Erin Memento: «Como artista llegar en el momento ideal es imposible»

En la previa de su segunda llegada a Argentina, conversamos con la cantautora aragonesa Erin Memento.

Erin Memento se conecta desde Zaragoza natal. Luce la visera reglamentaria y, a pesar de ser su cumpleaños, tiene la misma predisposición para hablar que cualquier otro día. Antes de irse a festejar con su familia conversamos sobre su pronta visita a Argentina. Estuvo en 2023, cuando tocó en la apertura de los shows de Enrique Bunbury y Barbi Recanati. Después de esa primera experiencia, Erin toma revancha para dialogar con la audiencia argentina. La primera parada será para abrirle a Barbi en la presentación oficial de «Único y nuestro«, su nuevo disco. Luego sigue camino sola, será el 30 de noviembre en La Plata, el 2 de diciembre en la sala porteña de Café Berlín y el 4 en Casa Jinete (Quilmes).

Las canciones de Erin encuentran rasgos compatibles con la troupe de guitarristas como Courtney Barnett, Big Thief y St. Vincent. Sensible y reflexiva, moldea sobre el cotidiano, sea el desamor o la taquicardia de un entrenamiento exigente. Así son las letras de su “Carretera fantasma”, el EP que publicó en 2024. Quizás no lo registre, pero al hablar Erin prefiere metáforas que aluden a la capacidad para contener el aire y el ritmo de las cosas, coherente con su decisión de competir con ella misma antes que nadie: un mano a mano con el tiempo.

Antes de descubrir que querías dedicarte a hacer canciones, tuviste una etapa atlética. ¿Encontrás algún paralelismo entre el deporte y la música?

Hay algo en tomar aire, cansarse, ir hacia adelante. Creo que el punto de encuentro sucede también entre lo complejo del mundo de la música y el sacrificio que es salir a correr, algo que encima hago sin música.

Correr te da mucha ventaja cuando desarrollás cierra técnica. ¿Tenés un método para componer?

Si estoy en proceso de componer me siento en mi ordenador determinadas horas al día. No siempre sale una buena canción, pero soy muy creyente de que cuando llega el momento de la canción una tiene que estar preparada y si no te pilla componiendo, la ola pasa de largo. Por eso soy rutinaria, paso dos, tres horas diarias componiendo y si sale algo bueno lo grabo. Desde hace bastante compongo enchufada a un ordenador y a una tarjeta de sonido y tengo el micrófono puesto para grabar la sesión. Me sirve mucho el registro porque si encuentro algo interesante pero que necesita un par de vueltas parto de esa grabación. Siempre tengo que tener guitarra, micrófono, una libreta, hago ese mix entre lo digital y lo analógico.

¿Lo hacés en un momento particular?

Por las tardes. No soy una persona nocturna, en contra del estereotipo de artista.

¿Sobre que dirías que hablan tus canciones?

Sobre lo que estoy viviendo, no tengo un tópico en general, pero sí es verdad que la lírica en español es mucho más rica y tiene muchos más matices. Cuando estoy leyendo un texto consigo sumergirme, estoy conviviendo con lo que me está contando la otra persona. Hablo de lo que me pasa, sea profundo o superficial, y tiendo a hablar de esas cosas terrenales y comunes, usando frases tan sencillas como las que le cuento a mis amigos. Pueden ser conversaciones que tenemos en una terraza, o bar, cosas llanas pero que al mismo tiempo que se pueden contar de una manera muy rica, creo que eso el español lo tiene. A pesar de escuchar mucha música en inglés, no conecto líricamente tanto como con el español.

En este último tiempo se nota un foco particular sobre las cantautoras latinoamericanas y cantantes en español. ¿Cómo ves esa escena? ¿realmente hay una vuelta de estas cantautoras o es que ahora la prensa y los medios están prestando atención?

Absolutamente la segunda. No recuerdo a quien le escuché decir que cuando eres pequeña y todos los referentes que tienes son masculinos puede que te sientas oprimida y te cueste meterte en una sala de ensayo, un espacio que es natural para un tío. De niña pones el freno un poco y tardas en arrancar. Estoy convencida de que, al igual que cuando se dice no hay ingenieras mujeres, no hay productoras mujeres, bueno, quizás no estás entrevistando a las indicadas, o quizás los espacios no están siendo tan permisivos. La composición en la guitarra no tiene género, es para todo el mundo.

En los escenarios tienen que suceder cosas de calidad, no por ser hombre tienes que estar, no por ser mujer o todo lo que existe entre medio. Si tu disco es bueno, tienes que tocarlo y la gente lo tiene que escuchar. Y es esperanzador ver que mujeres con tantísimo talento están teniendo un foco muy grande. Silvana Estrada toca en Madrid y llena, van miles de personas, eso es esperanzador. Tanto en el mundo de las cantautoras como en el mundo de las bandas. Se puede respirar un ambiente donde los escenarios están cargados de tipas con talentos apabullantes. 

Y eso puede ampliar el gusto del público. Este año creo que hay consenso sobre Anónimo de Juana Aguirre como uno de los mejores discos argentinos del 2025. En otro momento de la música no hubiera hablado tanta gente como se está hablando ahora.

Es que como artista llegar en el momento ideal es imposible. Tú haces el disco y si no estás enganchada a una ola popular… hay cantidad de artistas fascinantes que no han conseguido entrar a esa ola. Que «Anónimo» se esté escuchando tanto es una pasada, es un disco de producción compleja, de pararte a escuchar con los cascos. Eso me da esperanza, respiro mucho mejor cuando veo que eso es así. 

En este momento hay una lógica exitista muy salvaje, donde si no sos el número uno no hay propósito que valga. Tenés una postura muy radical sobre esas dinámicas. 

Sé que cosas se hacen para llegar, pero prefiero dormir bien y no torturarme la cabeza. Quiero vivir de mi música, pero siento que no voy a acceder a cosas que no quiero. Hay un conflicto de sumarse a tendencias de cosas que chocan con tu política, colaborar con ciertas marcas, formar parte de ciertos ciclos. Encontrar el equilibrio es complejo, llevar tu propia mochila y decidir a que dices que sí y a que dices que no, siendo consciente de que te estás cerrando puertas. Decirle que sí a algo y que luego te pese el resto de tu vida no merece la pena. 

En Madrid hay una sala que se llama La Riviera, es grande, debe tener un aforo de 3000, y ahora todas las bandas están haciendo shows ahí y luego aspiran a hacer el Wizink que ahora se llama Movistar Arena. Es un pensamiento nefasto, obviamente tu objetivo puede ser llegar a más gente, pero ¿hacer un Wizink como concepto? Seguramente te das la cabeza contra la pared. 

Es algo que sucede una vez, ¿y luego que? ¿Cuánto tienes que ceder para estar ahí? Además tienes que estar preparado. Yo hago estas canciones y quiero producirlas para que suenen de la mejor manera posible, ese tipo de lugares si llegan como una consecuencia fantástico, a nada voy a decir que no, pero no tomarlos como un objetivo. Quiero estar contenta con lo que hago. 

Si bien tu primera referencia adolescente sean The Strokes y Arctic Monkeys, escribís en tu idioma. ¿Por qué pensás que es importante?

Las canciones las puedo tomar de una manera mucho más personal, no hablo de recursos lingüísticos complejos, sino de ser mucho más fiel a lo que me sucede, como hablo en la intimidad y como lo quiero traducir. Estamos en un momento fantástico para la música en español, nunca se ha escuchado en el mundo tanta música en español, pero solo en géneros muy concretos como el underground o en el rock alternativo. En la música de salas prima más el inglés y vende más, creo que suceden cosas que en cuanto género musical están cercanas a lo anglo pero que en lo lírico pueda defender en mi idioma es importante. 

Además hay algo político, porque es mi idioma.

A veces escucho música italiana aunque no tenga idea de lo que dice y no es un freno. Es más, ojalá en algún momento el rock alternativo llegue a espacios en los que no se habla español y eso no sea un limitante. Pero también es una lucha que me apetece.

¿Cuál es tu vínculo con la fantasía?

Soy una persona muy pragmática y realista, pero en el escenario dejo que todo ese absolutismo y consciencia vuele, ahí es pura fantasía y surfearla con sus pros y contras, a ver hasta dónde me lleva. En la composición también, suelto el freno y dejo que fluya, son momentos en los que me quito un poco el cinturón, o con las amigas, dejar de privarme de ciertas cosas. En casa también, la fantasía de dejarse ser.

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