Para ser un género que, entrado al Paraguay en plena dictadura, fue recibido con un crimen de odio que se llevó la vida de 109 personas; el rock aguantó y creció desde las sombras al llegar los 80s. Sus exponentes eran trabajadores, ávidos consumidores de anfetamina medicinal, a los que se les lanzaba piedras por la calle. No cantaban en inglés o guaraní, sino en castellano, lo que les había ganado el desdén de la gran mayoría de la población.
“Música para los perros” va dedicada a los fieles sabuesos que permanecieron junto a Pro-Rock Ensamble, el más joven bastión del movimiento, luchando hasta la llegada de la “música progresiva” a las masas e incluso la difusión radial. Un disco debut que sintetiza los sentimientos de una década silenciada, cuya bandera había sido cargada por los marginados herederos de la música beat.
El grupo se expresa con resentimiento hacia esas orquestas bailables, hegemónicas y angloparlantes, que eran alabadas por los altos cargos como “la buena música”. Ellos portan los mismos instrumentos (guitarras, bajo, y batería), pero su estatus sociocultural les descalifica, y sus composiciones son consideradas atrevidas para su entorno, como el saxofón de ‘Comprador de Chatarra’, el violín de ‘Pontyac’, o los 12 minutos de ‘Ensamble 1’. Aún así, la obra vive simple en los suburbios de Asunción. Las canciones son más rockeras, agresivas, con los pies en la tierra. La influencia argentina llegará tarde, en los 90’s, y entre sus pocos referentes estaban The Animals y The Rolling Stones.
Ser teloneros de Litto Nebbia y Pastoral no fue tan placentero cuando los rostros familiares en el público perdieron su expresión hostil ahora que estaba bien escuchar rock. El grupo se desintegró después de un par de shows. Desde ese entonces, la prensa los celebra como pioneros cada cierto tiempo. Este 23 de noviembre cumple 40 años.
Si están domesticados, todos los perros van al cielo.
Recomendación Extra: “25 Años Rock Sanber” (2014)
Cinco años después el guitarrista Roberto Thompson se encuentra al frente de una nueva banda: RH+Positivo. Este es el recopilatorio de su querídisima presentación en el Rock Sanber ’88, el primer festival de rock paraguayo.