Kevin Kaarl: folk, nostalgia y una crónica sobre despedidas

Tras el lanzamiento de su nuevo álbum, “ULTRA SODADE”, presentamos un perfil sobre uno de los artistas folk más reconocidos en la escena mexicana.

En el marco del Día de San Valentín, una jornada amarga o dulce según sea el caso, Kevin Kaarl estrenó “ULTRA SODADE”, su cuarto álbum, que rompe la sequía de casi tres años sin material nuevo. Si bien aún es pronto para hacer conclusiones, el chihuahuense se postula como punta de lanza en la diversidad sonora en México para los anuarios de 2025. ¿Quién es Kevin Kaarl, de dónde surge su boom y cómo se posiciona como uno de los intérpretes folk más reconocidos en el país?

1. Ariel Camacho, el sinaloense y Ed Maverick

Para conocer más a fondo a Kevin Eduardo Hernández Carlos, nombre real de Kevin Kaarl, es necesario ir hasta Meoqui, municipio de Chihuahua, al norte de México. De acuerdo con cifras oficiales, esta población se compone de poco más de 44 mil personas. Al ser una localidad pequeña, queda fuera de las grandes luminarias culturales nacionales, por lo que el brote de talento musical en la región se antoja como una flor en medio del desierto. Tan sólo para contextualizar, Meoqui está a más de mil 300 kilómetros de la Ciudad de México, a mil 108 km de Guadalajara y a más de 720 km de Monterrey. 

Pero en aquella lejana y calurosa tierra surgió el interés musical de Kevin y su gemelo, Bryan, nacidos el 15 de mayo del 2000. Pese a que hoy se acentúa como uno de los proyectos folk más importantes de México, la intriga e iniciación artística arrancó desde otra trinchera, una más arraigada a la cultura nacional.

En entrevista para Exa FM, Kevin recordó que durante su infancia se integró al coro de una iglesia y en casa se crió bajo la pluralidad musical, incluyendo discos de ópera. Pero todo ello no terminó de dinamitar el interés en la música como cuando conoció el sinaloense. Este género musical surge en Sinaloa (válgame), en la costa mexicana, y se caracteriza por la utilización de instrumentos como el clarinete, el güiro, el trombón, la trompeta y más; mismas inquietudes que marcaron el estilo que a la larga brotará en su trayectoria solista.

Kevin y Brayan formaron parte de una agrupación de sinaloense hasta su paulatina separación. “Fue una banda tipo la MS, iniciamos por ahí de los 10 años. Era una banda de primos, de amigos”, agregan en entrevista para la radiodifusora Exa. Brayan era responsable de la trompeta y Kevin de la tambora. Y los vientos nunca dejaron al concepto artístico de Kevin, y es esto persiste en “ULTRA SODADE”. 

La música de banda en México está asociada a la fiesta, a la borrachera y, en términos coloquiales, a la peda. Al vivir ello desde una temprana edad, Kevin Kaarl se sintió desapegado de la música y lo que ello rodea. “Me quería dedicar a la foto, al cine”, rememora. Brayan se quedó hasta la mayoría de edad, pero eventualmente también abandonó el grupo. 

Los hermanos Kaarl.

Es curioso que fracción de la vena de la actual escena folk en México parte de referentes ‘poco ortodoxos’, pues artistas angloparlantes no dudarían en mencionar a estandartes como Bob Dylan, pero Kevin Kaarl habla de otro tipo de luminaria: Ariel Camacho. El intérprete sinaloense no sólo influyó a propios, sino que esparció su legado hasta rincones menos pensados. Por ejemplo, Ed Maverick, de quien inevitablemente se hablará en este texto, lo referencia en su hit ‘Nos queda mucho dolor por recorrer’: “Yo sólo quería ser uno en los Plebes del Rancho, llevar serenata en la troca con Ariel Camacho”.

Kevin Kaarl retornó a la música en la preparatoria. Todo parecía indicar que debido a su talento vocal, era cuestión de tiempo que él o Brayan lograran dar el salto, pero este segundo decidió dar un paso atrás, pues tenía un inusual interés por hacer segundas voces y, posteriormente, fungir como productor musical. También admitió que escribir no era su fuerte. 

La revancha musical de Kevin Kaarl fue potencializada por la nueva ola del folk en México, de la cual ya históricamente es comandante Ed Maverick. Kevin y su vínculo con Eduardo, más allá de ser contemporáneos, surge a partir de hacer un video fanmade para ‘Fuentes de Ortiz’, donde no sólo cumplió con su interés por la cinematografía, sino que intentó  hallar un espacio en la música mexicana valiéndose de su propio nombre.

La temprana popularidad de Kevin Kaarl también tuvo que ver con la cultura digital de México de aquel entonces. El cantautor recuerda que una de sus primeras canciones estalló gracias a un video de YouTube de por ahí de 2018. “Estaba muy de moda esos canales donde ponían una imagen bien aesthetic, bien Tumblr, y las letrillas de la canción. Un canal agarró la canción de ‘Amor Viejo‘, y ahí empezó”, declara para el podcast El Desconecte.

En 2019, tan sólo un año después de los hechos previamente citados, Kevin Kaarl estrenó dos álbumes y su carrera aceleró de 0 a 100 con la ferocidad de un kamikaze. 

2. San Lucas

Considerando que la escena mexicana adoptó con facilidad al folk, el éxito de Kevin Kaarl fue prácticamente efervescente. A sólo un año de haber ‘formalizado’ su carrera profesional, el proyecto estrenó sus primeros dos álbumes: “San Lucasy Hasta el Fin del Mundo”, liberados en febrero y noviembre de 2019, respectivamente.

Para ambos casos, la lírica de Kevin Kaarl le habla propiamente a sus contemporáneos. El amor y su contraparte son engranajes indispensables de su identidad narrativa, elementos que han catapultado su éxito, siendo el último mencionado la línea transversal de “ULTRA SODADE”. Dentro de su segunda maqueta, está la canción homónima ‘San Lucas’, una oda hacia escapar con aquella persona amada y el huir a otro lugar donde se pueda construir desde cero. A día de hoy, sigue siendo su canción más oída en plataformas de streaming

Otra curiosidad de los años iniciales de Kevin Karl fue la inclusión de canciones en inglés, guiño que lo acompañó hasta antes del lanzamiento de su nuevo material discográfico. Piezas como ‘Good Times y Selfish Pretty Girl parecían llamar al mercado angloparlante sin pretender de más. En el panorama nacional, los músicos mexicanos que cantan en inglés son ejemplos cuando menos excéntricos. Exceptuando ejemplos muy específicos como Rey Pila, rara vez parecen encontrar un espacio más grande a un nicho, como bien aborda este artículo de Lifeboxset. 

Si bien hay distinciones entre “San Lucas y “Hasta el Fin del Mundo”, lo cierto es que comparten el mismo gen: un folk crudo, sincero, recargado en tan pocos elementos que hace que la valoración de las palabras sea aún mayor. Tras dos álbumes en un mismo año, Kevin Kaarl decide tomarse un tiempo para ‘cocinar’ más tranquilo, y fue lo mejor que pudo pasar.

Paris, Texas”, de 2022, trajo para Kevin Kaarl una bocanada de aire fresco. “Estaba muy cansado, no podía hacer todo solo, tenía un bloqueo creativamente, declaró en el podcast previamente citado. Desde el arranque del álbum se nota que hay una clara ruptura hacia las bases del folk. ‘Como me encanta’ inicia con una batería sencilla, pero marca el hito del álbum y guía que se proyectó hasta su trabajo discográfico de 2025.

A diferencia del resto de sus trabajos, hasta entonces, los instrumentos ‘ajenos’ al folk no sonaban como simples adornos, sino que desde el génesis de la canción se piensan para ir más allá de los límites conceptuales de la corriente musical. “Paris, Texas”, asentó las bases para lo que posteriormente musicalmente sería su futuro: uno lleno de instrumentación, de pianos, de contrabajo, de cuerdas. Esto sin arrancarse las raíces de la música simple: una guitarra y una voz.

Con esta publicación, Kevin Kaarl pudo emprender una larga gira nacional, con la que también tuvo paradas en Europa, principalmente en España y Francia. El tour tuvo más de un año de duración, incluyendo participaciones en festivales como Lollapalooza Berlín. Pese a ser una expansión al público del chihuahuense, también fue un desgaste importante, y la factura se cobró en ausencia. 

La hibernación de Kevin Kaarl se prolongó por más de dos años, pero según el mismo artista se negaba a lanzar música simplemente por romper la inactividad. La única ruptura del silencio se dio en 2024, cuando un mexicano más se integró a la lista de músicos invitados por la National Public Radio para la sesión Tiny Desk. Al corte de esta redacción, acumula más de 3 millones de reproducciones en su participación, nada mal para un artista nacido en un pequeño pueblo, hispanohablante y mexicano.

Tras limpiarse el polvo y las telarañas, Kevin Kaarl elige una fecha simbólica en el calendario para lanzar su nuevo álbum, “ULTRA SODADE”: el 14 de febrero de 2025. 

3. ULTRA SODADE

Según Kevin Kaarl, sodade, expresión de origen africano, es referente a un sentimiento de profunda nostalgia. La referencia llegó al mexicano a través de una canción de Cesária Évora, una artista de Cabo Verde. Más allá de lo puntual que es el concepto, el músico logró acumular un sinfín de influencias para complementar su más reciente álbum: “ULTRA SODADE”. Si bien reconoce que su pronunciación correcta sería ‘sodá’, acepta que en la idiosincrasia mexicana se suele verbalizar como “Dios nos da a entender”; Kevin canoniza llamar a su álbum ‘sodadé’.

Sobre la acumulación de inspiraciones musicales, Brayan Kaarl comparte una lista en El Desconecte: “Kevin hizo una playlist, me dijo: ‘escucha este rollo y de ahí agarra todas las ideas que puedas’. Hay mucho Beach House, también hay sonidos que medio le quise robar o inspirar de Bon Iver”. Asimismo, reconocieron a The Marías como inspiración para crear un folk más pop. Al respecto sobre esta mezcla de sonidos, tal vez alejándose un poco más sobre el género musical en el que debutó, Kevin agregó: “Si se fijan no me he salido del folk como tal, pero no me quiero quedar estancado, quiero seguir experimentando”.

ULTRA SODADE” es una carta abierta al desamor, a la desunión, al fin de una relación, pero también al proceso de descubrimiento de uno mismo y al inevitable menester de avanzar en soledad. Siendo un lugar común, explorado hasta el cansancio, ¿qué novedad puede ofrecer Kevin Kaarl? Desde el punto de vista personal: abarcar todas las etapas del duelo amoroso. 

Las separaciones son procesos desiguales, personales, irregulares y, sobre todo, multifacéticos,  este último valor es el que mejor supo representar Kevin Kaarl. El álbum abre con Esta Noche, una crónica sobre el último día en que una pareja deja de serlo y se convierten en desconocidos con recuerdos. “Esta noche fue la última en que te besé”, interpreta a la par que un sintetizador juguetea en una melodía estelarizada por un par de guitarras, una eléctrica y una acústica. La añoranza por volver se derrama hasta la siguiente canción ‘dime, un casi ruego por mantener un vínculo que parece destrozado. 

“Y entre tantas situaciones, qué culera la que vivo / Pero quédate conmigo, me encontenta estar contigo / Y háblame si quieres”, Kaarl suma una postura complaciente, capaz de borrar la voluntad a bien de seguir juntos. Misma que se prolonga hasta ‘búscame otra vez’, tal vez uno de los sentimientos más recurrentes al terminar un vínculo amoroso. “Búscame otra vez, tal vez siga aquí, búscame otra vez.

Pero como se anticipó, las rupturas son procesos irregulares, capaces de llevarte de un punto a otro totalmente distante en tan solo días u horas. El hartazgo de la historia de “ULTRA SODADE” surge en ‘ya no me llames’, una apología en la que Kevin Kaarl trata de cuidar egoístamente la paz que poco a poco ha construido. Sea honesto o deshonesto el avance, la letra nos despedaza al recordar aquellos momentos en los que, aunque sea por un instante, frenamos el dolor. “Sonrío cuando olvido todo”, canta mientras una guitarra se va desvaneciendo acompañada por un sintetizador que poco transmite heridas, sino esperanza.

Una trompeta inicia ‘no me equivoco’, que acompaña a la lectura del protagonista de la narrativa, aceptando que el dolor es natural, pero sanar también lo es, y esto último es urgente. “No me equivoco al pensar que debo olvidarte desde ya. No me equivoco al pensar que te extraño, y no está mal”, declara mientras en más de una ocasión expresa la añoranza de sentirse bien. 

Pese a que las colaboraciones nunca fueron el distintivo de Kevin Kaarl, al menos al interior de su discografía, para la canción homónima trajó a uno de los artistas mexicanos más populares de los últimos años, viejo conocido de Lúcuma pues forma parte del artículo de R&B en México: Nsqk. Según cuentan los Kaarl en el podcast El Desconecte, hubo libertad total para Nsqk, pues no sólo figura como artista invitado, sino como productor de la pista, pese a que Bryan ostenta dicho monopolio a lo largo de la casi hora de duración total del disco. 

ULTRA SODADE’, la canción, mantiene la tónica del resto del álbum, pero se separa lo suficiente para sentirse distinta, principalmente al implementar un sampleo a Cesária Évora, la artista africana que provocó la inspiración del LP y su concepto. Para este punto, y únicamente en este punto, la expresión sodade es utilizada como un sinónimo de nostalgia. Fuera de Kevin Kaarl, los palmares se los llevó Rodrigo Torres, pues su voz tuvo un registro nuevo, que no se había oído en su discografía. La presencia vocal de Nsqk subió un tono de lo que acostumbra, dando una interpretación más cálida y, a su vez, más sentimental. Además de llevar la batuta de la canción que titula el proyecto discográfico, también es la antesala del final.

Tras poco más de 51 minutos, llega ‘recuérdame x siempre’, el clavo final. A diferencia del resto de componentes, esta pista prescinde de las guitarras para sostenerse de una cama sonora de sintetizadores, cuerdas y coros angelicales. Tal vez, este es el punto donde más podría rememorar a Bon Iver, a quien cita como una de sus  inspiraciones. “Recuérdame por siempre, nos vemos al dormir”, repite cacofónicamente hasta que cada instrumento va apagándose para cerrar “ULTRA SODADE.

Y a este punto: ¿qué se puede aprender de “ULTRA SODADE”? Más allá de la agilidad narrativa de presentar una crónica apegada a la realidad sobre las separaciones, repletas de añoranza, pero también rencor, reconocimiento de uno mismo y crecer pese a los raspones, este trabajo nos recuerda que las escenas en México no son inertes ni eternas. Al menos para dos de los artistas más representativos del folk en México, Ed Maverick y Kevin Kaarl, el género musical les quedó ‘chico’ en algún punto de su carrera y tuvieron que valerse de más engranes, más herramientas, más argumentos. Pero esta mecánica no queda en los grandes reflectores, pues exponentes más indie como Lázaro Cristóbal Comala también ha demostrado que las canciones a pura guitarra son insuficientes para expresar a cabalidad sentimientos puros y sinceros sin quedar en la superficialidad.  

Nuevamente, es muy pronto para hacer conclusiones, sobre todo en un momento de extrema ebullición en la música mexicana, donde afortunadamente se sigue descentralizando, pero Kevin Kaarl y su “ULTRA SODADE tienen una carta fuerte para colarse entre la lista de lo mejor a nivel nacional.  

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