programita en el que elegís la cantidad de puntos. Nosotros trabajamos con una diseñadora mexicana que se llama Luz. Ella nos diseñó unas remeras que tenían una especie de runas en las mangas, con un concepto medieval. Juampi, un amigo nuestro, vio el detalle de que ahí había una espada y nos preguntó si la podía tejer. Quedó increíble y dijimos “la tapa tiene que ser así”. Después se puso con los flyers, nos hizo unos cuellitos para el vestuario de los shows… nos re copamos y fuimos a fondo.
Con Fran ya habían trabajado en Una Canción, pero es la primera vez que produjeron un proyecto completo con él ¿Qué rescatan de él como productor?
Mati: Es la persona más talentosa que conozco. Cuando lo conocí yo estaba recién entrando al Club y él estaba por empezar a producir a Sara. Nos hicimos amigos en la facultad, cuando todavía no compartíamos una escena. Me acuerdo que cuando empezamos el proceso de este disco nos juntamos en la sala con él y con Estani [López] para mostrarle las canciones que teníamos y nos dijo “quiero dos cosas: que todas las canciones sean buenísimas y que suenen como nunca sonaron, que sea algo completamente distinto a ustedes”. Nosotros ya habíamos empezado a escuchar algunas referencias de afuera, de bandas que incorporaron sonidos digitales a la música que estaban haciendo, o algunas que directamente hacen música digital. Y Fran era la persona más afín a nosotros que venía trabajando ese sonido. Incluso tocó con nosotros una vez. Teníamos una fecha en Uruguay y la noche anterior Juan tuvo un problema de salud. Estábamos viendo cómo resolver eso y justo apareció Fran diciendo que se copaba a tocar. Entonces de alguna manera él se fue convirtiendo en un “quinto Club”. Aunque ya veníamos haciendo cosas juntos, creo que antes de hacer este disco él no se daba una idea del proyecto en el que se había metido [Risas]. Fran maneja un estilo de producción diferente al que habíamos implementado en los discos anteriores. Suele meterse en las composiciones, propone melodías y va probando ideas desde lo instrumental. En ese sentido es distinto a Estani, que nos suele corregir detalles una vez que estamos grabando.
Delfi: Hacer un tercer disco era el desafío de encontrar qué podíamos hacer distinto y esa búsqueda empezó en cambiar la forma de trabajar. Inevitablemente haber tenido otro proceso influyó en cómo terminaron saliendo las canciones.
Pela: Fue la primera vez que hicimos una pre-producción. Cada instrumento estuvo mucho más pensado. En proyectos anteriores nos pasó de entrar al estudio y que todavía no nos cerrara una línea de bajo o que algunos elementos chocaran con otros. Acá trabajamos parte por parte. Fran se maneja de una forma muy rápida en la que de repente reutiliza cosas ya grabadas, las pone en reversa, las procesa y saca sonidos muy personales. Es un genio, un hechicero.
Cuando salió el disco, Estani lo describió como “adelantado en todos los sentidos”. Entiendo que hubo una intencionalidad de traer una nueva propuesta a la mesa ¿Qué caminos de innovación ven para el rock y qué lugar ocupa la digitalidad en esos caminos?
Mati: Las bandas de afuera que escuchamos traen mucha innovación desde lo textural. Un disco de este año que me vuelve loco es “It’s a Beautiful Place” (2025) de Water From Your Eyes. Claramente está hecho desde una laptop, pero la búsqueda sigue siendo hacer canciones. También pasa que ir a un estudio a grabarnos es recontra caro, entonces el objetivo es encontrar algo nuevo desde las herramientas que tenemos.
Pela: Cuando empezamos a trabajar en el disco justo salió “Frog in Boiling Water” (2024) de DIIV, que también junta una producción digital con un sonido de banda. De ahí nos agarramos mucho. Fuimos a verlos al Complejo Art Media y nos sorprendió como complementaban las pistas digitales con ellos tocando encima.
Mati: También descubrimos formas de resolver ciertas cuestiones. Somos una banda que toca muy fuerte y de ahí salen dos cosas: por un lado, al no escucharnos una mierda es difícil cantar y por otro, no hay tanto margen de ajuste porque nada puede estar más fuerte de lo que ya está. En ese show de DIIV yo estaba con Berni Ferrón -que produjo “donde van los perros” (2024) de Odd Mami- y me mostró que la banda sacaba todas las vocals por pista. De esa forma podía escucharse todo, porque tanto los instrumentos como la voz podían estar al palo. Era dreamy, pero además era un muy buen complemento. Desde las herramientas que te ofrece la modernidad se pueden resolver los baches del género.
El disco empieza con la impulsividad de quemar todo en cuántas veces me dejé llevar? y a medida que avanza, las letras dejan ver un camino de transformación emocional:
No siento lo mismo que antes
No siento el mismo rencor
lejos de mi
Si te digo que no siento frío en mi interior
lo que me llevo
¿Cuánto se tocan la madurez interna y la artística?
Juan: Algo que relaciono a esta madurez es la dinámica que se armó entre nosotros a lo largo del proceso, a partir de entender que el todo era más importante que las partes. No hubo lugar para el capricho. Lo que mandaba era la mentalidad de hacer algo muy bueno y seguir un camino novedoso. En ese sentido tuvimos que soltar el ego, correrlo a un costado.
Mati: Pasando puntualmente a la narrativa del disco, muchas canciones hablan de un duelo. Duelamos personas que quedaron en el camino en nuestras vidas y, en cierto punto, también duelamos nuestra propia inocencia. Esa ilusión de comernos el mundo que teníamos antes murió en muchos sentidos y creo que entramos en nuestra etapa de más realismo.
Pela: Entramos en contacto con nuestros sentimientos reales, que es algo que en los discos anteriores quizás teníamos miedo de hacer.
Delfi: Hay muchas experiencias compartidas que se dieron de casualidad en el grupo. Pasamos cosas similares (todos cortamos con nuestras parejas, por ejemplo) y eso le dio al disco una temática general de atravesar el dolor juntos. Por más que Pela haya escrito algunas letras y yo otras, todas hablan por todos. Con las letras nos sacamos algunos tapujos que teníamos. Antes pensábamos “¿cómo se me ocurre decir esto?”, pero al final todo termina siendo como ese meme de los dos pibitos que miran por distintas ventanas del bondi, en el que uno está viendo rocas, el otro un paisaje y la frase es “a nadie le importa”. Es genial ser conscientes de que a nadie le importa tanto lo que digamos, porque podemos decir lo que se nos canta.
Mati: Por eso siento que el disco nos resulta un éxito a los cuatro. No porque sea el mejor disco de la historia, pero para nosotros lo es porque pudimos hablar de lo que queríamos hablar. Y encima logramos decirlo de una linda manera. Hubo un enfoque más literario, nos pusimos las pilas en escribir bien.
Delfi: Antes de grabar nos juntamos en mi casa solo a ver las letras y las escribimos todas a mano. Las teníamos en el bloc de notas del celu y Juan insistió en que las pasemos en limpio en un cuaderno. Al final fue medio al pedo [Risas], pero fue gracioso porque se hicieron las doce de la noche, la luz de la luna entraba por el balcón y nosotros tipo “la luna se tiñe de azul…” [Risas].
A lo largo del disco dialogan con una sensación de distancia, pero en cada despedida logran rescatar algo a lo que aferrarse ¿Qué eligen guardar en el relicario?
Delfi: Aprendizajes, sobre todo. Yo intento no evaluar los vínculos en función de cuánto duran. Hay mucha gente que dice “¡eran re linda pareja! ¡qué lástima que cortaron!” como si hubiera salido mal. Y no siempre es así: quizás esas dos personas simplemente se conocieron, formaron un lindo vínculo, aprendieron cosas una de la otra y se distanciaron. Al final te quedás con lo que aprendiste. En el proceso de este disco cambiamos de amores, cambiamos de casa, cambiamos modos de ser. Todos esos aprendizajes son los que quedan guardados.
La segunda propiedad que encontré de los relicarios es su capacidad de resignificar los objetos que contienen. Por más que cada reliquia tenga algo irreproducible, la misma reliquia en manos de otro puede cobrar otro significado. Aunque las vivencias impresas en el disco son plenamente de ustedes ¿Qué creen que tiene este disco de universal?
Delfi: Hay discos que reflejan la condición humana a partir de cosas muy específicas, como el primero de los Arctic Monkeys. Cuando uno escucha ‘A Certain Romance’, que por ejemplo habla de usar Converse gastadas, puede llegar a sentirse identificado, pero no deja de ser algo muy puntual. En ”relicario” hay momentos en los que creo que cualquiera puede identificarse por el simple hecho de ser humano. Pienso en algunas frases que aparecen: ‘de repente’ en un momento dice “¿por qué me tragué las palabras?” ¿A quién no le pasó?
Mati: En ‘lejos de mi’ pasa algo parecido: uno puede interpretar la letra como una ruptura amorosa o como parte del duelo por alguien que ya no está.
Juan: Se me viene a la mente la idea de lo agridulce. El disco está atravesado por varios contrastes entre cosas que parecen opuestas pero en realidad congenian. La condición humana tiene eso: vida y muerte, una rueda que gira y en el medio hay amor, hay cambios, hay cosas a las que nos anteponemos y otras a las que nos resistimos. Creo que en todas las letras lo agridulce está presente.
Este relicario está pensado como un dispositivo común ¿Qué lugar tiene para ustedes la grupalidad a la hora de afrontar lo adverso?
Delfi: Veo a los chicos más que a mi familia. Pasamos mucho tiempo juntos. Cuando alguno está mal, indefectiblemente tenemos que vernos tres veces por semana así que tarde o temprano termina apoyándose en el resto. Somos nuestro primer grupo de contención. Lo que le pasa a uno nos afecta a todos y nos acompañamos en eso.
Mati: Es todos los días seguir eligiéndonos. Estamos hace mucho tiempo haciendo lo que hacemos. Y un día puede pasar que me levante pensando en dejar todo a la mierda, pero elijo seguir con estos pibes haciendo lo que hago. Es eso, levantarnos todos los días y volver a elegirnos.
lo que me llevo es una de sus mayores muestras de vulnerabilidad hasta ahora ¿Qué les genera a ustedes ese tema? ¿Qué significado le otorgan dentro del disco?
Delfi: Es el amante que se va, que no sabe si va a volver y te deja un pedacito de algo para que lo recuerdes. Construimos la canción todos juntos con esa imagen en mente, una imagen grupal de cómo queríamos que terminara el disco. Desde la letra quisimos buscar closure.
Mati: Nos tomamos esto de una manera realmente muy fuerte, casi como algo de vida o muerte. Entonces llegado el final del disco teníamos la sensación de estar dejando el relicario a los oyentes sin tener idea de cuándo o cómo vamos a volver ¿quién sabe qué va a pasar? Buscamos que esa canción se sintiera eterna, la tratamos con la suficiente delicadeza como para que la cuiden.
La tercera y última premisa que tengo de los relicarios es justamente la búsqueda de durabilidad ¿Qué marca creen que deja este disco en el universo del Club? ¿Cómo les gustaría que trascienda?
Mati: Con que a alguien le reconforte escucharlo, ya estamos. Queremos que la gente sienta algo cuando lo escuche. Esperamos que conecten, que sientan que alguien pasó por lo mismo que ellos, que les resuene eso tan personal que pusimos.
Delfi: Yo con este disco me siento liviana. En otros discos tuvimos objetivos más ambiciosos, pero en este caso con que le llegue a la gente estoy hecha.
Juan: Lo que más queremos es que haya una correspondencia con la intención con la que fue creado el disco.
Pela: Retomando la idea de las fotos, me gustaría volver a esta foto en unos años y estar contento de cómo quedó.
Mati: Tomo lo que dijo Pela para decir que espero que en unos años todos estemos mejor y volvamos a esta foto para decir “che, estábamos hechos pija” [Risas]. Ojalá estemos en el lugar en el que queremos estar.
Este jueves presentan relicario en Niceto ¿Qué se puede esperar del show?
Pela: El disco entero, claramente no en orden porque la baja. Yo estreno un amplificador nuevo así que estoy re contento. La iluminación y la puesta también van a estar muy interesantes.
Juan: Yo incorporo un segundo redoblante, así que va a haber varias datas nuevas.
Mati: Lleven tapones [Risas].
Delfi: A nivel energético me gustaría que nos sintamos en la zona, que estemos full focus, conectados espiritualmente entre todos y que el público pueda entrar en esa misma sintonía aunque el disco haya salido hace poquito. También me gustaría ver gente llorando, sería lindo vivir ese flash.
Lleven tapones y pañuelos entonces.
Delfi: Ese título va bien [Risas]. Después de escuchar un par de veces el disco unos amigos me escribieron diciéndome cosas como “che, Delfi, me hubieras dicho que me iba a deprimir”. Pero bueno, cada uno lo vive a su manera.
El Club Audiovisual abre su relicario al público este jueves 23 de octubre en Niceto Club, en donde se estará presentando junto a Error Vanessa.
