Los Latin Mafia se fueron sin avisar, probablemente hubo un punto de inflexión en sus vidas y carreras musicales que desconocemos, dejando un hueco gigante en la escena musical mexa. Para ese momento acababan de sacar el superéxito ‘Julietota’ y prometían seguir por esa línea. Por suerte aparecieron los relevos: NSQK, Méne, los AQUIHAYAQUIHAY, legallyrxx… Todos ya estaban ahí, pero es obvio que este último año han aportado un punto de creatividad extra, han conseguido cosas que nunca se habían visto en México. Sinceramente, yo pensaba que estos ya le habían pasado por encima a Latin Mafia, que el grupo no iba a poder adaptarse al ritmo de evolución de los artistas de la escena estando a ojos del público “sin hacer nada”. Por suerte me equivocaba, no solo volvieron con un disco completo sin ningún tipo de anticipo, sino que volvieron con algo rompedor, propio y con muchas ganas de comerse nuevamente el panorama.
Es complicado introducir un proyecto como “Todos los Días Todo el Día”, la información que nos han dado el trío de hermanos más allá del “es un álbum muy personal para conocernos mejor” es mínima. Se nota que detrás de toda la locura hay una capa muy gruesa de angustia, un desgaste de la vida de artista que ni ellos mismos supieron cómo gestionar. Es el precio a pagar de tener un ascenso tan meteórico. En un par de años pasaron de ser unos músicos aficionados a estar ante miles de personas en Coachella. Eso te marca y te define como persona y fue lo que quisieron plasmar en el disco.
Todo comienza con ‘Siento que merezco más’, una introducción de la que van a brotar todos los demás tracks. Una canalización de todos los factores de valor que hacen del proyecto algo interesante. Especialmente resalta esa euforia que rodea todas las canciones, que hace que emocionalmente todo suba y baje muy rápido. Se repiten las transiciones bruscas que pasan del maximalismo al anticlímax en cuestión de segundos. En ‘Qué vamos a hacer’ si parpadeas te lo pierdes prácticamente. Es desconcertante, en el buen sentido, que pasen de un trap pesado con gritos funcionando como palabras a un simple piano sin ningún tipo de acompañamiento. Pero los Latin Mafia no se quedan ahí, tienen una habilidad excepcional para seguir tirando del hilo y volver a recuperar toda la tensión que hace apenas 30 segundos habían derrumbado.
Esta dualidad se traslada a las letras de forma similar a como lo hacen en la música. Emilio y Milton, los vocalistas, están siempre ondeando entre el humor y unas figuras retóricas muy profundas: “Tengo tanta fe en que te mueras, tengo tantas ganas de estar con tu abuela… ¿Para dónde vamos? No tengo señal, ni siquiera tengo saldo”. Siempre juegan con esa fina línea entre lo cómico y lo introspectivo, lo que enfatiza aún más ese frenesí vivido durante la escucha del disco. De todas formas, la lírica es algo secundario en “Todos los Días Todo el Día”, es una forma de personificar todas esas melodías y sonidos ambientales.
Lo realmente especial es que consiguen aplicar siempre el mismo patrón a géneros prácticamente opuestos. Ellos mismos mencionan que experimentaron con muchos sonidos en esta etapa de retiro y que todo culminó en lo que ahora podemos escuchar. Cuando empezaban a emerger los Latin Mafia con canciones como ‘Julieta’ era impensable que mutaran tanto como para hacer algo como ‘sentado aquí,’. Influencias de synth-pop y punk, todas concentradas en apenas 3 minutos y con ese toque único que han desarrollado para el proyecto. También se nota que todos los miembros son fanáticos de la música y que están al pendiente de todos los artistas que tienen propuestas diversas de valor. A lo largo de muchas canciones puedes notar la inspiración, algo por lo que se les ha criticado mucho, en toda la ola de Ralphie Choo, rusowsky y similares, expertos en crear ambientes sórdidos y llenos de elementos, pero que a la vez suenan minimalistas.
Para terminar de unir todo y que cada canción sea una experiencia, los hermanos mexicanos recurren mucho a audios reales de conversaciones por la calle o simples sonidos de ambiente. Es una forma excelente de humanizar una canción, hacer que parezca que forma parte de tu vida y tu día a día. Esa es la intención del disco en parte, hacerte creer que su historia es tu historia. Transmiten mucha cercanía en temas como ‘vivo si me exiges’, plagada de pequeños flashbacks, una vuelta a esos momentos que te hicieron feliz. No hay mejor forma de recordar que volver a escuchar esos instantes.
“Todos los Días Todo el Día” es definitivamente un cambio, tanto para la carrera de Latin Mafia como para lo que se venía escuchando en México. Ellos mismos dicen que para este proyecto “dejaron de hacer caso a lo que decía la gente y se empezaron a hacer caso a ellos”. Esto resultó en grandes críticas por parte del público, acostumbrado a recibir lo que querían con rapidez. El comentario más repetido es el de que “no mantienen su esencia”, cuando quizás ahora es cuando hayan encontrado su verdadera “esencia” y antes solo estaban jugando a ser algo que no eran. Esto es un ejemplo perfecto para ver el método de la industria, donde las canciones se hacen a gusto del consumidor y no del artista. Por eso Latin Mafia contrasta con tantos proyectos deshonestos y repeticiones de las fórmulas que en algún momento funcionaron por parte de las estrellas que únicamente buscan validación.
Aún con toda la polémica y el debate, “Todos los Días Todo el Día” es un golpe encima de la mesa. Los hermanos mexicanos no se dejan llevar por la intensidad de la industria y escuchan a su corazón, cosa que pocos hacen o se pueden permitir hacer a día de hoy. Es también un aviso a sus compañeros de profesión, un aviso de que han vuelto y que no piensan desaparecer de nuevo. Son los Latin Mafia anunciando su vuelta al ruedo.