En 2017 N Wise Allah volvió para platinarse el juego. Ya lo había pasado en 2011 con el clásico de culto “5%” de MDE Click, pero reapareció para asegurarse que no le quede ningún logro, easter egg o secreto por despejar. “Casino Chips” fue una flawless victory, un disco para los cinco mics de The Source y la respuesta a todos los “what if?”.
“5%” es la clase de gamechangers que para dimensionar hace falta haber estado en los momentos y lugares indicados. El legado de NY podría haber quedado en esa obra de nicho y unos pocos temas sueltos como ‘El Lehendakari’ y ‘Ciencia’. En el país donde Juan Solo y Mucho Muchacho eligieron retirarse, en el género donde a expertos como Jay Electronica les basta impartir demostraciones de su talento a unos pocos en vez de hacer álbumes a la altura de sus capacidades, ¿por qué N Wise no iba a darse por hecho? Existimos en la línea temporal donde volvió. De “5%” y su influencia se puede hablar largo y tendido, pero se podía hacer un álbum todavía mejor. Ese es “Casino Chips”.
Si no saco disco es porque no os lo merecéis
Mis 90s – 2011
Cada decisión que ha tomado Iker en su vida fue una apuesta. En las fichas del casino está su historia, lo perdido y lo ganado. Sus reflexiones dejan ver la angustia detrás de la victoria: “Cuando no tenía nada era más feliz / Ahora no puedo tener un desliz”. Después de “5%” la decisión estaba tomada, nunca más iba a hacer un disco. Cuando la fábrica en la que trabajaba cerró, la posibilidad de ganarse el pan con la música se tornó seria. Además, Manu Beats, ese chico que con 16 años produjo la clásica ‘Mis 90s’, ya se había consolidado como el mayor talento de su generación en España. NY tenía todas las armas para reconquistar el rap game y un nuevo álbum en la cabeza. Era hora de hacer un all-in.
El canario Fede El, quizás el más escurridizo de los maestros del rap hispano, es el único MC invitado en “Casino Chips”. Entre campanas y ovaciones abre las puertas del álbum con una catarata lingüística a modo de advertencia: “Hermano, salpica de aquí si vienes a falsear el funk / Aquí bautizamos tu culo en el funk, pollaboba”. Para cuando El Apóstol termina su discurso suena un coro de metales distorsionados y una alarma: hora de despertarse, terminó el juego. Cada partícula de la historia de Iker Cantabrana volvió en forma de fichas para una apuesta final. Todo o nada.
EXTRA: Este viernes 5 de abril N Wise Allah se va a presentar en el Centro Cultural Konex de Buenos Aires en el marco de Legado Festival. Lo van a acompañar Ihon y Sabiobeats como en toda su gira sudamericana más Golden Boyz, Gegga, Sophia, Columvainas, Cerounno y VinylTracker y una gran competencia de freestyle. Toda la información y entradas disponibles acá.
Que NY haya sido criado en Miranda de Ebro, un pueblo de 35 mil habitantes, parece contradictorio con la esencia metropolitana del Hip Hop. La densidad poblacional de Nueva York es treinta veces más grande que la de Miranda. Iker vivió en las dos. También en Madrid, donde está el movimiento y la posibilidad más fuerte de comer de la música, pero su raíz está en el norte ibérico. Ahí puede encontrar la paz, una meta que se le dificulta mucho más alcanzar que la cima del rap español. En su retiro tuvo tiempo para examinar sus heridas, la vitrina de trofeos y, esencialmente, sus verdaderas ambiciones: ¿La paz o la gloria? “Casino Chips” es el regreso de un luchador veterano para descubrir la respuesta a esta pregunta.
No basta solo ese tiempo en la meca del Hip Hop para explicar los versos arrasadores de N Wise Allah. En ninguna discusión seria alguien se puede ofender si se dice que es el mejor rapero que haya nacido en España. Puede preferirse otro, pero es indiscutible que tiene todos los listones para sentarse en la mesa chica. Sin embargo, su persona no se parece en nada a lo que es un prócer del rap. Es un retraído de una ciudad casi rural que pasa más tiempo inactivo que activo, que empezó su carrera rondando veintipico y que no tiene hambre de comerse el mundo. Pero cada verso suyo suena como si se dejara el alma, la suya o la de algún otro rapero ya envuelto en polietileno.
Cuando N Wise abre la boca se prende el proyector y corren las filminas. Es imposible escuchar “Pieza tan grande que parece que ahorqué a Jesús” y no imaginarse una cadena de oro macizo perfecta. Se lo puede ver en el Lamborghini Murciélago y en una celda donde no entra la luz del sol. Para ‘Motion Picture’ rodó un plano secuencia con cada detalle: temperatura, olor, ruido, voces, tensión y adrenalina. Un loop siniestro serpentea y las baterías remachan la atmósfera en que NY es voz en off, protagonista, antagonista y testigo en dos minutos y medio de película.
Nos siguen tres beemas idénticos, saltan por los aires cristales
Motion Picture
Balacera, cruzando el parque, mis Tommys manchadas de sangre
Ey yo I’m hit son, en el brazo y me rozaron el cuello
Mi hermano pequeño grita porque tiene miedo
No había pa’ comer son, tuvimos que hacerlo
Ahora me doy cuenta que todo tiene un precio
Mr. Floppy a.k.a Manu Beats secuestra y corteja samples de todo tipo, encuentra museos perdidos y los saquea. En su biblioteca tiene más pianos que Yamaha. Mientras todos miran al soul setentero él visita Japón, Francia, Turquía, Filipinas y la vieja Yugoslavia. Un marionetista con hilos a los que no les pesa ninguna tela. Sus orquestas artesanales no tienen por qué acompañar a un solista para generar admiración y pasión. Foyone, T&K, Dano, Elphomega y unos pocos más han tenido la suerte de recibir un regalo suyo, pero tiene más de media docena de discos a su nombre y “Casino Chips” es el único con un rapero montado sobre un repertorio prácticamente completo de beats suyos. Quince piezas invaluables que van de melodías de Medio Oriente a estruendos del rock progresivo. Si todo lo que rima N Wise suena a adamantio no solo es por su voz y delivery, también es por las tormentas de arena, nieve y lágrimas que Manu dirige.
En ‘Jibarito’ hay una guerra entre guitarra, mellotron, saxo, flauta y percusión y la ventisca se diluye en la nostalgia solitaria de ‘El Diario’, donde otro piano toca la puerta y se acurruca segundos de un violín para sufrir un poco menos. La cadena sigue con un theme de western: ‘Scorsese Skit’. Cada uno saca lo mejor del mirandés desde distintos ángulos sin necesidad de restar complejidad de beats que podrían publicarse sin voces. Para 2018 estos escenarios se adelantan a varias de las corrientes más importantes del rap contemporáneo, que apenas estaban dando sus primeros pasos en el circuito hispanoparlante. El protagonismo del sample y el minimalismo que es sinónimo de drumless se expresa en ‘Nos Fuimos’, un mar con algunas olas de arpegios y otras de apenas tintineos, y la asfixia del grimey sound está en ‘Game Ova’ y ‘Jibarito’. Ambas vertientes ya con exploraciones que van más allá del estereotipo de sonido que hoy se impuso. No podía faltar la mirada al pasado en pistas de boom bap melancólico como ‘Stranger Boy’ y sus versiones de breaks de batería partenucas como ‘Butta’. “El mundo tras la gafas de Manu Beats” en su versión más amplia, es tan importante para la historia del Hip Hop hispano como esta segunda llegada de N Wise. No podía ser de otra manera.
Ni un don ni hacer sacrificios necesariamente lo convierten a uno en un héroe. NY es un ermitaño. En su estadía en Norteamérica se encontró con la Nación del Islam y su rama fiveperceneter. El álbum “5%” está dedicado a las enseñanzas de las matemáticas sagradas y la fe en uno mismo como Dios. “Casino Chips” es una versión integral de su vida, incluso en ‘Godbody’ narra cómo pueden cambiar una vida los conocimientos que predicaba Clarence 13X, que han atravesado a algunos de los raperos más importantes de la historia, desde Rakim y Wu-Tang Clan hasta Mach-Hommy. El marco esta vez es más grande, NY rasga los velos y permite conocer mucho de lo que lo llevó a necesitar esta cosmovisión y, esencialmente, a ser quién es. Desde ‘Murir’ de 2011 estaba claro que era una persona atravesada por el dolor, pero es en esta obra donde emergen en su máxima expresión tanto el arquetipo del rapero que reina el mundo como el del diezmado. Poder y debilidad, la contradicción donde las rimas se sienten reales.
Me llamaban loco, pero respetan mi hustle
Stranger Boy
Ahora tu joyero me compra a mí
Tardes sin pisar un banco frente al folio en blanco
Escupiéndote el corazón entero pa’ que me digas
«Pff, no es para tanto»
Se muestra como alguien perseguido por su pasado, que no siempre encuentra la forma de hacer lo correcto. Un día piensa en desaparecer, el otro no puede dormir por abrazarse al legado que habita en su cuaderno. En sus mejores momentos no se reconoce del todo los méritos (“Si estoy brillando es porque estaba escrito”), pero cuando mira alrededor, especialmente a aquellos que le intentaron hacer daño, ve claro el panorama: “El tiempo dirá quién se hace leyenda”.
Aislarse es uno de los mecanismos de defensa que tiene cuando busca alivio. Si se relaciona con una mujer lo hace desde su comodidad, las quiere, pero no se entrega. Ella es un trofeo en ‘Dame tu Bemba’, la primera vez que NY expresa musicalmente su amor por el R&B, y cuando invoca a ‘Sandokan’ con una guitarra india a ella la quiere a su servicio, le pide todo a cambio de la promesa de un día tener una mansión dando al Caribe. No se puede ganar sin apostar algo y esa falta de vocación de amante le pasa factura más tarde, cuando la llora a conciencia de que está mejor sin él. “La quiero tanto que la quiero feliz, y eso es lejos de mi” es la confesión de alguien roto, pero con las condiciones para convertirse en un hombre mejor, capaz de poner fichas en el amor.
Yo solo quiero paz y la quiero a ella
Spiritual
Pero no tengo paz si la tengo a ella
Que le jodan a esa paz si la tengo a ella
Días que solo quiero irme y dejar mi huella
Cuando las lesiones más intensas se hacen notar en la carne y NY parece a punto de quebrarse con un tono casi disfónico, son las voces femeninas las que aparecen como ángeles guardianes, sea Lÿ en ‘No Volverás’, una cantante anónima de los vinilos de Manu Beats en ‘My Dreams’ o la colombiana Lianna que cierra el disco con una plegaria. Para Iker es inevitable un halo de solemnidad y hablar desde la experiencia a pesar de que la perspectiva rara vez sea optimista. En ‘El Diario’ se sincera, “Dicen que hablo demasiao’ de back in the dayz / Tal vez sí pero ya creceréis”.
Doy de comer a las palomas en el parque
Nos Fuimos
Veo a ese crío que se cree un traficante
Piensa que el mundo es suyo
No vio una mierda de lo que tiene delante
Está claro que si lo tienta una vida tranquila es por todo lo que vivió. Nadie te enseña a lidiar con la muerte de papá, ni el miedo de perder a mamá. A Iker lo persigue el luto y pide por favor a Dios que el próximo entierro sea al suyo, así no tiene que ver el de nadie más. Los versos de ‘Nos Fuimos’ son de despedida, un desahogo de toda una vida dedicado a la memoria de quienes ya no están. Su realidad es cruel, son historias de refugiarse en un pasado desangrado por miedo a la libertad. En dos líneas cuenta una que lo dice todo: “Mi hermano salió de prisión y ha vuelto / Y siente más miedo fuera que dentro”. Se recuerda a los justos y a los traidores. No parece haber razones para seguir, ni el rap tiene algo para ofrecerle a un hombre que no puede cicatrizar, pero así y todo, en un mundo donde la casa siempre gana, hizo su apuesta final. Ese es el manifiesto: «Vida estoy aquí para luchar, y no te tengo miedo así que dame más, ¡Hija de puta, vamos, dame más!«.