El jazz fusión es uno de los sub-géneros más bastardeados en las últimas décadas por “impuro”, “repleto de clichés” y otros cuestionamientos desde una ortodoxia enojada por la llegada de algo nuevo, exitoso y globalizado. Sin embargo, esta movida ha dado discazos de todo tipo en sucursales a lo largo y ancho del planeta. Hasta la actualidad se mantiene como una de sus corrientes más fructíferas con obras especiales en las que la mezcla es un elemento primario, aun si no son etiquetadas como jazz fusión. Además, ahora el algoritmo de YouTube revitalizó el género y lo llenó de adeptos encantados por el feeling de sus instrumentistas, más que nada los japoneses (oigasé Casiopea). Para afinar o ir a contramano de esas aduanas del gusto sale esta recomendación.
Jorge Dalto fue uno de los grandes músicos argentinos de jazz, especialmente reconocido por haber logrado establecerse en Estados Unidos como un pianista de prestigio en el ámbito jazzero y también en el salsero. Murió temprano, pero pudo desarrollar su carrera en los 70s y 80s como sesionista entre los mejores y también como solista, dando varios LPs preciosos como lo son “Rendezvous”, “New York Nightline” y su debut: “Chévere”.
Piano, rhodes, clavinet y sintetizador Moog son los conversores de vibra de Jorge en un disco que se disfruta en microbailes de cejas, pies y dedos. Entre vientos y percusiones de ensueño las teclas de Dalto ponen al oyente a flotar unos centímetros sobre el suelo. Sus florituras musicales verdaderamente son un espectáculo, pero la gracia no está en lo teórico sino en lo práctico. “Chévere” es un disco para pasarlo realmente bien, algo que quizá no le agrade a los guardianes del jazz bohemio, pero que es el brillo que popularizó la corriente de fusión a fines de los 70s. Que nunca nos falten los discos como este.