“Esto e’ para ustede, pa que se lo gocen” rima Tego Calderón en ‘Pa’ Que Retozen’. Volvemos a escuchar la misma frase 23 años después, pero esta vez en ‘EL MALO’; tema que integra el último disco del productor colombiano Saygi: “STREET RICO, Vol.1”. Un proyecto que tras ocho años de carrera, materializa sus aprendizajes haciendo trap, rap, reggaeton y dancehall.
Como si fueran cosas de Dios, el parte aguas de su vida se dio cuando escuchó por primera vez ‘Esclava’ de Bryant Myers. En ese momento, él descubrió que su proyecto de vida podía hacerse alrededor de la música. Una que siempre estuvo presente gracias a las influencias rockeras de su padre como Soda Stereo, AC/DC, Guns N’ Roses y Limp Bizkit. Sin embargo, su pasión empezó por el auge del movimiento del trap latino en 2016. Tras la publicación y viralización de temas como ‘Tú me enamoraste’ de Brytiago, Almighty, Bryant Myers, Anuel y Lary Over y ‘Esclava Remix’. Para Saygi, la posibilidad de hacer bases de trap con un computador era un hecho casi mágico. Como dijo Alexio en el remix: “El que los tiene aprendiendo a manejar el Fruity Loops”. Su camino fue atípico en su descubrimiento musical, pues, en vez de inspirarse del canon trapero de Atlanta, inició la búsqueda de su estilo en la música urbana latina.
Su álbum debut llegó en 2024 con “SUNSET”, un disco de Hip Hop producido sobre bases cálidas que acarician la piel como un baño de sol acompañadas de rapeos variados entonados por jóvenes promesas y figuras consolidadas del rap colombiano. Un disco hecho con el objetivo de hacer que los beats se comuniquen por sí mismos con chopeos de samples de soul siguiendo el ejemplo de Kanye West y Jay-Z. Un año después, llegó “STREET RICO, Vol.1”, el hijo de la musicalidad del club rap de 50 Cent y el rigor del reggaetón de Tego Calde. Un experimento de eliminar las fronteras de dos géneros que aunque se diferencian sustancialmente, se complementan de manera perfecta.
En la entrevista que hiciste con Sofía Ariza, mencionaste que tus primeros acercamientos al rap fueron atípicos porque tú llegaste al Hip Hop con el trap latino.
Yo soy el fan número uno de ‘Esclava’ y escucharla por primera vez fue como una oportunidad que me dio la vida. Yo de verdad no sabía qué hacer con mi vida. Yo era mal estudiante. Si bien nací en Medellín, me crié en los Llanos Orientales al lado de Villavicencio, por Acacías. Entonces, yo soy llanero, desde muy chiquito yo bailaba joropo y estaba aprendiendo a tocar el arpa. El arte siempre estuvo ahí, pero no me di cuenta de que podía hacer mi proyecto de vida alrededor de esto. Me sale un video de Arcángel y los Mambo Kingz produciendo la tiradera que se volvió un meme: la de San Valen, Valen, Tin. Y yo ahí dije, “¿Qué es esto? ¿Cómo así que la música se hace así?”. Yo no podía creer que un man con un piano hiciera un beat de reggaetón. Ahí escuché ‘Esclava’ y conocí a Anuel AA y eso fue un flechazo al corazón. Usted no cree, pero yo jamás fui a unos quince a perrearme a alguien.
Asumo que todas esas influencias tan heterogéneas fueron las que te impulsaron a comenzar a producir música.
Llegó al punto en el que yo decidí hacer música. Mi inspiración principal fue el trap, pero no quería hacer el trap americano como el de Atlanta. Yo quería aprender el de Bryant Myers, el de Anonymous, el de Almighty, que eran los que yo escuchaba. Después, ya me di cuenta de que existían Drake, Kendrick, A$AP, French Montana, que tiene un tema con Drake que se llama ‘No Stylist’. A partir de ahí, ya empezó a evolucionar mucho mi sonido. Me di cuenta de que me gustaba más el sonido americano como Travis Scott con toda su locura, que fue uno de mis grandes referentes. A mí siempre me ha llamado la atención los ritmos. Ahí empecé a aprender un montón, luego me di cuenta de que existía Tainy. También admiro mucho a Sky Rompiendo.
Me llama la atención que has tomado un camino diferente en el Hip Hop, pero aun así llegaste con cierta naturalidad al rap.
Sí, como que todo al revés y me parece chimba. Es curioso porque yo no soy el más conocedor del rap. La vez pasada hice un pódcast y antes de empezar, le dije al chico: “Niño, le voy a decir una cosa, pregúntame lo que usted quiera. Si me quiere preguntar sobre chismes, pregúntame chismes. Pero vea, si usted pretende que yo le diga quién fue él que inició el rap en Colombia, se está buscando a la persona incorrecta.” Yo no me considero ningún referente del Hip Hop porque no conozco mucho de lo que hago. Cuando empecé a trabajar en esto, obviamente aprendí más de mi arte. Ahí entonces ya conocí más sobre Biggie, 2Pac, Jay Z, Eminem, etc. De productores, Pharrell Williams, Timbaland, Dr. Dre y The Alchemist.
Todo viene de algo, pero aún más importante tu música tiene personalidad, ¿cómo fue todo ese proceso de desarrollar un sonido con estilo propio?
Parce, sí, la verdad, cuando yo estaba haciendo “SUNSET”, siempre me decían que se parecía a lo que hacía Kanye West. Yo lo escuché y sí era real, mi idea fue agarrar esos samples de soul y choppearlos de una manera en la que transmiten más allá de la letra. Todos los beats de “SUNSET” hablan. Al principio, el disco iba a ser solo de beats. Realmente fue un álbum muy puro porque tiene de concepto el atardecer. Yo no conocía el mar. Fui a Coveñas, y todos los días a las 5 de la tarde estaba en la playa viendo el atardecer. Durante una semana hice esa misma rutina. Uno puede tener un día de mierda, pero cuando hay un atardecer chimba, usted dice como vivir vale la pena. El álbum tuvo muchos peros por mi parte. Yo decía, “¿Quién se va a querer montar en un beat de estos?”. Un día yo estaba en el estudio y ya tenía el beat de Detroit trap, que es el tema con Carmelo, que se llama ‘Gucci’. Entonces, le mandé el tema Carmelo y él aceptó de una. Lo mismo fue con Oblivion’s Mighty Trash, yo sentía que para él era un tema de Y2K. Y así fue un proceso similar con los demás temas.
Dentro de SUNSET, ya tienes figuras consolidadas como Oblivion’s y Zábaz, pero traes caras nuevas como Leru. ¿Cómo fue ese proceso de elegir tus colaboraciones en el disco?
Para nadie es un secreto que hubiera sido más fácil sí sólo hubiera trabajado con artistas consolidados en la escena. Pero yo pienso, que nadie les da una oportunidad a los pelados que empiezan, nadie lo hace. Y uno como productor, obviamente, tiene que hacer temas que me den de comer, es normal. Yo conocí a Leru porque es mi amiga y yo ya sabía que ella cantaba. Un día le dije, “usted tiene que abrir mi álbum”, y es uno de los temas que más le gustó a la gente. El interludio lo hace mi mejor amigo, que yo llevo haciendo música con él hace muchos años. El calibre de artistas que son ellos no lo determina la cantidad de seguidores que tienen. Eso es lo que a la gente no le importa y no se fija. Si fuera por eso, yo jamás hubiera tenido una oportunidad porque yo no era el que tenía los temas más pegados. Yo solo quería demostrar que no hace falta tener un artista con números grandes.
Y traer nuevas caras a la escena del Hip Hop suele ser complicado…
Sobre todo para las mujeres. Si bien, ellas ya se han hecho camino, hacen falta más. Esto sigue siendo una cultura machista y eso tiene que cambiar y eso va a cambiar. Es necesario más mujeres rapeando, produciendo, haciendo prensa. Yo admiro mucho el trabajo de Sofía Ariza en la parte periodística evidenciando la importancia del trabajo de las mujeres en la cultura. Es necesario ver a una mujer con la misma posición del Arkeólogo. Eso hace que la cultura crezca. Porque si no, entonces, ¿vamos a seguir siendo los mismos siempre? No se puede. Ahorita está saliendo mucho pelado que rapea y lo hace muy bien. Un ejemplo es Fiallo, y es un pelado que viene de una realidad muy dura. Y es un pelado que es el futuro. Lo que escribe y la manera en la que escribe no hay nadie igual.
Y hablando de tu más reciente trabajo, STREET RICO, Vol.1, ¿cómo es para ti oscilar entre esos sonidos que si bien son del mismo género, son vibras diferentes, entre un rap más fundamental y un club rap muy reggaetonero?
Parce, yo cuando hago música, te entrego una parte de mí. Soy de la escuela de Jay-Z, Eminem, Kanye. Siempre busco una evolución en mi música. Una evolución en el sentido de partir de algo y llevarlo a un nuevo nivel. Aunque tengo muy claro que yo no me he inventado nada. Con “STREET RICO”, quise hacer algo como lo hizo 50 Cent, volver a llevar el Hip Hop a la fiesta como en sus inicios. Quise hacer un álbum que lo pueda escuchar el bandido, pero también se pueda bailar y prender una fiesta acá en Latinoamérica. Para mí, estas nuevas aproximaciones del rap son importantes porque permiten dar a conocer la música que nosotros hacemos. Un ejemplo es cuando Mañas-RuFino sacó el tema con Feid. El man tiró sus dieciséis barras sobre una base de reggaetón. Obviamente, la gente lo criticó mucho porque ajá. Pero para mí eso tiene más valor porque permite crecer la escena. Igual, yo también vengo de ahí y con eso, quise entregarle a la gente un sonido más que un boom bap.
¿Fue un cambio diferente la ejecución de SUNSET en comparación con la de STREET RICO?
Yo hice algo parecido a lo que hice con “SUNSET”, quise unir todos esos matices que me gustan y transformarla en una canción que represente lo que siento. Es un disco que puede sonar mainstream, pero siempre mi idea fue hacer un disco que lo pueda escuchar un rapero o un reggaetonero y que a ambos les pueda gustar igual. “STREET RICO” me gusta porque elimina las fronteras entre dos géneros que, en mi opinión, se complementan muy bien.
De todas maneras, se puede inferir que mezclar rap con reggaeton puede ser una combinación que genera ruido para los “fundamentalistas” del Hip Hop…
Obviamente, es algo que choca, pero yo lo entiendo. Hace unos años, el reggaetón era muy marginal. Tipo el reggaetón que hacían Daddy Yankee, Vico C, Tego Calderón… ellos eran raperos que hacían reggaeton. Yo siento que en este momento son dos mundos muy diferentes. Porque en el reggaetón se habla de lo que ellos viven y en el rap es similar. Aunque, tienen puntos de vista muy diferentes de ver la vida, obviamente. No es lo mismo que un rapero te diga, “yo he sufrido mucho para llegar hasta donde estoy”, a decir “no, papi, es que yo compro Gucci”, son vibras muy diferentes.
Y hablando de Tego, es una figura muy presente en el disco.
Tego Calderón representa muy bien ese matiz que yo quería dar de rapear muy bien y meterle muy duro a la sazón del reggaetón. Él es una persona muy icónica con su acento boricua y me ayudó mucho de inspiración. Cuando yo estaba haciendo el diggin’ para el disco, me encontré con muchos temas dosmileros de Tego que mucha gente no conoce y por eso lo tengo tanto de referencia en el disco.