Una banda de amigos para no estar solo nunca más

Recreo Uruguayo hace música para los amigos, la familia que uno elige. Sus chistes internos son garantía de complicidad y su diversión un acto de resistencia. Para cada show y cada disco la consigna es la misma: vamos todos juntos o no vamos.

Lautaro, junto con otros amigos, tienen un bar cultural en La Plata, ciudad de múltiples gustos y ofertas musicales que supo cultivar en un mismo lugar a bandas como Virus, Los Redondos, Estelares, Guasones y, más acá en el tiempo, a Él Mató o Peces Raros. Desde que lo conozco, Lautaro me recomienda bandas nuevas como un viejo hábito propio de nuestra generación con el detalle que en este caso, sin CD o cassette de por medio y con su llave de bar en mano, suele regalarme entradas para verlas en vivo. Casi dos años atrás me hizo una recomendación particular: Recreo Uruguayo, una banda de Berisso que iba a tocar antes que ellos, Hojas Por el Barrio (antes conocidos como Hojas Secas), banda del sello Laptra que supo sintetizar los 2000 entre el rock barrial y el sonido strokero. 

En una lectura preliminar, porque ahora internet te lo permite, Recreo Uruguayo sacó su primer álbum, “Porro, Guitarra y Mate”, en 2021, y en una entrevista sintetizaron su manifiesto: “Elegimos todas las cosas que son mejores compartidas”. Trece canciones atravesadas por recuerdos de una infancia millenial alimentada con animé, películas de Cine Shampoo y publicidades de Sprayette. Al año siguiente lanzaron el EP “La Fantástica Aventura Otakudepresiva de Recreo Uruguayo”, que evoca una memoria emotiva para saltar de generación en generación, como una postal de consumo irónico con una cuota de ternura. 

Estoy a los pies del escenario de Casa Unclan, el bar cultural de mi amigo. Sin dudas el plato fuerte de los Recreo Uruguayo es la experiencia en vivo, un ingrediente que viene tomando fuerza en el nuevo punk joven. Me emociona la primera vez que me gusta una banda. En una de sus últimas presentaciones, luego de ‘Final de Evangelion’ –uno de sus temas con más convocatoria en el escenario–, varios integrantes del público se suben a cantarla como parte del folklore. Hacia el final, el bajista Emiliano Pasquier condensa  espíritu de esa noche con una frase: “Como dijo alguien: aprender a tocar la guitarra para no estar sólo nunca más”. La referencia es al tema de Loquero, banda punk marplatense de los 90. Me alegra entender la nota al pie. Tiempo después, me contactan para que trabaje con ellos la prensa. No me gusta mucho hacer prensa, prefiero escribir, recomendar, pero perseguir periodistas de música y portales para que publiquen no es para mí. No obstante, esa experiencia me sirvió para acercarme y construir vínculos con las bandas que me gustan. A Recreo le armé una linda gacetilla con todo su recorrido, hice la campaña de un single y quedé como amiga oyente fiel de la banda.

El punk es una forma de cuestionar el mundo. En sus inicios en los 80 en la Argentina era una forma de salirse de una cultura rígida. Los músicos confrontaban con un público que también exorcizaba violencia. Recreo Uruguayo encontró una nueva forma de sintetizar el punk y el post-punk de la cultura del hazlo tu mismx con un equipo que desborda la formación de la banda e incluye a los amigos y los nuevos oyentes dentro de sus recitales: todos son parte de la celebración. Incluso, dentro de sus shows tiene lugar el Descanso Charrúa, que consiste en que una banda alternativa formada por amigos o músicos que comparten el line up se suban a tocar ‘Mamotreto’, un tema que podría ser una versión 2.0 de ‘Ya no sos igual’ de 2 Minutos, donde el protagonista devenido en policía niega un beso adolescente con otro varón. Para los Recreo, esta canción es una buena oportunidad para perderse entre el público y disfrutar de sus propias canciones tocadas por otros, como si tener una banda fuera la excusa perfecta para escuchar a sus amigos cantar. 

Recreo Uruguayo cerró el 2024 con el lanzamiento de su último disco: “Luchemos por la vida”, una nueva relectura del punk en media hora con la premisa que los caracteriza, “compartir es la única manera de ser feliz”. El álbum invita a un viaje acelerado y furtivo con un opening que recuerda la propaganda de prevención vial de los dosmil, sonidos que van desde el twist hasta el hardcore, pasando por el rocanrol y el eggpunk; y con amigos invitados como Carmen Sánchez Viamonte, Ricardo Ache (Fama y Guita) y Pablo Matías Vidal (Los Valses, Orquesta de Perros), también productor del disco. 

Recreo Uruguayo (La Canción)’ es el segundo track de “Luchemos por la vida”, pero también es un primer himno a la amistad o, como lo llaman ellos, “el rocanrol de la gente común”. Lo que no terminan de contar es que en cada recital éste es el tema que el público corea hasta que finalmente  es interpretado por la banda. Su letra celebra las pequeñas alegrías en medio de la rutina diaria y dialoga con el contexto de inestabilidad económica argentina. No importa si es espectacular o sencillo, es genuino y habla de esta nueva forma de interpretar al punk. Lejos de la idea inicial de no futuro que resuena en canciones populares del género, Recreo Uruguayo apuesta al encuentro y reconoce como contracultura la idea de creer en el futuro como premisa. 

Conforme a su evolución musical la lista de temas recorre referencias a bandas o artistas iniciadores a lo que luego se llamó rock nacional (que después entendimos que no era solamente rock) y un espíritu setentista que invita a salir de lo preestablecido. Al buen estilo Manal, con letras filosas y humor irónico, y con la impronta escénica de bandas como Los Twist o Los Abuelos de la Nada, proponen una forma comunitaria de festejar la producción de su nuevo álbum, cargado de músicos invitados de nuevas y anteriores generaciones. Esta idea se ve sintetizada en el ‘Twist de la Melamina’, la décima canción del disco que hacen junto a Ricardo Ache, cantante y performer, sobreviviente de la cultura under de los años 80.

31 minutos de Vida (una linda referencia a Moris) hubiese sido el nombre del disco si no hubieran querido jugar con la vieja propaganda de prevención de siniestros viales, pero el humor es más fuerte. En los recitales de Recreo Uruguayo sin duda se respira vida, uno se va con amigos nuevos (vaya sólo o acompañado), se da el gusto de saltar, hacer pogo y cantar las canciones que hablan de una infancia cercana, conocida. Es en el vivo y con su audiencia con quienes construyen fidelidad. La complicidad existe porque todos quieren creer en algo más que vivir rápido y morir joven, y quieren hacerlo en compañía, con una banda amiga para no sentirse solo nunca más.

El próximo 22 de marzo en Ciudad de Gatos, un reconocido bar cultural de la ciudad de las diagonales, los Recreo Uruguayo van a presentar «Luchamos por la Vida» con Fama y Guita como teloneros. La función promete ser una radiografía de esta banda militante de la diversión en el punk.

Entradas disponibles acá.

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