Bollywood es una de las mayores industrias cinematográficas del planeta y Bappi Lahiri es uno de sus musicalizadores preferenciales. Tiene una montaña de bandas sonoras y entre ellas destaca la de “Disco Dancer”, icónico film indio que batió varios records de taquilla en el país. La fiebre de películas con temática disco a fines de los 70s tuvo un éxito histórico y, no demasiado tarde, apareció esta. Cuenta la historia de un niño pobre con un gran talento musical que lo termina llevando a la cima de la popularidad, lo que conlleva un enfrentamiento con la anterior estrella, un lacra hijo de un magnate que encima, en la infancia de nuestro protagonista, lo había humillado a él y su madre. Luego nuestro campeón se enamora de la que es hermana e hija de los dos antagonistas. Una ensalada emocional que expresa los conflictos de clase que hay en India y todo el tercer mundo.
Toda la intensidad de “Disco Dancer” es acompañada con composiciones de Bappi Lahiri interpretadas por distintos músicos y suena fascinante. No se qué aparatos e instrumentos se utilizaron, pero tienen una sonoridad muy peculiar que lo hace tremendamente exótico e hipnotizante para los que desconocemos la cultura de esa parte del planeta. Los ritmos mecanizados que reconocemos del eurodisco acá están mucho mejor envejecidos, para nada monótonos y con unos sintes que bordean lo epiléptico. El soundtrack tiene muchos méritos más allá de su rareza y las maquinarias utilizadas, escuchándolo es fácil sorprenderse cantando estribillos que van por lados muy distintos que los Occidentales mainstream, además de por supuesto siquiera sospechar qué significan los fonemas. Los reto a escuchar un par de veces ‘Ae Oh Aa Zara Mudke’ o ‘Jimmy Jimmy Jimmy Aaja’ y no terminar como corista.
A este álbum llegué por lo curioso y me quedé por la genuinamente genial que es.