El sueño de todos: estar bien

“Apoyo Emocional” es un álbum que ahonda en las cicatrices de la adolescencia y el caos de crecer. Desde la súplica de “no te vayas sin decirme lo que sientes” hasta el vacío de “no mires tanto al suelo”, cada canción explora la lucha por entenderse y el miedo a no encontrar respuestas. En su propuesta emo-pop, distorsionada y visceral, Estoy Bien nos invita a enfrentar las emociones que duelen, aquellas que evitamos, pero que nos definen.

La banda santiaguina Estoy Bien y su disco “Apoyo Emocional” ofrecen un retrato honesto de la adultez temprana, marcada por cicatrices adolescentes y la frustración de no saber cómo expresar el dolor. A través de una sensibilidad cruda, las canciones abordan crisis existenciales, el hábito de postergar y el anhelo de sentirse bien. Esta oda al emo-pop se convierte en un grito de incomodidad y desahogo, reflejando las luchas internas que suelen quedarse en silencio, pero que muchos jóvenes necesitan escuchar.

Desde el primer tema, ‘Frente a Frente’, Estoy Bien establece la línea emocional del disco con la frase: “Porfa, no te vayas sin decirme lo que sientes”. Aquí, exploran temas como la lejanía, la indiferencia adolescente y la desesperanza. La desesperación y la ansiedad discuten con las ganas de apoyar al otro, en una atmósfera cargada de tensiones emocionales.

El trío, con claras influencias de Green Day y Weezer, aporta un sonido de distorsión y liberación. La voz desgarrada de Benje, el estallido de los platillos de Pino y las líneas de bajo de Matías crean una propuesta que transmite una curiosa incomodidad: una sensación molesta que, en lugar de rechazar, invita a participar en ella, evocando memorias nostálgicas y dolorosas de la niñez.

Sin ser una banda de sonido indie, Estoy Bien ha logrado integrarse en esta escena, compartiendo espacio con agrupaciones como Niños del Cerro. Incluso el vocalista de esa banda, Simón Campusano, colabora en el tema ‘El Sonido de las Campanas’, con una frase que resuena profundamente: “¿Cuántas veces me resbalé, torcí mis pies y nunca me ayudaste?”. Esta pregunta invita a reflexionar sobre el apoyo emocional: “¿Es normal irte?”. También expresan “un mea culpa y ganas de salir, es el sueño de todos”, y la súplica “no mires tanto al suelo”, preguntándonos: ¿estarás aquí a pesar de todo?

A lo largo del disco, Estoy Bien crea una crónica de errores y carencias proyectadas entre unos y otros. “Sigo tratando de empatizar y no somatizar palabras que no tienen fin”, expresan, exponiendo la vulnerabilidad de crecer y aprender de los propios fallos. En “Apoyo Emocional”, la banda plasma humanidad: el proceso de aprender y desaprender.

Una de las canciones más innovadoras del álbum es ‘Tus Frías Tardes’. Sin alterar la base sonora, juega con palabras cantadas de manera entrecortada, reflejando la ansiedad de intentar expresarse: “Na-da me in-co-mo-da más que las pa-la-bras sin termi-nar”. Los temas más intensos, como ‘La Culpa’ y ‘Mis Manos’, abordan la responsabilidad y el peso de la responsabilidad. En ‘La Culpa’, se escucha: “Acostado y sin mucho aliento, tratando de ignorar el peso”, mientras en ‘Mis Manos’ confiesan: “Fue la vergüenza que no me dejó contarlo”. La banda muestra el dolor de asumir los propios errores y enfrentar el orgullo.

Apoyo Emocional” es un viaje largo y pedregoso, donde el deseo de gritar y vaciar el alma es constante. Este álbum funciona como un manual para identificarse en sus letras y reconocerse en las emociones compartidas. En cada verso, Estoy Bien invita a sentir el peso de la vida cuando las palabras faltan, como en el final del disco: “Si no estoy bien, dame un espacio para entenderme y no volver”.

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