Inseguridad, violencia, transporte público costoso e igual de riesgoso han sido conceptos y adjetivos comunes para denominar al Estado de México. Rechazado por la opinión pública como un lugar lejano, feo y grisáceo. Encasillado como el hermano menor de la Ciudad de México que lo eclipsó con la variedad de comodidades e instituciones que posee. Es tal rezago el que le ha otorgado la cualidad disidente y resistente, que brilla al contraatacar los prejuicios emitidos desde los palacios y los edificios altos cubiertos en espejos. Esta resistencia no es nueva; en las décadas de los 70 y 80 el punk llegó a México a partir de procesos migratorios, culturales y de globalización. Como todo movimiento hallaría su lugar en distintas zonas de la periferia del centro del país, permitiéndole evolucionar poco a poco para cobijar a quienes luchan contra el sistema desde los bordes.
Alrededor de los 90 en Estados Unidos, el mid-west emo surge al tomar influencias punk. Cuando estos procesos culturales emigraron al Estado de México, dieron pie a una corriente que posee características de crítica originarias del punk y la tragedia del emo, bajo el contexto citadino y de segregación. Esta combinación de conceptos floreció y tomó la forma de la identidad de aquellos que visitan la ciudad por necesidad. Desde su formación ha brindado comodidad a la ruidosa melancolía, al adornar lo que muchas veces fue mal visto como un territorio de mala suerte.
Cacomixtle utiliza todo esto como su estandarte en su más reciente obra: “Flora y Fauna del Estado de México”. Un álbum midwest emo y math rock que surca entre la infinidad de sentimientos que la juventud de las urbes y periferias vive. La forma que este trabajo encuentra para ello es explorando el sentido de pertenencia, el arte, lo emocional, lo contemplativo, el sarcasmo, las disparidades socioeconómicas y los altibajos diarios. Se podría decir que es apelativo a la etapa universitaria y de adultez principiante, ese punto en que las preocupaciones del futuro, tanto dentro de unas semana, hasta dentro de unos años se arremolinan y disputan entre comprar algo para desayunar o ahorrarlo para el transporte que va a la periferia. Mientras a la par hay una explosión artística y cultural alrededor, con estudiantes iniciando proyectos nuevos, armando bazares, performances, o bandas musicales de midwest emo.
Su eje temático baila en el taciturno y la ausencia, a veces al tomarlo como un doloroso chiste, o una jugarreta del destino. ‘Flan de la abuela’ con la comodidad hogareña de un postre hecho por la abuela. ‘Sandra Cuevas’ es una figura política cuyas decisiones fueron criticadas y tachadas de absurdas, porque busca despojar a la ciudad de su cultura y estética. Como una disonancia las letras narran impotencia, disculpas incesantes y amargura, recitadas por un contundente screamo y las clásicas guitarras melódicas del subgénero.
En otras ocasiones las referencias tornan un camino aún más serio, al abordar conceptos alusivos a las distintas neurodivergencias. En el caso de ‘fluoxetina jr’ (un antidepresivo y un apoyo en el tratamiento del trastorno obsesivo-compulsivo) se refleja lo común que son los síntomas de estas afecciones, así como otros conceptos como la ansiedad, o el TDAH en jóvenes estudiantes que circulan entre la ciudad y su periferia. Y aún con ello, también se plasmasan ideas comunes entre jóvenes como el horóscopo en ‘piscis’. A veces directamente a la fauna de la zona donde la banda surgió, como en ‘Teporingo’ (una especie de conejo endémica de las montañas del centro de México). La consistencia se mantiene, con títulos que aluden a una cosa, pero letras que siguen la línea emo del álbum. Emocionales, juveniles y cotidianos bajo el contexto de un foráneo de la ciudad.
“Flora y Fauna del Estado de México” se siente como un viaje en la intimidad de amigos que comparten el humor y el desgarro del alma. Es reírse del dolor y al mismo tiempo el ofrecimiento de un hombro sobre el cuál llorar cuando el momento lo requiere. Es necesario señalar que sus temáticas y estéticas pueden apelar a un sector reducido, no solo socioeconómicamente, sino geográfica y culturalmente de igual forma. Tal vez el público que más logre asociarse a este estilo sean estudiantes (y de específicas ciencias) o trabajadores citadinos de México, que oscilan en edades concretas. Aún así logra denotar una cualidad muy particular que casi toda la juventud, hoy en un mundo globalizado e hiperconectado, comparte; la ironía de las tristezas, el anhelo por algo mejor y el aprecio por los sentimientos, tanto propios como ajenos.