GS3 de Sa!koro: nostalgia alucinada y la llegada de la era VRITNI

Entrevistamos al máximo exponente colombiano del trap de Soundcloud sobre el cierre de su trilogía GRACIAS SAIKO y su nueva red internacional de tráfico de plugg en español.

Sa!koro está teniendo un mes turbulento. Ahora mismo sigue entre parcial y parcial de su pregrado en electroacústica de la Universidad de Concordia (Montreal). El afán empezó cuando anunció la publicación de su álbum “GRACIAS SAIKO 3” —oficialmente llamado “GS3”— al onceavo día del mes. Después, tuvo que tomar un vuelo a Bogotá para ser telonero de Rojuu por segunda vez —la anterior fue en Medellín en 2022. Y, para coronar, mientras intentaba retomar sus clases, estuvimos intenseándolo por Whatsapp para saber un poco más de lo que está pasando en su carrera y en su vida.

¡PERDÓN SAIKO!

Sa!koro y Rojuu. Fotografía de @deeskey

Las primeras cinco canciones del álbum cargan con fuertes confesiones de angustia, ansiedad y confusión ante el embate del tiempo entre viaje y viaje, show y show. Afortunadamente, las otras ocho canciones demuestran que el humor, la ternura y el optimismo son lo que más pesa en la balanza tras media década de David haciendo música. O, más que eso, muestran a alguien tan divertido haciendo arte que hace parecer sencillo escribir barras  como estas y escupirlas sobre un jingle de última hora de un noticiero:

Yo sigo a mis dealers y a mí me siguen modelos
Salgo en RCN, tu abuela me tiene celos
El que a mí me vende el M no es un chirri es un minero
Las piedras que a ti te llegan me llegan a mi primero


Yo sé lo que va a pasar, nunca veo el noticiero
Viven soplando caballo, pero no tienen camello


No me quieren en la DIAN, me buscan en la DIJIN
Me toca cambiar de plan, me tocó cambiar de SIM
Su abuelita tiene Alzheimer, pero se acuerda de mí
Aquí nadie te conoce, no te asomes por aquí
RCN

Tras esa odisea de canciones, que no llegan a los tres minutos pero tienen varios beat switches y cientos de kicks —cada uno más agresivo que el anterior—, todo cierra con un tierno tema de bedroom folk dedicado a su perrita Lucy. Así, la trilogía GRACIAS SAIKO concluye en el sonido con el que David Vaillancourt empezó su carrera.

Ha pasado más de un año desde el perfil “¿Quién carajos es Sa!koro?”. En ese tiempo, ha lanzado el EP “SUEÑO CON CRISTALES Y CENIZAS, en colaboración con f00bag, y el álbum “VAPING LEYEND.

El primero tiene tres temas, en donde la voz es acompañada por una emulación de cuerdas y ligeros sintetizadores arpegiados que flotan entre samples y kicks saturados. A pesar de tener un sonido opuesto al fiestero EP anterior, “HIEDRA DE MI AMOR” (2022), ambos son paralelos en cuanto tratan relaciones románticas que van de la idealización a la desilusión. 

Por su parte, “VAPING LEGEND se erigió como su primer trabajo enteramente conceptual. Su repetición temática insistente reflejó de forma precisa y cómica el estancamiento en la adicción más evidente para su generación y las que le siguen. Esa monotonía, que se extiende a los beats, hizo que el disco pasara desapercibido y fuera recibido como un experimento y un medio para que quienes vapean se burlen de sí mismos. Y, aun así, no deja de ser notable por su capacidad para describir sin tomarse demasiado en serio.

¿Saben qué es el vapeo acústico? Exacto.

En ese mismo tiempo, Sa!koro, de nombre David Vaillancourt, viajó tres veces a Bogotá. Dos de ellas fueron exclusivamente para dar conciertos atestados de gente con botas uggs y chaquetas de felpa. Poguearas o no, al fondo y detrás del esperado dejo de sudor, podrías oler la esencia de sandía. Uno de esos shows fue su debut en el Festival Estéreo Picnic. 

Su tercer viaje también tuvo toque, esta vez en Medellín, pero el objetivo principal era pasar fin de año y unas merecidas y largas vacaciones con su familia y amigos. El efecto fue duro. Al volver a Canadá en enero, empezó a escribir “GS3”. Las últimas composiciones se concretaron en agosto y en septiembre ya estaba listo el broche de oro de la única trilogía de álbumes de trap underground latinoamericano de la que tengamos noticia.

Esto nos contó sobre el disco:

¿En retrospectiva, qué significa GRACIAS SAIKO para ti? ¿La serie está terminada del todo?

Cuando empecé la serie no la entendía muy bien. «GRACIAS SAIKO» —el primer disco— hace la labor de formar la base, de demostrar quién era yo en ese momento, cómo pasaba mis días y qué pensaba acerca de la vida un niño de 17 años. Ese primer disco lo empecé incluso antes de migrar. 

El «GRACIAS SAIKO 2» habla de lo que se siente al mudarse a otro país. Especialmente a uno tan frío como Canadá. Hay un sentimiento de nostalgia, un deseo de recordar hacia atrás como si todo hubiera sido perfecto y añorar las cosas que se tuvieron. No estaba muy seguro de si las cosas eran mejores en este lugar nuevo o no. Por eso siento que el recuerdo queda marcado por tanta belleza.

A mis 21, «GS3» busca cerrar ese ciclo de extrañar y recordar. Vuelvo a Colombia después de haber pasado y entendido el invierno, el frío, el tiempo sin mi familia y amigos. No fue tan rápido, pero cuando fui a Bogotá y Medellín el pasado diciembre me di cuenta de que muchos amigos y familiares se habían ido del país. Ese sentimiento fue incluso más difícil de aceptar: yo me puedo devolver cada que reúna el tiempo y la plata, y veré los mismos lugares y la misma gente, pero todo el mundo habrá seguido con lo suyo. Verdaderamente: nada vuelve a ser igual. Ni siquiera estando allí. El nombre no oficial del álbum iba a ser Desencanto: había que desencantar el recuerdo y la nostalgia que plasmé antes.

Cuando estábamos hablando con Miriam para hacer el arte, hablamos de que es un tipo de nostalgia muy extraño: sentir nostalgia por algo que no fue real. Agarrando esa idea y lo que sentí en ese viaje, pensamos en otros tipos de nostalgia, en especial las que no le pertenecen a uno, pero se sienten como propias. 

Me explico. En el primer tema, ‘De qué voy a escribir si no vivo‘, pensé en lo que siento por la música de mi abuela, por sentarnos a comer en su casa escuchando pasillos y bambucos que sonaban en su radio. Pero la nostalgia realmente le pertenece a ella. Lo que yo siento es una nostalgia alucinada.

Así llegamos a los ositos. Ni Miriam ni yo sabíamos cómo se llamaban o cómo buscarlos, pero estábamos seguros de haberlos visto. Logramos identificar que son ilustraciones brasileras de carticas de regalo con frases. En Colombia las hubo. O, al menos, tanto ella como yo las recordamos. Pero no sabemos si esos recuerdos que tenemos de haberlos visto en la infancia son reales. Ver esos dibujos nos hace sentir mucha nostalgia, incluso sin saber dónde fue que los vimos. No sé si sea una fabricación por la necesidad de sentir nostalgia o si hubo algo importante atado en mi vida.

Pero sí, la trilogía se acabó. O bueno: terminó, pero el proceso de GRACIAS SAIKO no, en términos de sonido. A la sonoridad a la que llegamos al final de este disco es a la que le estamos apuntando en VRITNI, y la que quiero seguir explorando en adelante.


A lo largo de GRACIAS SAIKO hay otra transformación paralela a la de la perspectiva personal de David. 

El primer disco buscó establecer que en Colombia existían proyectos de largo aliento de plugg y los demás subgéneros del trap underground de Soundcloud. Para esa tarea había que imaginar. Había que encontrar las palabras y el humor con el cuál coquetear diciéndole a una chica de Medellín que por ella se haría hincha del DIM, había que ponerse los jeans de mamá y admitir lo menos gangster del mundo —que fumar marihuana le daba paranoia— a la vez que se ejerce el ego trip con altura. 

En el segundo, se sumó a la construcción de esa estética meme un desarrollo de posibilidades líricas que lo separó del resto del panorama. Sin duda, los antecedentes de David explorando con el bedroom pop y el indie rock fueron de ayuda, pero incluso antes de los GRACIAS SAIKO ya había en plataformas temas de Sa!koro con letras que exploraban ese camino.

Ahora, la propuesta de «GS3» es conspirar para delinquir a través de una red internacional de trap underground en español. ¡Es VRITNI, Vitch!

Hablaste de Nulko en la entrevista que te hizo Rodrigo Romero, Doble R, reconociéndolo como pionero en Colombia de estos sonidos. ¿Qué es VRITNI? 

Yo ya venía trabajando con Nulko desde hace un rato. Él fue el que me llamó para hacer parte de VRITNI. Él ya está en otro nivel y lleva muchísimo más tiempo que la mayoría de productores que conozco tanto haciendo música como manteniéndose en conexión con la escena de Estados Unidos. 

[El colectivo] está compuesto por algunos de los que para mí son los más grandes exponentes de esta microcultura o movimiento de habla hispana. Son los quince usuarios seguidos por la cuenta de Instagram, pero además trabajamos de cerca con AgusFortnite2008, Stiffy, Shadow Wizard Money Gang —canadienses— y más. Hasta donde sé, este es el primer intento por crear una red a gran escala en cuanto al trap undergound en habla hispana. En Estados Unidos, y en inglés, ese fenómeno es ya gigante porque allá hay una cultura del rap [que llega hasta esos nichos]. En Latinoamérica llevamos menos de dos años de que estos géneros agarren fuerza poco a poco.

VRITNI permite que personas de lugares muy separados se reúnan para hacer esta música. No me acuerdo quién fue que lo dijo, creo que fue Joshu Joshu, pero le apuntamos a ser Real Madrid en su prime. Es un gran esfuerzo para unir algo que solo ha sido separado por la distancia. Ni Swaggerboyz ni Joshu ni los chicos de Chile han estado en Colombia. Yo nunca he estado en sus países. Queremos hacer shows, hacer videos… Somos quienes han empujado el movimiento en sus casas. Ya estamos trabajando en nuestro primer mixtape conjunto, y no tarda más de unos meses.


Vale agregar que ‘1foto‘ de Sa!koro y AgusFortnite2008, uno de los temas más enérgicos de «GS3«, no es la primera colaboración entre las escenas de trap underground argentino y colombiano. Fue ‘Misterio‘, de Stiffy y tada, miembro del colectivo deities, al que también pertenece Sa!koro.

También que VRITNI aspira a ser pionera de la lógica de red internacional. A nivel local, países como Venezuela han marcado la pauta del trap underground a través de artistas como Underaiki —gran influencia para Sa!koro—, SUEI, Yunglian o Skisia2. Y aunque han sido procesos de gran alcance que dialogan con artistas como el español Rojuu, la colaboración con proyectos anglo y originarios de Canadá abre el espectro de lo posible y prepara el terreno para que prueben a asediar el gran muro: la barrera idiomática.

Según me contaste para el perfil, StoopidXool fue uno de los primeros productores que identificaste como referencia de lo que querías hacer, en parte por su trabajo con gente de la talla de Playboy Carti. Ahora, en ‘cuando me ven contando‘, incluyes uno de sus beats. Aparte de los ya mencionados y de los miembros de VRITNI, ¿quiénes son para ti las otras personas que nos presentas como invitados al disco?

DJ Smokey vive aquí en Montreal. Me enteré el año pasado, cuando le abrí a Rojuu en Medellín. Allá conocí a Lederrick, un productor que trabajó con Lil Peep y otros referentes de Hip Hop underground de hace mucho. Estaba de paseo, era amigo de JasonAcas y ya conocía mi proyecto. Él fue quien me contó que tanto Smokey como Noah, mi actual DJ, vivían en Montreal. Como yo estaba terminando de estudiar no había hecho mucha vida social allá y los tenía al lado, jaja.

Smokey y yo hablamos cuando volví a Canadá y gestionamos un toque al que vinieron Lederrick, Shadow Wizard Money Gang y otros artistas con los que desde entonces he estado trabajando. Me hablé más con DJ Smokey porque, cuando estaba hosteando en el disco de Stiffy y AgusFortNite2008, me llamó a mí para que le tradujera todo. Necesitaba saber en dónde tenía sentido y en qué momentos no hacer su voz. Escuchamos mucho ese disco antes de que saliera.

Vengo siguiendo los proyectos de Agus y Stiffy desde alrededor de 2021. Empezamos casi al mismo tiempo. Hace aproximadamente un año y medio empezamos a hablar continuamente.

Para el álbum fue óptimo incluirlos a ellos y a su sonido por esta exploración de las nostalgias alucinadas. Ellos se basan mucho en el trap que salió entre 2010 y 2015 y esa fue la corriente con la que empecé a escuchar música por mi cuenta. Pero era un sonido que no me pertenecía, no estaba en mi contexto real. En el trap underground hay un movimiento muy grande que se fija en ese momento del sonido de Chicago: el glo, el plugg… Tanto ellos como yo llevamos un tiempo inspirados por eso, por una música que no vivimos. Y, sin embargo, hay una nostalgia que disfrutamos por el momento de nuestras vidas al que nos recuerda.

El diálogo con Joshu Joshu ha ido encaminado por el mismo lado. Él tiene un sonido muy propio, una cadencia que ha marcado todas sus canciones y un color de voz súper particular. Montarlo en un beat así, que rompiera la sección oscura del disco y estuviera menos marcado por lo memero, permitía hacer énfasis en su carácter íntimo y personal. Lo entendió perfecto, y eso se ve en la letra que escribió.

Mi guacha me ama a pesar de mi autismo
Se arrodilla y reza, pero no es un bautismo
Con packs en el auto, yo le digo «autismo»
No sé si es joseo o es ser anti autismo
No existe la meta, pero estoy que llego
Despliego mis alas y emprendo mi vuelo
Quiero estar ahí, muy cerquita del cielo
Decir que le extraño a mi abuela y mi abuelo

-Joshu Joshu, Castillo de Barro

¿Qué has aprendido al integrarte a la escena de Montreal?

Me ha dotado de perspectiva porque muchos de sus participantes son gente que lleva muchísimo más tiempo haciendo música. Lo que está pasando en Latinoamérica todavía es muy prematuro y a veces se nota que hay una falta de referencias en los artistas que están empezando. Acá es todo lo contrario. Me he dado cuenta de que no es un fenómeno tan de internet como creemos desde allá: los artistas que para nosotros son referentes se conocen, han tocado mil veces juntos en muchos lugares y son un parche muy grande, más que una comunidad de internet.

Lo dices con convicción de construir esa idea de comunidad. Una vez publicado GS3, ¿cómo es tu propia percepción sobre tu carrera? ¿A qué le apuntas? ¿Qué música andas oyendo y haciendo?

Incluso antes de hacer Sa!koro, siempre he tenido la intención de ser muy sincero respecto a lo que escribo. No forzar situaciones que no son relevantes en mi vida logra una narración muy literal de lo que me está pasando en las diferentes etapas de mi vida.

Algo en lo que he mejorado y a lo que le apuntaré mucho más en adelante es a ser igual de genuino con el sonido. He pensado mucho en eso al hacer «GS3» y a través de lo que me ha tocado aprender yendo a la universidad e interactuando con gente que no está en este medio. Al entender el sonido por lo que es, y no por la estética que tiene, me he podido alejar de la idea de tener una ‘agenda estética’. Es muy llamativo, cuando se está empezando a hacer música, apoyarse en la estética cultural vinculada a la música.

Digo eso porque he estado escuchando mucha música que no tiene nada que ver con lo que hago, aunque todos los días esté pendiente a las nuevas propuestas que surjan del mundo del trap. Académicamente, he estado trabajando con música electroacústica y música acusmática, que no tienen necesariamente unas bases rítmicas o armónicas estable. Es una gran base para estudiar el sonido y lo que hace sentir en sí mismo.

Para mí la magia está directamente en cómo suena. Entender eso da una posibilidad creativa suficiente para lograr transmitir sin importar qué genero se haga.

Fotografía de @xmayaapx

Dentro de su camada, Sa!koro es el que se ha mostrado más vulnerable y versado para hacer diversidad de sonidos y estilos musicales. Tanto que esta es la segunda vez que le había escuchado su intención de pausar el trap para hacer música tirando al ambient y a la electrónica experimental. 

¿Por qué no? En ese desdibujamiento de géneros y supuestos sobre la música que él y sus colegas cargan como bandera, parece haber una riqueza tan infinita y libre como la de otros momentos clave para la idea de vanguardia en las músicas latinoamericanas de los últimos cincuenta años. En lo que VRITNI representa está latente la irreverencia del funk rap de Ilya Kuryaki & Valderramas, la lisergia desenfrenada de Matias Aguayo, el sabor del tropicanibalismo bogotano o el paisajismo indigenista y digital de Chuquimamani-Condori.

Gracias, por tercera vez, Sa!koro. Y gracias a quienes encarnan ese incendio del trap undergound en nuestro idioma, esa oportunidad de vivir un nuevo retumbar de los bajos y de los cimientos de nuestra cultura musical.

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