Cómo enfrentar el pasado: Istmo de Dano

Dano finalmente nos entregó su esperadísimo segundo disco y los años de espera valieron la pena. «Istmo» es un nuevo nivel conceptual, audiovisual y sonoro para el rap hispano. «Istmo» es un nuevo clásico.


El 2019 ha sido un gran año para la música y esto también se aplica para el rap de España que desde 2017 viene pasando por su mejor momento. Estos últimos doce meses se pueden rescatar discos del género tan variados y geniales como “Barriobajero Navajero” de Nico Miseria, “La Viña 2004” de Ciclo y Dheformer, “Un Perro Andaluz” de Delaossa y J. Moods, “City Pop” de Recycled J y Selecta, “The Mayor” de Juli Giuliani y Jay Calabria, “Malas Calles” de Alex Orellana y, aunque no sea de rap sí que forma parte del mismo bioma, “Bruno” de Choclock. Dentro de esa escena, en la que siempre han destacado inmigrantes como Frank T, Arianna Puello, Original Juan y Nathy Peluso, hay un argentino que saca el disco del año. Hubo doce años de espera para el lanzamiento de su segundo LP. “Istmo” es la obra tangible que necesitábamos para que Dano ocupe oficialmente el lugar que le corresponde. El exponente número uno del rap en código de barras hispano y también el productor más importante de su generación. 

Con el conocimiento y un oído muy entrenado como mayores herramientas ha aprendido técnicas de escuchar rap estadounidense y francés, descifrando los códigos más underground de la cultura Hip Hop ha desarrollado una maestría narrativa que junto a todas las historias que tiene para contar y su ingenio para decorar su poesía con referencias y metáforas que se sellan en el oído. Por otro lado están sus capacidades como músico más allá del rapeo, es un alquimista del sampleo, descendiente de Easy Mo Bee y Pete Rock, con un gusto especial por los arreglos y el trabajo armónico. Pero no se queda ahí, cada tanto toca algún instrumento y, si la situación es amena, puede llegar a cantar. Y en toda su labor compositiva se nota la pasión que tiene por la música, más allá del rap, su experiencia se remonta incluso antes de su nacimiento a través de los genes, prácticamente todos en su familia son músicos, por ejemplo, su madre, Mavi Díaz, fue la vocalista de una banda argentina tan importante como Viuda e Hijas de Roque Enroll y su tío abuelo, Domingo Cura, está considerado el percusionista más grande del folklore de la región. Si bien no es algo que se herede así como así con la sangre, ha tenido estímulos artísticos desde muy chico y ya de grande, habiendo aprendido inglés viviendo en Inglaterra e interiorizando distintas culturas también en Canarias y Madrid ha desarrollado un gusto internacional, intergeneracional e intergénero.

Algo que sin dudas lo marcó es el haberse quedado solo viviendo como inmigrante en Madrid cuando se hizo mayor de edad, adquiriendo rápidamente una madurez y responsabilidad como para llevar adelante conceptos artísticos, algo a lo que sumaron sus estudios universitarios de diseño gráfico. Ya en España se hizo miembro de la crew Ziontifik, compartiendo ideas musicales y estéticas muy distintas a las que había en la península, siendo una enorme influencia en las generaciones que siguieron con, por ejemplo, “El Veneno” de Acqua Toffana. Porque, más allá de su talento individual, el rol clave que ocupa Dano en el rap de nuestro idioma es por su incansable trabajo colaborativo. Algo que hoy se ve reflejado en un sello independiente modelo para el rap y el R&B como lo es MÉCÈN Entertainment.

Estos últimos años trabajó desde las sombras en “Bruno” de Choclock, “Maracucho Bueno Muere Chiquitito” de Cruz Cafuné, “La Sandunguera” de Nathy Peluso, “Espíritu de Nuestro Tiempo” de Elio Toffana, “La Teoría del Caos” de Sule B, “Vacío Pero Lleno” de H Roto y “Causas Perdidas” de Nethone. También explotó su visión cinematográfica filmando videoclips de estrellas como Dellafuente, C. Tangana y Duki, además de los propios y de su crew. Es el beatmaker oficial de Océanica (Lou Fresco + Elio Toffana) y es parte, junto a T&K, del dúo Magic Kids. Organizó el ciclo de cyphers El Corro y tiene colaboraciones superlativas con Niño Maldito, Kyne, Lil Supa, Kaixo, C. Terrible, Willie DeVille, Cálido Lehamo, Big Deiv, Juli Giuliani, Dj Swet, Escandaloso Xpósito, N-Wise Allah y Big Menú; además de trabajar junto a muchos otros beatmakers innovadores, como Halpe, horror.vacui, Gese da.O, LNS, Emelvi, $kyhook, Oddliquor y Manu Beats. Con un perfil bajo lleva años empujando a toda la escena, sacando lo mejor de cada uno.  

Siendo un artista multidisciplinario difícil de seguirle el rastro, por trabajar en muchos proyectos distintos y, además, ser fanático de hacer obras que jamás verán la luz; es muy significativo que, finalmente, tengamos la prueba concreta de que es el productor y rapero más importante de su generación. Y esa prueba es “Istmo”.

Un istmo es un pasillo natural que une dos continentes separados por espacios acuáticos. Son producidos por la erosión, y ésta misma los termina haciendo desaparecer. Son la metáfora perfecta de un estado mental de transición, un proceso psicológico efímero entre dos etapas: El paso por los veinte y la llegada a los treinta. Inspirado en este accidente geográfico, Danilo hace un ejercicio de cartografía mental, plasmando en la eternidad un momento destinado a perecer. Una historia de cómo caminó por un estrecho con un abismo a cada lado, lo que ganó y lo que perdió.

Dano en el abistmo

Si bien Dano siempre ha sido muy personal con sus letras, en este disco se torna aún más introspectivo. A pesar de haber cumplido muchos de sus sueños, narra un derrotero amargo: (Lejos “Puse una mesa para tres/ Y ahora la cena se echa a perder”). Un relato en el que revisita sus fallos para darle consejos al espejo y cuenta cómo las drogas le han servido de escondite (“¿De qué sirve este cigarro si no tengo fuego?/ Tapo mis miedos con papeles finos como actores buenos”) y lo mismo va para el arte (“De vez en cuando me bajo a pintar todo borracho/Los niños malos del barrio saben de lo que hablo”). 

Esta narrativa tan personal viene con un código de street knowledge que le da un carácter de nicho y que muchas veces se halla en la calle, aunque se muestra distinto al hustler que retratan con Elio en Lenguaje Roto: su personaje tiene más de O que de G, un ermitaño. Y a lo Biggie, logra con su estilo super rapero darle una dimensión psicológica profunda a las historias en la calle.

La vibra solitaria del argentino viene acompañado de algunos de los raperos españoles más talentosos de su generación y la nueva. Ébano San, H.Roto, Elio Toffana, Israel B, Ergo Pro, N-Wise Allah y Rels B, por más distintos que sean, aportan de una manera que fluye con la estética de la obra y su concepto. Pero por más de lujo que sean todos los feats, el nivel de Dano está tan alto que no lo pueden opacar ni un momento, escupiendo barrones desde el minuto uno al cincuenta, incluso en ‘Athens’ donde rapea todo en inglés.

Una deuda con el rap

Este es el disco de boom bap que se debía y tiene un estatus de clásico con sus mayores virtudes como sutilezas. Las instrumentales son muy detallistas, varios arreglos en cada canción y vibraciones que dan la sensación de que no suena un beatmaker, sino The Roots. Lejos‘ no sería tan emotiva si la voz sampleada no estuviese diseccionada de esa manera. El final de Albatros‘ no tendría la misma fuerza sin esos coros que le hizo. Los hi-hats seleccionados, el groove de los bajos, el reverb necesario, todo eso lo hace ser uno de los discos mejor producidos del género. Eligió metódicamente las terminaciones de las rimas, donde ubicarlas y cada flow, aprovechando cada herramienta para expresar sus emociones.

Sin caer en la imitación, se homenajea A Tribe Called Quest, Kool G Rap, Big Pun, Biggie y más exponentes del New York noventero. Exceptuando ‘La Lluvia y el Sol’, cuya instrumental la hizo Manu Beats, todas las pistas de la obra fueron creadas por Danilo. Los samples son muestras selectas de música a la que decidió conmemorar. Es interesante cómo encontró ese sonido de Q-Tip, Large Professor, Lord Finesse y RZA, construido en base a samples de soul y jazz, con muestras muy distintas, provenientes de, por ejemplo, jazz fusión japonés, salsa y bossa nova.

Tanto estos samples, como los fragmentos que suenan al final de las canciones, algo que hace mucho fue una costumbre en el mundo del rap, los guiños y las referencias, son detalles puestos ahí conscientemente para que el oyente se de la cabeza contra la pared hasta encontrar su origen. Podría enumerar todos los easter eggs que encontré, pero todavía no tengo ni la mitad del rompecabezas; además de que hacer eso le quitaría parte de la gracia a la obra para ustedes. La satisfacción es mucho mayor cuando uno va encontrando más y más en cada escucha.

Paisajistmo

Tan importante como lo lírico y lo musical, está el apartado visual del álbum, del cual se encargaron Gonzalo Hergueta y MRKA, con la supervisión de Dano. Entre los tres conceptualizaron y ejecutaron la portada, ediciones en CD y vinilo, indumentaria, flyers, videos promocionales y una tipografía especial dándole una identidad gráfica reconocible donde sea. Este factor viene pasando desapercibido porque casi nunca se le da tanto valor al diseño, pero su labor es crucial saciando la necesidad de incentivos visuales que generan los medios digitales, y que, generalmente, se cubre con vídeoclips. 

Como se publicó sin adelantos, la única probadita del disco que se pudo tener cuando salió fue la película que se publicó en simultáneo. No es un documental sino como una obra paralela al álbum, que nutre su escucha, pero también desarrolla otros aspectos del istmo mental. El film fue dirigido principalmente por Gon Hergueta, aunque suman de sus lentes Dano y Nelson G. Navarrete; cuenta de unas vacaciones que tuvo Danilo en New York, meca de dos grandes movimientos musicales que lo inspiran, el rap en los 80s y 90s y la salsa en los 70s. Si el disco habla sobre todos los suelos que mordió esta última década, el cortometraje es un recuento de logros más que merecido. Aunque polarizar en optimista/pesimista le quita humanidad, y ambas obras son muy transparentes en lo biográfico. Funcionan más como un yin y un yang. Danilo festeja en USA, pero lejos está de perder ambiciones o dejar de trabajar, por otro lado, 35 Grados‘ tiene un sabor a victoria cuando Dano se da el gusto de cantar, algo que siempre quiso y, por el conservadurismo en el rap, nunca pudo.

El istmo ¿desaparece?

Dano hoy en día tiene alrededor treinta y cuatro años, la etapa que refleja en “Istmo” ya pasó hace rato, el disco llevó años componiéndose, en los que incluso fueron saliendo otros proyectos, y por suerte hoy Dano ya tiene una vida aparentemente más estable. Justamente el álbum es la documentación de esa turbulenta etapa de la vida que son los casi-treinta, el registro de un estado mental personal tan efímero como la memoria. Siendo que esta inmortalización es lo más cerca a una función que podemos encontrarle al arte. 

El concepto de la obra tiene que ver con las despedidas y esto se encuentra más fácilmente en la larga y sentida lista de agradecimientos, con la más importante enviada a Matías Sterla, un amigo de Dano recientemente difunto. A quien además Dano le dedicó unas barras emocionantes más tarde, en una canción de $kyhook que tituló ‘Sterla’. “Istmo” está atravesado de punta a punta por el adiós. Despedidas involuntarias, pero necesarias o inevitables, y cómo Danilo lidia con las mismas: “nunca supe escribir el kanji de sayonara”. El enfrentamiento con lo efímero se da desde el coqueteo, cuando juega con esa idea generando material que toca en vivo unas pocas veces y jamás edita, hasta ceder ante el impulso conservador, cuando inmortaliza algo que estaba destinado a desaparecer, como un istmo.

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