Una flor para vos, una flor para mí

La primavera tucumana llegó con un disco y un ramo de flores bajo el brazo de Nico, conocido como El Chango y las Flores.

Fotos: Gonzalo Andretta (Recital); Foto.orr (Disco); Raskso (Portada de nota).

Cada 21 de septiembre parece un nuevo amanecer. A pesar de que en Argentina la situación es terrible a nivel económico, la primavera impacta a nivel psicológico como una brisa fresca. En Tucumán, el Jardín de la República, es más especial esta estación -lo delata el apodo- porque ya varias semanas antes los árboles y jardines empiezan a florecer. Caminar por la Avenida Mate de Luna es algo parecido a desfilar entre un interminable número de lapachos rosas y amarillos. En esta provincia hay música que se vive sensorialmente como la primavera misma.

Foto.orr.

Este año hubo guiños en internet como el revival de la canción Flores Amarillas de la telenovela juvenil Floricienta, símbolo de una generación en Argentina. Mismo en Tucumán, un chico se hizo conocido por una entrevista (Matías Auad para La Gaceta) en la que estaba esperando el colectivo con un ramo de flores para su novia, un día antes del 21. La cara de enamorado de Joaquín contrastaba con el ceño fruncido de las personas que lo rodeaban, enojadas por la situación conflictiva que vive el transporte público en la provincia.

El Chango y las Flores (Nico Alonso) tiene ya un disco publicado en 2019 “Jugando con la Entropía”. El imaginario que hoy está plasmado con claridad, se dilucidaba ya en aquella época cuando la nota de voz que inaugura aquel disco dice “Hay un jardín, en el que se halla una flor”. Es una producción más austera, conformada mayormente de guitarras acústicas, pianos, algún viento y el cantar de Nico. Hay un abordaje letrístico y musical más melancólico. Desde la visión de él, “los dos tienen el mismo color emocional, solo que Mi Jardín es más maduro, más pensado. Es la evolución”. Cuando le preguntamos al Chango qué cambió desde entonces nos contó: “Me puse a estudiar. Siempre me involucré en la producción musical pero nunca en lo técnico. Entonces quería esa libertad de saber manejar un DAW y tener herramientas para poder expresar mis ideas”.

El 18 de noviembre del 2022 vi por primera vez un show de él. En la Magic Music Box se presentaron El Chango y las Flores, y La Cuestión de la Gran Roca. Desde que uno entraba llamaban la atención los detalles de decoración y la gente circulando con coronas de flores. La presentación de ambas bandas fue impecable, el público disfrutó y se sintió parte. Los artistas eran espectadores y los espectadores eran artistas, hubo un ambiente generalizado de alegría y comunidad celebrando la música. Desde el momento en que internalizás toda la decoración que te rodea y ves que la puesta en escena coincide con todo lo que sucede, la conexión es diferente. El Chango canta “Estando juntos me siento de vacaciones”, el público lo entiende y se siente identificado. Dan ganas de ponerse una flor en la cabeza para cantarle al amor en esos temas tan alegres.

El tiempo pasó, El Chango fue publicando singles y llegó esta primavera con un disco y un ramo de flores bajo el brazo. Probablemente el disco más dulce que vayas a escuchar este año. “Mi Jardín” abre con el cantar de unos pájaros y el primer verso: “Atentamente escucho el bosque hablar / está enseñando a amar pero siempre me pierdo”. Tanto en este proyecto como en el anterior busca la autoconciencia, ser permeable a lo que la vida ofrece y poder expresar sus sentimientos de la forma más pura. Si tiene que decirte que está loco por vos, lo dice: “Quedo estúpido con tu risa”.

El indie tucumano siempre coqueteó con los límites difusos entre el rock y el pop. «Mi Jardín» se encuentra más con el chorus que con la distorsión y los armónicos saturados. Hay un espíritu ochentero que circunda a las canciones, como ‘Quedathe‘ que tranquilamente podría entrar en la categoría «lentos» típica de aquella década. Por momentos busca más el groove en las guitarras y en otras ocasiones no tiene inconvenientes para hacer sonar “más programados” los instrumentos como las baterías. Todo forma parte de las variedades estilísticas con las que juega. Se siente en el producto final que alcanzó la estética que buscaba y explica de dónde sale: “El sonido de El Chango y las Flores lo vengo trabajando hace un año y medio. Es algo que está bien logrado y me siento muy cómodo. Hay bandas que me gustan mucho como Usted Señálemelo, Bándalos Chinos y Tame Impala. Me ceba un montón y me inspira a querer sonar como”.

Eligió como invitados a Ramiro Etse al principio, Lua Muller de Calle Cortada en la mitad, y Agustín Pucheta al final. Acá hay otro detalle en el gran trabajo de la estructura del disco, no solamente es cohesiva a nivel interno sino la forma en la que distribuyó las colaboraciones de forma que funcionen bien dentro de la obra. Los sintes y coros de Ramiro fue un gran aditivo que dio espacialidad a lo que es una gran apertura en ‘Se Va Terminar’. Luana en ‘La Noche de Las Canastas’ ejecuta un estribillo más que memorable, de esos que te encontrás cantando durante el día y si el disco ya venía siendo una cosa dulce, su voz le agrega una cucharadita más. Para subir la serotonina. En el final, Agustín Pucheta se suma al Chango para cantar ‘Vacaciones’, fue el match perfecto agregando otro color vocal al cierre del disco.

Quiero rescatar mi tema favorito del disco ‘El Universo de Tus Ojos’. En el tracklist cumple una función de quiebre antes del final, rompiendo con el tempo y la tonalidad general de las canciones anteriores. Es un ejemplo que se puede encontrar también en otros discos como ‘A Starosta, el Idiota’ en “Artaud” o ‘Paranoia y Soledad’ en “La Grasa de las Capitales”. A su vez, es otra versión del último track ‘Vacaciones’ del cual conserva las estrofas que canta El Chango. Etéreo, con unos acordes suspendidos y una voz con autotune, desarrolla el deseo de estar con esa persona siendo carnal pero al mismo tiempo conservando la ternura. Lleva a su esplendor el aura de un amor casi contemplativo, no llega a caer en poner en un pedestal a la otra persona, pero si valora detenerse a observar y guardar en la retina esos pequeños momentos que son ni más ni menos que las expresiones más simples y puras de amor. Refuerza a lo largo de la letra esta cuestión de ser permeable y agudizar los sentidos, en su significado más literal:

Estando juntos me siento de vacaciones
No quiero nada más que vos en mi jardín
Hay algo extraordinario en tus olores
Nunca entendí pero supera lo que pienso
Cuando te veo me siento de vacaciones
Siempre me pasa que te vas y me perdí

El Universo de Tus Ojos


Este es nuestro jardín

Gonzalo Andretta.

En la Sociedad Francesa se congregan cientos de tucumanos desde su fundación en 1879 para presenciar obras de teatro, música en vivo, proyecciones de películas y una innumerable cantidad de eventos tanto de la órbita de la cultura como de otra índole. Un lugar mítico para la comunidad que supo abrazar a decenas de cientos de artistas de la provincia y que este sábado 14 de octubre tuvo al Chango y Las Flores para presentar “Mi Jardín”.

El lugar estaba teñido de primavera, desde los puestos en los que se vendían ropa y stickers hasta una intervención de Las Bigotudas que incluía una estructura de tres metros de alto -aproximadamente- en la que te podías sentar a tomar el té y participar activamente de una performance junto con las artistas del colectivo. En una sección al costado del escenario, una pared grande decía “Ayudanos a financiar la película de Mi Jardín” junto con pósters y postales que podías llevarte aportando a la gorra. Mucha gente asistió a la Sociedad Francesa vestida con prendas aireadas, polleras, vestidos y en muchas ocasiones estampadas con flores o patrones coloridos. Producto del calor y de la ocasión que convocaba, parecía casi un dresscode.

Se iba llenando el lugar y abrió el show Utópico Amanecer. Tanto ahí como en el resto del evento hubo una dinámica de entregar y recibir flores. Casi como una reacción química al aceptar el presente, se dibujaba una sonrisa de oreja a oreja.

Llegó su momento. La primera frase que enunció El Chango apenas subió al escenario dándole la bienvenida a la gente, fue “este es nuestro jardín”. Por supuesto. Cada lugar en el que se presenta, lo hace suyo a su forma. Por eso el público conecta tanto, se sienten bienvenidos en su jardín. 

La presentación fue de lo mejor que vi en el circuito de música tucumana en el último tiempo. Desde la puesta en escena -que también es un poco la decoración, la artística, el vestuario-, hasta la programación de las luces y obviamente los músicos que no desentonaban con el sentimiento general. Eran amigos tocando canciones.

Está en el disco pero en el vivo se siente mucho más. Me llamó mucho la atención vivir en carne propia lo que me contaba mi mamá sobre su juventud. Veía parejas entre el público bailando lentos. Abrazados, dándose besos, y compartiendo un momento de plenitud con el amor a flor de piel. En muchísimos recitales de estilos variadísimos hay gente demostrándose afecto, pero el contexto que propicia El Chango es inigualable.

Gonzalo Andretta.

Después de tocar los temas del álbum se subieron los otros amigos músicos que estaban abajo del escenario. Lua Muller (Calle Cortada), Agustín Pucheta, Vipisita y La Cuestión de la Gran Roca fueron partícipes de la jornada para interpretar temas que tienen en colaboración. Además del disco, hubo temas en formato acústico (incluyendo violín, cello y contrabajo) de Nico Alonso y composiciones nuevas que muestran un poco lo que se viene del Chango. 

La gente se deshizo en aplausos al final de cada canción, hubo un gran despliegue de producción para el evento y una increíble puesta que es también el resultado del desarrollo del concepto artístico, plasmado en todos los aspectos tanto del producto como del evento para que la experiencia sea completa. Las flores con largos tallos colgando de arriba que junto con la iluminación proyectaban una sombra que se amalgamaba con la de los miembros de la banda en la tela del fondo, las rosas posadas sobre los monitores al frente del escenario, hasta la gama de colores vivos y cálidos que proyectaban las luces a lo largo de las canciones. Es una puesta en valor de la música y del arte. La realización del mismo estuvo a cargo de Salamanca Producciones y La Cúpula Producciones espacio del que además forma parte como artista.

La noche se fundió en un abrazo colectivo. Se subieron todas y todos a un escenario de la Sociedad Francesa que quedó repleto de quienes hicieron posible lo que sucedió aquel sábado caluroso de octubre. Desde artistas hasta organizadores. El público celebró y El Chango entregó todas sus flores. “Para hacer lo que dijimos, tenemos que dejarlo todo”.

Mi Jardín” es un espacio al que se puede ir siempre para encontrarse con las flores que cada uno va cuidando en su vida. Vas a verlas crecer, regarlas, darles atención, y contemplarlas. Es una llama que se extingue, pero uno sabe que mientras siga viva hay que disfrutarla. Ser conscientes del presente nos permite disfrutar lo que tenemos delante. La vida es eso.

Gonzalo Andretta.