Históricamente Andalucía ha sido la región española con mayor cultura musical. El flamenco, fue dado a luz por gitanos y árabes en ese mismo lugar, y hasta hoy en día sigue siendo la mayor importación musical del país. La única región española que tiene tanta musicalidad es Islas Canarias, de la cual hablaremos en otro momento. De ciudades como Cádiz, Sevilla, Granada y Málaga han salido exponentes históricos como Mala Rodriguez, SFDK, Hablando en Plata, Juaninacka, ToteKing, Shotta y Elphomega que han empujado la evolución del rap en la Península más que nadie.
Hoy en día han crecido micro-escenas en muchas más regiones y el Sur tiene una nueva generación de raperos con muchas cosas que decir. Desde Gata Cattana hasta Jeke Mamoneos. Foyone en particular tiene algunas de las propuestas más originales del país y un imaginario conceptual completamente propio.
Ahora está a punto de lanzar “Presidente”, disco que promete ser otro gran hito de nuestro rap y que demuestra lo comprometido que está con sus ideas. Desde hace muchos años viene haciendo su campaña presidencial para el 2020 y llegó el momento de postularse oficialmente.
El perfil artístico de Pedro Navarro es bastante excéntrico. Entra dentro del papel típico del Hip Hop, de darle voz a quienes no la tienen, pero siempre con atmósferas retorcidas y un campo semántico lascivo, reptiliano y psiquiátrico que codifica toda su cosmovisión. Él fue un graffitero que se tuvo que retirar por problemas legales y, al seguir teniendo catarsis pendientes, empezó a rapear a los veintiún años. Esto es importante porque lo hace diferente a la gran mayoría de los raperos que se quedan con su disciplina y no amplían su horizonte artístico. Foyone es muy gráfico en sus letras y, por ejemplo, sus videoclips siempre reflejan esto, siendo más importantes las ideas que el presupuesto. Su ciclo de cyphers callejeros “Rap Sin Corte” tienen un planteamiento sencillo, pero al mismo tiempo son completamente reconocibles como suyos.
La máxima expresión de esto, además de la película que tiene en mente, es “Lacura”, el videojuego que hizo junto a DemoMode y DNC Games. A nivel mundial las intrusiones de raperos en el mundo del gaming fueron juegos de peleas comunes y corrientes donde los protagonistas eran los Wu-Tang Clan, 50 Cent o los fichados por Def Jam Records. Pero Foyone, en vez de hacer una inversión fácil en marketing creó un museo virtual en el que los visitantes vivan una experiencia mucho más inmersiva que con un disco o un videoclip. “Lacura” es breve y se hizo sin demasiada plata, pero aún así contiene un concepto propio, ilustraciones de varias personas con las que Pedro trabaja y un seis canciones que también funcionan como EP. Todo esto logra una obra pionera a nivel mundial que demuestra que un artista completo puede plasmar su visión en más de una disciplina.
La trayectoria de Pedro es bastante extensa, y para este video decidimos concentrarnos en “Rico Sin Denuncia” porque es genial, pero además porque es un punto de inflexión enorme en su carrera. Acá más de un fan me va a querer matar, pero igual no voy a esquivar el bulto. Foyone antes de este disco ya tenía todas estas ideas y sus imágenes bien construidas, pero escucharlo era muchas veces una tarea muy densa, incluso para alguien que consume mucho rap. Su delivery y sus temáticas eran unidimensionales, y por más que ya trabajaba con capos del beatmaking, el dramatismo y la redundancia en metáforas rara vez interesantes de illuminatis y genitales tapaban sus cualidades creativas. Obviamente no todas las canciones viejas tienen estas características, pero los discos de “La Jaula de Oro” para atrás estaban muy encerrados en esa idea del rap crudo y son incómodos para casi cualquier persona que no sea fanática del horrorcore.
En “Rico Sin Denuncia” se muestra mucho más jocoso, su carisma invita a escucharlo y divertirse con su sarcasmo y sus ocurrencias, factores que además permite digerir mejor sus canciones más abstractas. Varían mucho las atmósferas y el estilo de los beats y él encuentra la manera de hacer que su voz tan particular encaje naturalmente. El tema que le da el nombre al disco hace gala de sus capacidades para contar una historia, hablando de un chico que tiene la fantasía de hacerse millonario de manera legal, y la decisión de contarlo en tercera persona sumada a la calidad del relato hacen que se sienta como una ilusión muy pura, lejos del materialismo.
Que sus hijos tengan lo que él nunca tuvo
Sin que tenga que vender droga, robar o chupar culos
Difícil camino viniendo de donde viene
Pero él sólo se entretiene
Mirando escaparates con precios de disparate
En un país que no es el suyo
Fregando platos con orgullo
Rico Sin Denuncia
Las canciones distópicas en tono críptico por las que lo conocemos a Foyone no desaparecen, incluso la apertura del álbum con ‘Volver’ es de este estilo y, al igual que ‘Ídolos de Plástico’, tiene un perfeccionamiento de esas narrativas laberínticas que las hace conectar mejor con el oyente. El segundo track del álbum, ‘Guerrero Psicodélico’ medita sobre las energías y tiene una colaboración del mismísimo Kase.O en su faceta más espiritual.
Lleva tus pensamientos a la cima, como las águilas
Renovación del espíritu tras las lágrimas
Ahora estás nuevo bajo tu cielo, no tengas miedo
Se van los cuerpos, quedan las ánimas
Guerrero Psicodélico
Tan importante y consagratorio para Foyone como el feat con Kase es el feat de N-Wise Allah, teniendo en el disco a dos raperos de la máxima élite española en su disco, y ambos se adaptan a las temáticas y atmósferas de los respectivos tracks. Además aparecen por separado Ayax y Prok en ‘Óxido’ y ‘El Tercer Gemelo’ respectivamente, dos polvorines con el rap más clásico del LP; y Akapellah, uno de los raperos más frescos y versátiles hoy por hoy para un remix de ‘Ciudad del Vicio’ que funciona como un bonus track celebratorio.
A ‘Guerrero Psicodélico’ le siguen dos canciones que explican muy bien algo que suele ser difícil de captar para su público más nuevo, su obsesión con la palabra PUTA. Primero en ‘Aviso Maternal’ hace una sátira de las personas mayores que no comprenden cuestiones rutinarias del rap como el ego-trip y el uso de jerga callejera con alto contenido en insultos. Se establece un diálogo bizarro entre el Foyone más blasfemo y su madre en el que entra un debate la libertad de expresión muy necesario.
Con una canción como esta dime ¿Qué mensaje deja?
Na’ más hablas de lo bueno que eres y un montón de mierda
Encima dices «Na’ más como arroz» ¡Já!
Pan de molde, jamón de york
Y el puchero al medio día no lo dice, ¿no?
La gente puede pensar: «Pero a este ¿quién lo crió?!?»
Aviso Maternal
Mientras que en ‘Atupetra’ habla específicamente sobre el arte que hace y lo representa, o sea el “arte puta”, el que sale de la “puta mierda”: Arte por lo sagrado, Puta por la situación / No sería de esta manera saliendo de una mansión.
La tracklist continúa con el nostálgico ‘Atraco del 97’ junto a N-Y y otros dos temazos que dicen mucho sobre su capacidad para seguir un concepto puntual en una canción. ‘Ni carne ni hueso’ es una reflexión sobre el paso del tiempo y como somos insignificantes frente al segundero. A lo que sigue una reflexión sobre el presente y el futuro, pero no en el tono distópico al que nos tiene acostumbrados, sino en una mirada curiosa sobre los inevitables cambios que suceden y cómo las relaciones humanas están cada vez más cerca de ser exclusivamente digitales.
Y las dos canciones que quedan por cubrir son probablemente las dos más frescas del disco y las que lo ponen a Foyone como un rapero muy versátil. ‘El día del chuletón’ es una oda divertidísima a ese filete que toca después de una semana de comer arroz y además de la increíble cantidad de sinónimos de chuleta que tiene Pedro, tiene un orgullo poco común pero bien importante de tener una alimentación que a uno lo haga feliz. También tiene unos cambios de flows muy particulares dentro del único verso que hay, teniendo tantas ideas buenas para barras pegadizas que parece que cada grupo de cuatro conforma un estribillo
To’ está bien, pon más aceite en la sartén
Que le den, sube tus michelines a Instagram
Tengo un plan: la cola afuera como Shin Chan
Chicarrón en el pan y manteca colorá’
El Día del Chuletón
Y a eso sigue ‘Su Culito’, que creo yo que es una buena manera para que un hombre difunda que “no es no” y que nadie es dueño de nadie. Porque no intenta ser un himno feminista ni un aleccionamiento moral, que los hombres no estamos capacitados para hacerle a nadie, sino un recordatorio hecho en un tono relajado: Aunque sea tuyo en sueños / Ese culo no tiene dueño, no, no.
Llevamos un rato hablando de “Rico Sin Denuncia” como si fuese un disco exclusivamente de Foyone y es momento de reconocer al otro gran autor de la obra: Sceno McClane. Beatmaker andaluz que también ha ido mejorando exponencialmente sus producciones en los últimos años. Efectos y atmósferas como la vibra divina de ‘Guerrero Psicodélico’, esa sensación de ingravidez que da la lentitud de ‘Robótica Generación’ o el saqueo de heladeras que genera ‘Día del chuletón’, la angustia del paso del tiempo en ‘Ni carne ni hueso’, son todos responsabilidad de las originales instrumentales de Sceno. También aportan al sonido del disco los scratches de DJ Nakad, coros de Natalia Cobos y arreglos e instrumentación de Big Menú y GJazz, más el trabajo de mastering de un productor veterano del rap español como lo es Big Hozone.
Pero más allá de talentos individuales de los participantes, ¿Por qué este disco es tan bueno? Porque toma riesgos saliéndose de la fórmula que a Foyone ya le venía funcionando, porque busca beats, flows y temáticas que sus autores todavía no desarrollaron y por último el factor que hizo que todas las cosas nuevas que hicieron hayan salido bien. Foyone y Sceno compusieron todo viviendo en la misma casa e involucrándose en los procesos creativos del otro, tarea a la que también se sumaba el manager y filmmaker Gharuda. De esta forma Sceno hacia pistas que iban a tener mucho más cómodo al rapero y las letras de este último estaban hechas con un poco más de autoexigencia y casi sin frases al azar. Otra cosa importantísima es que a los feats le llevaron ya hechas las canciones en las que colaboraron, asegurándose que haya una coherencia conceptual. Con este proceso consiguieron canalizar toda su creatividad y habilidades en un álbum profesional, serio y bien hecho en todos sus aspectos.