“La Necesidad” de Francisco Victoria continúa demostrando que 2024 es un año luminoso para la música chilena. Desde astros nacionales que han vuelto, como Alex Anwandter con “Dime Precioso” o Ana Tijoux con “Vida”, hasta figuras nuevas del mundo urbano, como Akriila con el aclamado “Epistolares”. En este contexto, Francisco destaca con un nuevo álbum que, en sus palabras, se ha convertido en el disco bisagra de su carrera.
Luego de “Prenda» y “Herida”, sus primeros dos discos, Francisco suelta un poco los sonidos del sintetizador para abrazar la guitarra eléctrica del rock indie y los trabajos vocales del R&B alternativo. La portada, hecha por el fotógrafo Esteban Vargas, refleja esta nueva etapa. En la carátula aparece descalzo, sentado en una cama mientras abraza su guitarra eléctrica, una representación visual de “La Necesidad”, que acoge la vulnerabilidad, el despojo y la identidad de un artista que no teme mostrar su caos interior.
Mientras sus álbumes anteriores capturaban la efervescencia e intensidad de un mundo adolescente, con líricas y sonidos electrónicos que evocaban un coming of age, esta nueva fase se siente más madura. El cantautor no teme mostrarnos su intimidad desde un lugar simple, sincero y orgánico, lo que lo distingue y le da un lugar en la escena musical actual.
En “La Necesidad” las letras siguen brotando de lugares viscerales, como en sus trabajos anteriores, pero esta vez realizamos un viaje distinto al mundo interior del artista. Francisco se conoce mejor a sí mismo, entiende más sus propias necesidades. Es ahí donde el hilo conductor del disco cobra sentido: Francisco nos invita a navegar por las diversas necesidades humanas.
Con voces influenciadas por el gospel, ‘Ya no quiero necesitarte’, el primer track del álbum, es toda una declaración de principios. Mientras el Francisco de ‘Marinos’, single de su primer disco, cantaba de forma desgarradora que la vida no tenía sentido sin amor:
Te prometo si te vas
Voy a tomar cloro
Voy a tirarme al río
Marinos
Acá se despide de una relación soltando y buscando un lugar mejor para él.
Ya no quiero necesitarte
Ya no quiero pedir perdón
Solo quiero desamarrarme
Y repartir el corazón
Ya No Quiero Necesitarte
Algo similar sucede en ‘La necesidad’, canción en la que colabora con Malena Zavala. Sigue con el concepto del disco: sonidos más minimalistas, pero con letras que expresan complejidades humanas. Francisco manifiesta el deseo de alejarse de alguien a quien ama, motivado por el anhelo de conocer nuevos caminos y experiencias que solo pueden ser descubiertos sacrificando un vínculo emocional. La canción se convierte en una paradoja de sentimientos, ya que no existe una manera sencilla ni lineal de expresar la tormenta que se desata al terminar una relación.
Quizás una de las canciones más difíciles es la balada con la que cierra el LP: ‘Tú me quieres más‘, co-escrita con el músico Benjamín Walker. Francisco explora, con una sinceridad brutal, la intimidad de una relación de pareja en la que no se aman con la misma intensidad. La canción no tiene grandes adornos, sólo una guitarra que acompaña la voz de Francisco, resaltando la fragilidad y vulnerabilidad del mensaje. En esa voz se puede sentir el dolor de comunicar algo tan desolador como el amor no correspondido.
Gran parte del álbum está constituida por estas melodías indie pop impregnadas de melancolía, con guitarras que apelan a la emocionalidad y trabajos vocales que expresan desahogo e introspección. Todo ello logra la cercanía similar a una conversación con un amigo, con copas encima, sincerándose sobre penas de amor. También aparecen ciertas piezas que destacan por sus ritmos pop. El ejemplo más claro- y uno de los puntos más altos del disco- es la colaboración con Akriila en ‘Te quiero tanto’. Aunque la canción también es fruto de la tristeza y la pasión, se adentra en territorios sonoros más cercanos al liquid drum and bass, incorporando elementos menos minimalistas, como el autotune en la voz de Akriila, resultando en un tema vanguardista con tintes del pop de los 90.
La identidad del álbum está fuertemente influenciada por el lugar de origen de Francisco: el pequeño pueblo de Victoria, al sur de Chile, que además inspiró su nombre artístico. Al escuchar el disco casi podemos transportarnos a los paisajes inhóspitos donde Francisco se crió. Pero en ese mismo contexto territorial se puede identificar uno de los principales factores del giro musical del cantautor. “La Necesidad” es su primer álbum desde que inició su vida en México. Francisco usa el contraste entre sus orígenes y su actualidad para distinguirse como individuo y no perderse entre la multitud. La simpleza de reconocerse y dejar salir aquello que lo hace sentir cómodo para encontrarse dentro de la vorágine de una gran urbe.
Es innegable que, a lo largo de su carrera, Francisco ha sido visto a menudo como discípulo de su «mentor» Alex Anwandter. Sin embargo, en este LP logra plasmar un sello auténtico que nos permite descubrirlo como artista con esencia propia . Aunque el disco bebe de múltiples influencias —como las potentes líneas de bajo del drum and bass, los sonidos que evocan al Cerati solista y la referencia directa a ‘Hablando a tu corazón’ de Charly García y Pedro Aznar en ‘Necesito pensar que no hay nadie más’—, el álbum es una búsqueda de la voz personal de Francisco.
“La Necesidad” es Francisco Victoria dejando de ser lo que todos esperan de él. El álbum invita a perderse y encontrarse aún más fuerte y claro que antes; exteriorizar lo que necesitamos para crecer, despojarnos de las superficialidades y hallarnos en las guitarras eléctricas y las voces NeoSoul de este disco.