El 2024 fue el año en el que la nueva generación del rap colombiano decidió juntarse. Esta ola de colaboraciones se inició el 29 de marzo en Medellín con el lanzamiento del álbum “5 PA LAS 12”, primera entrega del colectivo MAKE IT HAPPEN, conformada por los rappers antioqueños Oblivion’s Migthy Trash, Isaac S.A. y Adam Walsh y los productores Barbatos y Diavlitx. Para el mes de julio el verano antioqueño fue testigo del primer álbum de Saygi, productor que hasta ese momento había participado únicamente en proyectos colaborativos; “SUNSET” reunió a las nuevas estrellas de la escena paisa bajo una propuesta que mezcla la frescura del sonido lo-fi y la narrativa del boom bap y el trap. Bogotá fue testigo de la consolidación del colectivo poolpari que, con el liderazgo del rapero Caillou, se consagró como sello discográfico, productora de eventos y plataforma artística para la escena capitalina. Este 2024 la familia poolpari, que actualmente es conformada por más de 12 artistas (raperos, productores, realizadores audiovisuales, artistas visuales) fue la encargada de llevar el rap alternativo a venues de todo tipo, auspiciar un punto de encuentro intergeneracional entre la fanaticada del rap capitalino y poner en alto el trabajo basado en el respeto y la colectividad.
En toda esta ola de amistad y trabajo, Santo Miletto participó en “SUNSET” y lleva haciendo lo propio como parte de poolpari desde sus inicios, pero no se conforma. El 27 de julio dejó su marca en este episodio de la historia del Hip Hop colombiano. Entró al relato como anfitrión con “La Última Crema”, su cuarto EP. Este trabajo es fruto de una colectividad poco vista dentro del género, de aquellas que suceden cada cierta cantidad de años y que no siempre prosperan. Participan Pocket Tincho y Saygi, dos de los mejores productores del momento, y ocho de los MCs emergentes más destacados a nivel nacional: Caillou, Niche Ls, Isaac S.A., DEADCROW, Fiallo, AlterEgo, Adam Walsh y Sike Damodar.
En los últimos años hemos sido testigos de dos episodios similares. En el 2018 La Gra$a fue el colectivo que reunió a Crudo Means Raw, Doble Porción, Granuja y Zof Ziro, enormes figuras que inspiraron de manera profunda a los protagonistas del hoy. El 2020 nos dejó el sencillo (que de sencillo no tiene nada) ‘Lancha Rápida’, tema que nos dio el placer de viajar entre los versos de los juglares más respetados del Hip Hop de Colombia, solo queda escuchar cuando se leen los nombres de N. Hardem, Gambeta, Luis7Lunes, Vic Deal, No Rules Clan e Ignorancia Sofisticada en una canción. Al apreciar estos momentos podemos ser testigos de las maratones que se debieron correr para que los muchachos de hoy puedan caminar con sus audífonos a full volumen. El 2024 es un año importantísimo para el movimiento nacional. En términos de publicaciones de LPs, conciertos y debuts de nuevas propuestas, los números no paran de crecer.
Con “La Última Crema” Santo y sus colaboradores dan un paso al frente y se afianzan en el trabajo colectivo basado en la amistad y el respeto. Este EP hace un repaso por los códigos y valores que han movilizado al Hip Hop desde sus primeros momentos, pero desde los propios sentidos de identidad y pertenencia de sus autores. Nos juntamos a hablar con Santo al respecto de este acontecimiento. Nos contó anécdotas, detalles de lo que fue la hazaña de convocar a semejante grupo, dejó en claro sus principios, nos habló sobre su camino como artista y compartió sus sensaciones sobre hacer parte de la historia.
¿Cuál es la historia que tiene el EP? Lo que tengo entendido es que ustedes fueron al parche, a Medallo, pero pues uno realmente no sabe si fue algo preconcebido o se fue dando, contame un poquito sobre eso.
Verás. Tincho ya conocía a Saygi, y pues Tincho siempre ha sido un flecho el hijueputa en todo. Entonces, yo me acuerdo que entré en contacto con Saygi, y, supongo, que yo le respondí historias, él a mí, puro coqueteo de artistas. Un día, mientras chateabamos, fue como: “nea, hagamos un campamento”. Ambos fuimos pa’ adelante con esa idea y en el proceso también pensamos en proponérselo también a Tincho. Pero el campamento nunca fue “vamos a hacer esto y esto, tal cosa, tal otra”, no hubo mucha planeación ¿me entiendes? Yo iba con la idea de escuchar allá los temas que llevaba de “CORAZÓN LOCOMOTORA”, que en ese momento estaban ‘El Freno no se toca’, ‘Lentos como Ferrari’ y ‘Corazón locomotora’, esos tres; mi idea era continuar haciendo temas para el EP. Ya estando allá, los tres dijimos: “Hagamos temas desde cero, hagamos un EP nuevo”. Nos pusimos a pensar en cómo hacerlo, ahí los tres empezamos a cranear la idea de hacer un EP invitando a raperos. Todas las colaboraciones que están ahí es gente que yo conocía, pero que solo nos conocíamos por Instagram, ¿si? Uno solo se entera de lo que están haciendo, de su música, pero pues nunca como parceros, ¿me entiendes? Todos los artistas que salen ahí, aparte de Caillou, que a Cai no lo cuento, porque el trato con Caillou siempre ha sido amistad, fueron apareciendo de forma muy natural. Saygi, que obviamente tiene más contactos en Medellín, fue como: “Oe, tengo a Santo en el estudio una semana, hagamos un tema”. Todo se dio en esa semana y media. Era tipo “Oe, mañana viene Isaac”, y la disposición era total, era tipo “de una, listo, hagámoslo real”. Y así pasó con varios. El Obli también iba a salir, pero andaba como enamorado jajaj.
Todo muy orgánico, más paso a paso.
Claro, es que yo tampoco iba a trabajar con personas que no conocía del todo de esa manera, como impuesta, ¿me entiendes? Yo sabía quiénes eran y eso me motivaba mucho más. Era tipo “uff mañana viene Isaac, de una”. O cuando me avisaron que venía Niche, yo contento hijueputa, a él lo escucho desde chiquito y resulté teniendo un tema con él.
¿Cómo fue todo ese proceso de irse conociendo camellando? Si bien están Niche e Isaac, que son figuras dentro de la escena más constituidas, también participó gente que lleva su tiempo, pero que tampoco tiene un lugar tan tan establecido. Quisiera saber un poco sobre cómo fue crear esos puentes entre artistas de forma profesional, ¿hubo dificultades o algo relacionado a los egos?
Sí… la primera conexión ahí fue con Niche por el evento que hicimos juntos (2023), allí nos conocimos y nos hicimos parceros primero. De ahí fue que nos encontramos en Medellín y ya quedamos para hacer música. Y así como con todos los que están ahí. Primero uno se conoce, ¿me entiendes? Porque yo no me voy a poner a grabar con un man que tengo re idolatrado, que escucho desde chinga, pero que lo conozco y resulta que tiene el ego en las nubes; en ese caso me importa un culo, me olvido de quién es. Por ejemplo, con Isaac todo fue como un sueño huevón. Hace un tiempo estaba haciendo otro campamento en Medallo, y en una de esas bajamos ahí al parque del Poblado y tal. Llegamos a un parche y ahí estaba él. Yo le dije a Nicolás (hermano de Santo) “Ush perro, ahí está Isaac”. Estábamos en el mismo parche, pero no nos saludamos, estaba como a tres personas al lado mío. Pensé “no paila, me le voy a acercar a decirle que le tengo mucho respeto, que la buena”. Justo cuando me estaba parando el man se me adelantó. Me dijo “Ey Santo, solo Grasa & Panela” (Nombre del segundo EP de Santo). Nos abrazamos, charlamos un rato, nos tomamos una foto, ¿sí me entiendes? Todo siempre desde el respeto, desde el amor. Con DeadCrow, con Sike, con Adam, también fue algo así. Nos conocimos el día que grabamos el tema, pero primero nos fuimos a la parte de atrás del estudio a charlar de la vida, a fumarnos un cigarro, un baretico, que tin que tan, parchando, conociéndonos. Luego ya fue como “breve, vamos a camellar”. Pero sí, todo como vos dices, muy espontáneo, pero también está esto de los egos que vos dices, y más en el rap, y bueno, la música en general, el artista es difícil que su arte no parta desde el ego.
Hay una idea muy conservadora de que los grupos de raperos están metidos en vainas, que son delincuentes o que son parches muy herméticos, de difícil acceso. De alguna forma tu generación, se sigue relacionando mucho con la calle, pero dentro de su música hay una apertura a reconocerse desde el respeto, por fuera de pretensiones. Proyectos como este van construyendo nuevos imaginarios sobre cómo son los grupos de raperos y me parece muy valioso, porque para nada se trata de que se vuelva algo light, sino que cada vez hay un sentido más real de cómo se relacionan las personas, dejando un poco de lado lesas ficciones, ¿sientes que hay un cambio en ese sentido?
Eso es muy cierto, huevón, porque pues lo que vos dices, como que el rap nació desde una necesidad de narrar lo que estaba pasando en la calle, en el barrio, en la pobreza, de toda la vuelta, ¿me entiendes? Eso siempre va a pasar, la calle está ahí, como los parceros, las drogas y la violencia. Pero sabemos que todo el mundo ya habló de eso, entonces, uno dice “Bueno, ¿de qué vamos a hablar nosotros?¿qué nos va a hacer diferentes?” También es juntarse con quien comparte la visión de uno, yo sé que me puedo poner a hacer música de calle, ¿me entiendes? Yo sé que puedo montarme y hablar de lo que uno vivió y de las skills que uno tiene en el rap y bla bla bla, pero pues eso es lo que la gente, por así decirlo, espera, y yo también sé que puedo hacerlo, ¿me entiendes? Pero desde el día cero yo sabía que no quería hacer solo rap, que quería hacer otras vainas, quería hablar de otras cosas, ¿sí? desde lo personal hasta lo común, por así decir, entonces, siento que esa visión se comparte y conecta con las generaciones nuevas.
Con todo este parche, yo me ponía a pensar en lo loco que es que tu primer sencillo lleve por nombre ‘Misántropo’. Entendiendo, en un sentido más literal, una caracterización de un tipo más bien solitario, como desde su propio mundo. ¿Vos creías que en algún punto de tu carrera ibas a estar tan acompañado? De alguna forma siempre estuvo Tincho, pero ahora, y pues más con el EP, se podría decir que haces parte de una comunidad. ¿Cómo ha sido encontrarte en medio de una comunidad en un género competitivo como lo es el rap?
Antes del 2020 compartí con muchísima gente, pero al llegar a Bogotá tuve, por así decirlo, que empezar de cero. Ese sencillo lo saqué como un “tate quieto”, como un, “breve, llegué, aquí estoy” ¿sí me entiendes? Fue decir “aquí empiezo, le voy a dar juicioso, tengo una visión” y toda la vuelta. Uno se metió del todo a la música y empezó a construir algo, como un camello, y se esforzó yse sigue esforzando. Creo que todo es una consecuencia de eso, de que, afortunadamente, la gente lo vea a uno, sea gente que hace música o no. Todo son consecuencias que a uno lo llevan a esos círculos, como a esa comunidad, es irse ganando el respeto de esa forma. También es una consecuencia de hacer las cosas bien, y pues de que uno está en lo suyo, ¿me entiendes? No está haciendo las vainas por chimbiar, todo eso se transmite, todo esto es lo que lleva a los raperos que están en el EP a decir “breve, le copio”, a compartir una visión.
Hay una barra de Caillou que dice: «¿por qué dices nigga?, si eres colombiano/ por qué querer representar algo lejano”. Con esta barra en mente pienso en el concepto detrás del EP. Esta analogía religiosa es algo muy propio, lo que tiene de religioso lo tiene de colombiano. En todas las casas hay alguna referencia al cuadro de la última cena o a algo cercano. Teniendo esto en cuenta, quería preguntarte por el proceso de escoger esa analogía, ¿cómo fue tomar la decisión y qué buscabas representar con eso?
Como te estaba diciendo, nunca se tuvo un concepto así desde el inicio. Después del campamento, por ahí en diciembre y principios de este año me puse a echarle cabeza. No te voy a mentir con que llegué de una a esa idea, fue un proceso largo, la verdad. La primera idea que me llegó fue cercana a este concepto de “Crema” dentro del rap, por ahí, dándole tiempo, fue llegando la idea de “La Última Crema” como un concepto. Llegué a un punto en el que me dije “¿Cómo le vas a poner a esta mierda? Ya tienes la música, que es lo más importante, ahora, ¿cómo se llama esto?”. Entonces dije «a ver, ¿cuántos somos?¿qué podemos representar siendo doce?«. También es que todos los temas se podían llegar a conectar, pero no había un hilo muy claro, teníamos un color establecido en cuanto a los beats, porque se siente lo colombiano, pero no había nada que te llevará a pensar a la última cena. Todo eso tomó forma al momento en el que hicimos las transiciones con Vivus, ahí sí ya había un concepto. Lo demás ya fue ponerle atención a la estética, al arte del proyecto. Para ese punto también ya estaba más claro con las referencias, ya fue más redondo decir: “Acá estamos la última crema del rap colombiano”. Obviamente hay muchos colegas que le están metiendo muy duro, pero lo que pasó esa semana en Medellín fue un junte de gente muy tesa. También pensando que todos los que estaban ahí debían estarlo. Esa semana se creó un vínculo que yo en lo personal nunca lo había visto de esa forma, así tan leal y tan orgánico; y sin que me conozca nadie ni nada, ni sepa ni mierda, sólo sólo por mi música, qué hijueputa moral.
Al llegar a decidirnos con el concepto ya llegaron otras preguntas, ¿los visto a todos de túnica? o ¿en el banquete sólo pongo pan? Ahí es donde entró el juego de apropiarse y llevarlo a algo más colombiano. Al lado de Isaac hay unas botellas de Pilsen regadas, salen ceniceros, baretos, una botella de chapil y un pollo. Cuando nos pusimos en contacto con FemSudaca, la chica que hizo el arte, cuadramos todo eso. Cuando ella me preguntó sobre las cosas que iban a ir en el banquete lo primero que le dije fue: “bareta y un pollo”. El resto de cosas fueron saliendo, pero toda la imagen solo se tenía de referencia, la estructura visual de lo que hace la última cena. Otra cosa, en la última cena son 13, acá somos 12 parceros sentados. En la original salen 13 porque el 13 es Judas y pues obviamente acá no hay Judas, todo desde el respeto, ¿no? Y pues obviamente también llevándolo hacia lo que es mi nombre, como Santo, mi concepto, entonces digo con el tiempo siento que he construido como más eso como conllevar una estética que esté más asociada como un concepto.
Recuerdo que en una entrevista hablabas sobre cómo esto de “Santo” lo veías como una posibilidad a que todos puedan serlo, a pensar en esa posibilidad, ¿no? Con esto ¿Qué me cuentas sobre el concepto del EP en relación a tu propuesta como artista?, siento que se amarra mucho todo. En este punto se puede ver cómo todo el concepto se ha ido reforzando y afianzando, desde la estética hasta las barras. También me parece muy valioso ir desacralizando tantas cosas con las que uno y tanta gente creció, todo esto permite pensar en otras posibilidades.
Mi nombre parte desde algo muy íntimo, es algo muy yo, desde algo que viví y que también es una vivencia compartida generacionalmente. Nos le implementan esto de la religión, pero ahora uno puede elegir en lo quiere o no creer. Con el tiempo me he dado al trabajo de reforzar toda mi identidad, intentando hacerle llegar a la gente toda la razón de mi obra. Pero igual soy consciente de que todo eso lo construye el tiempo, afortunadamente, porque uno no tiene un control sobre eso, no se puede decir “esto va a ser así y así y tan para toda la vida”. Uno, como artista y como persona, siempre está en constante evolución. Con el tiempo he estado dándole más sentido a eso, a toda una estética, por así decirlo. Así me veas en la calle, en un flyer, en una canción, en un solo verso, la meta es que me puedan reconocer. Todo esto también está para crear un diálogo con la gente, para que digan “ay, ese man se las da de santo, ¿qué putas?¿por qué tuvo el valor de ponerse ese nombre, de inventarse un santo?”. Ahí es donde estoy llegando, aunque todavía no lo he logrado, a que la gente entienda la razón, que conozca mi obra por lo que es y no por lo que lo pueda llevar desde sus propios prejuicios. Ver a todos esos gatos ahí sentados en una obra demasiado, demasiado católica, te pone a pensar “ahhh, entonces, ¿todos son santos?”, la gente va a decir “Ah, él no es el único santo”, creo que ese mensaje es muy importante, si nosotros podemos serlo, cualquiera puede serlo.
Todo esto de la portada, todo el junte, me hace pensar en lo importante que es este EP para el rap colombiano. Es una fotografía de la escena. Ver toda la gestación y pasos del proyecto también me hace pensar en el momento específico de cada rapper y productor que participa. De alguna forma todos aún se paran desde lo independiente, pero ya están empezando a subir varios escalones. Todos están en un momento bisagra, ¿Qué te genera estar dejando este registro para la historia?
Desde que empecé a hacer “Grasa & Panela”, hasta que salió, me di cuenta de la importancia de la música en el tiempo. Un día estaba viendo todos los videoclips que hicimos con Nicolás y le dije: “Imagínate de aquí a unos 20 años cuando miremos esos videos y ya no quede nadie de ahí”. Es pensar que todo queda como un simple registro de lo que se hizo, y con “La Última Crema” es la misma vuelta: unas neas que tienen gorra, ropa ancha, cadenas, ¿me entiendes? La cultura del momento. La música siempre nos ha permitido ver el paso del tiempo, los 70, los 80, todas las etapas. La música, afortunadamente, siempre va a ser infinita, literalmente. Yo creo que se trata de materializar esas vainas y decir como “breve, yo en 20 años voy a voy a ver esto y voy a decir: mirá cómo él estaba sentado, tenía esa postura, tenía este delivery”. Es un poco dimensionar la fuerza que tiene la música y aprender a relacionarse con eso con mucho respeto, admiración y mucho amor.
Esto que me dices me hace conectar mucho con el sentimiento de nostalgia de tu obra. ¿Cómo te barajas con eso?, ¿cómo es para vos estar dejando un registro? Pensando también que aún lo haces desde un lado independiente, pero que cada vez te vas relacionando más y más con la industria. ¿Cómo crees que esa nostalgia va a tomar forma en el futuro?
Toda la música que hago, así sea el trap, hasta el reggaetón más bandido que pueda hacer, siempre tiene que partir desde un lado real, desde un lado que existe. Vos en el reggaetón puedes hablar de de culos, de nenas, de plata, de farra, pero todo ese tipo de vainas “banales” hacen parte de algo real, como en este caso, pues es el recuerdo de las cosas, ¿me entiendes? Como las experiencias que vos vives son vainas, son vainas reales. Yo siento que mi música, por más que puedan presentarse oportunidades, siempre va a tener esas razones por las que empecé a hacer música, todo ese amor y esa nostalgia siempre van a estar presentes. Cuando uno era chiquito decía: “quiero ser astronauta o quiero ser médico o quiero ser futbolista”, uno nunca dijo “quiero un carro, quiero una nena, yo quiero tal vaina”. Vos partes desde las vainas que te pueden llevar a hacer sentir algo real. Yo siento que mientras tenga mi piso, que así espero que sea siempre, la visión nunca se me va a desviar; eso va a hacer que mi música tenga un sentido en serio, siempre va a transmitir.
Hay una temática muy concreta por cada track, ¿no? De alguna forma las canciones tocan algunos de los principios del rap, los códigos. ¿Cómo crees que se han apropiado de esos principios la gente con la que participaste para el EP? Se puede identificar cómo hablan de la weed, no copiar de la fama, el autoreconocimiento, la competencia, los parches o ser críticos frente a la plata. También te lo pregunto para que me compartas tu visión sobre estas nuevas apropiaciones que se van dando desde tu generación, todos hablan desde un punto de vista mucho más personal.
En cada track, consciente o inconscientemente, hay una temática relacionada a eso que dices. Por ejemplo, en el tema con Niche, que es un fumón de kilo, vamos a hablar de bareta, literalmente. Es más como que en cada track se tocan los códigos, literalmente los códigos que hacen al rap. Uno es es leal a lo que ha aprendido y también la visión se comparte, más al hablar de los códigos. Tambíen uno piensa, ¿qué te va a hacer diferente? Si ya sabes que muchos lo han dicho, pero vos, ¿cómo vas a decir las vainas?, ¿cómo vas a ejecutar las ideas? Porque hay mil formas de decir las cosas, literalmente. Siento que también los códigos tienen mucha más presencia después de las transiciones, como que ya todo se siente como una movie. También que cada uno de los artistas que participan tiene sus principios y todos tienen sus maneras de reflejarlos en los tracks. Para mi ‘Corazones de Cristales’ es como: “Listo, ya me hablaste de bareta, ya me hablaste de calle, de la tomba, del maleanteo, de los amigos, bla bla bla”, pero el último tema es el que precisamente concluye todo eso, el coro dice: “Cuando la luna se esconda y el tiempo se acabe, el rap dará señales / Sea en horas o claves, o pactos, o señales, corazones de cristales”. Esta parte personal, esta visión más sensible, si se quiere, se ve muy representada en ese tema. Uno sigue siendo una nea y toda la vuelta, pero es muy sensible, uno también tiene su corazoncito.
Estos códigos muchas veces llevan a la gente a rapear sobre temas que ni siquiera han experimentado, o los toman tipo “si saco temas hablando de esto me pego”, ¿no? Y pues siempre hay como un debate sobre qué es lo que hace a un MC, entonces, este sentido de conciencia frente a lo que se está diciendo, a quién se lo estoy diciendo y desde qué lugar lo hago. Todo esto para una persona que se piense políticamente, ¿no? se me hacen cruciales esas consideraciones y más cuando hay altavoces.
Al tener como tanta influencia y tanto poder, sobre todo como en el rap, uno primero tiene que hacer la tarea. Todo el mundo ha hablado de la tarea, es saber entender de qué me habla el rap. Yo no me puedo poner a hablar de mierdas que no me pasan o que no le están pasando a los míos, no me puedo inventar como un mundo de fantasía en el rap, ¿me entiendes? Tengo que hablar desde vainas mías, reales. Esto sobre todo en el rap, como en otras vainas, otros géneros, puedes hacer lo que vos quieras, pero el rap es un género muy muy cultural, como de mucho respeto, ¿me entiendes? Siempre se ha mantenido así y ojalá que siempre se mantenga así. Uno también está muy expuesto como artista, sacar música que mucha gente escuche, sean niños, jóvenes, adultos, abuelos, lo que sea. Cada uno al escuchar algo va a tener una opinión o una postura, uno tiene que ser consciente de eso, siento que mientras uno, pues, sea real y ejecute bien las ideas, los conceptos y los códigos, pues está bien, ¿me entiendes? Yo no me voy a poner a hablar en un tema como “Oe, huelan perico, es una chimba, les va a encantar y les va a ser súper bien”, pues eso no tiene sentido, o sea, si me pongo a hablar de perico les hablo de que eso es literalmente es el diablo. Hay que saber que uno puede llegar a ser muy influyente, por ejemplo, en un pelado de 12 años que está creciendo, así sea en las peores o en las mejores situaciones.
Cuando recién me contaste que era un EP producido por Pocket y Saygi, pensé «¿cómo irán a congeniar estos dos?» Desde un oído más o menos atento uno podría decir que Tincho le da mucha más importancia a la percusión y Saygi busca ser mucho más melódico, pero al escuchar el EP uno se da cuenta que entre los dos no se pisan ni se opacan, sino que cada uno se centra en congeniar con el otro. También es muy chimba poder identificar los detallitos de cada uno en ese trabajo y verlos tan cohesionados. Quisiera que me cuentes un poco cómo fue estar en medio de esas dos máquinas.
Uff marica, la verdad yo he conocido a muchos productores y he estado en estudios donde los productores hacen un beat entre ellos dos, pero Say y Tincho, perro, esos manes se meten en ese estudio y es increíble la forma en que compaginan. El EP siempre lo pensamos como una obra muy colombiana, que no suene nada gringo, queríamos que el color de los beats suene muy boombapero. Tincho es mucho más gringo en sus influencias, digamos que tiene mucho más una visión desde ese lado, y eso se siente, pero Saygi es muy latino, como muy colombiano. Entonces imagínate juntar esos dos y que hayan compaginado de buena forma. Eso fue un junte increíble. Lo que me trama mucho del EP es la calidad de los beats, no hay ninguno que vos digas “A este le faltó, no me transmite mucho”, nada de eso. Todos esos hijos de puta beats son muy candelas, en todo el sentido de la palabra. Es increíble la conexión que tienen los dos, el respeto que se tienen, el buen gusto para hacer las vainas, para complementarse… y eso no pasa tan seguido; ver todo o fue algo muy hijueputa. Esos dos manes en estudio son imparables, son Batman y Batman, no Batman y Robin.
¿Qué otros aspectos crees que caracterizan a “La Última Crema”?
Creo que tiene mucha relación con un color bien latino, que se deja moldear. Creo que la mayor victoria es que siente como algo propio. También que se está frente a una obra que logra transmitir mucho rap con mucha fuerza, no hay para nada un sonido tibio. En la selección de samples también estuvimos muy pendientes, muy intensos con eso, queríamos que todo el sonido del EP tuviera muchas referencias latinas, principalmente desde los boleros.
Qué chimba ver que como artista llegas a un punto en el que puedes cumplir este rol de anfitrión y que a la vez se sientan las marcas de tu autoría y que sigas apostando por trabajar de forma colaborativa en una industria que siempre llama a la individualidad. Me pareció muy valioso que hayas incluido a Caillou y a Juan Reyes (Alter Ego), por más que no hayan participado del campamento.
Se me hizo imposible no meter a esos dos. Sabiendo la importancia que tienen en mi carrera: Caillou ha estado desde mis inicios y Juan Reyes fue, literalmente, la persona por la que empecé en esto, fue el primero que me dio la moral. Cuando le mostré el EP a Juan le gustó el tema ‘Amiga del DJ y la Consola’, que es en el que también participa Fiallo. Para el momento en el que él escuchó el tema solo estaba mi verso y a él le tramó mucho el tema. Me dijo “nea, meteme a ese tema”, yo le dije “perro, obviamente por la importancia que tienes quiero que estés ahí, pero te tienes que sacar la verga si quieres participar, me tienes que fumar hasta a mí” y eso fue lo que hizo. Me gustó tanto su parte que acorté mi verso para que él pudiera tirar el suyo completo. Fue muy hijueputa que él pudiera participar y que nuestro primer tema juntos sea acá.
Toda la estética y el concepto lo voy a cerrar con el videoclip de ‘Rappers Pa’ Recordar’. Cada tema va a tener su videoclip, pero el último que voy a sacar va a ser el de ‘Rappers Pa’ Recordar’. Iniciar el EP con este tema y cerrar todo con él es importante porque Caillou está ahí, él fue quién me dio la oportunidad de presentarme por primera vez en vivo, también me ha enseñado mucho. Se trata de esto, de actuar desde el amor, de ser consecuente.