Tras un hiatus embebido en perderse de lleno en las vicisitudes de la ciudad porteña en la que habito, retornamos a nuestras crónicas lucumitanas trip hoperas. En esta entrega, abandonamos de lleno la ciudad de Bristol, junto a sus puertos misteriosos y sus entrepisos mugrosos. Seguimos en los años 90, pero ahora nos vamos a Nueva York. Dentro de aquella metrópolis de pura mezcolanza salsera, hip-hopera y jazzera, al mismo tiempo que Beth Gibbons gritaba por encontrar una razón para ser una mujer, Miho Hatori y Yuka Honda, dos jóvenes japonesas interesadas en el arte, fundaron un grupo llamado Cibo Matto, cuya traducción del italiano es “comida loca”.
Aunque el abordaje del grupo al trip hop es bastante diferente al de sus artistas más icónicos, dado que bebe menos de los aspectos lúgubres de la ciudad o de la suciedad de los antros, Cibo Matto es tal vez uno de los proyectos que más exhibe esta diversidad que puede tener el género. No solo es un proyecto de dos japonesas radicadas en Nueva York, que poco y nada que ver tuvieron con el génesis del sonido, sino que también apelan a alegorías extrañas, unas que muchos podemos comprender cuando nos invadimos de la mixtura de conceptos que una ciudad esconde.
La fundación del grupo es bastante peculiar. Aunque no sabemos exactamente cuándo nacieron las dos fundadoras, sabemos que son oriundas de Tokio. Yuka vivió en Alemania, Dinamarca y Francia antes de establecerse en Nueva York, mientras que Miho trabajó en una tienda de discos en la capital nipona, donde estuvo expuesta a diferentes géneros musicales. Yuka llegó a NY en 1986, y participó de algunas agrupaciones musicales (The Flaming Hoops, Jazz Passengers, Rhythm Method y Brooklyn Funk Essentials, por mencionar distintos proyectos que van desde el jazz hasta el Hip Hop). Por su parte, Miho llegó a la ciudad en 1993 a estudiar arte. Ambas se conocieron siendo parte de una banda de punk llamada Leitoh Lychee, de la cual existe muy poca información. Se sospecha que uno de los motivos de Miho para unirse a este grupo era simplemente para hacer los flyers. Esta agrupación no duraría demasiado, pues al año siguiente juntas fundaron Cibo Matto. La capacidad multi-instrumental de Honda más los tópicos particulares de las letras de Hatori (comida y amor) llamaron la atención de Warner, quien las firmó al poco tiempo de que empezaran a tocar.
Su debut “Viva la Woman!” es un proyecto que evidencia esta variedad de influencias citadinas y sonoras que las dos japonesas acarreaban, además de que abraza por completo las sensaciones que a una (énfasis en el femenino del pronombre) le pueden generar las comidas. Y no tan solo el acto de devorar alimentos, sino también de consumir, ser comida y entender las múltiples sensaciones detrás del verbo “comer”. Todo esto expresado en un inglés agudo con un fuerte acento japonés por parte de Miho (quien además, fue la primera voz de Noodle en Gorillaz, banda muy influida por el trip hop en sus comienzos), que porta un nivel de irreverencia admirable durante buena parte del disco. Véase su énfasis en decir que uno tiene que “conocer su pollo” si camina por las calles de Nueva York o su manera de describir una bizarra escena que involucra a la carne seca:
My weight is three-hundred pounds
My favorite is beef jerky
I’m a vagabond, I’m a vagabond
My mom says, «You are kinky»
Who cares? I don’t care
A horse’s ass is better than yours
Peso trescientas libras
Mi comida favorita es la carne seca
Soy un vagabundo, soy un vagabundo
Mi madre dice “tu eres perverso”
¿A quién le importa? A mi no
El culo de un caballo es mejor que el tuyo
Beef Jerky
Este tipo de insulto llama bastante la atención, no solo por lo extremo que es y cómo contrasta con las percusiones lentas de Yuka, sino también por la manera en la que es expresado. Las imágenes evocadas en este tema y en ‘Know Your Chicken’ rompen por completo con la sutileza y la belleza melancólica que uno suele asociar al trip hop, entregándonos un pastiche sonoro humorístico y, a primera escucha, hasta confuso. O mínimo a mi me lo resultó, la primera vez que vi el videoclip, mientras me nutría con comida japonesa en Ciudad de México.
Tanto el video como la canción son la prueba clara de como el trip hop es un género de mezcolanza citadina, y tal vez este sea el caso el que más se lleva esto al extremo. Mientras Miho habla como en una calle de Brooklyn se venden pollos de colores (una práctica que hoy en día es considerada maltrato animal, pero que fue muy común durante la tardía Era Showa1 de Japón, tiempos en los que tanto Miho como Yuka vivieron allí), oímos una instrumental bien trip-hopera (pero también, boom bapera), con un groove que no tiene nada que envidiarle a temas de “Blue Lines”. Esta mezcolanza nos muestra muy claramente, no solo el ambiente neoyorkino que supuso la creación de este disco, sino también la ridícula variedad de influencias que Yuka y Miho agarran para hacer el trip hop completamente suyo.
Sin embargo, aunque tenemos otras imágenes de irreverencia absoluta (‘Birthday Cake’ es la más notoria, en la que Miho grita como una desaforada que “no hay bon-appetit” y “su amor es muy dulce”), la belleza también es parte fundamental de este disco. La mayor eminencia de esto es ‘Sugar Water’, indiscutido hit del álbum, que cuenta con un video dirigido por Michel Gondry. Tanto allí como en el hermoso delivery vocal de Miho, podemos ver imágenes que parecen llevarnos al concreto sudoroso y humedecido de los edificios enormes de Manhattan, y a esas calles próximas a la desembocadura del Río Hudson, en dónde uno puede perderse durante horas, si así lo desea.
I’m on a concrete way
The wind is blowing to the north-northwest
It smells like sands of the southern island
When a black cat crosses my path
A woman in the moon is singing to the earth
Estoy en un camino de hormigón
El viento sopla hacia el norte-noroeste
Huele como las arenas de la isla del sur
Cuando un gato negro se cruza en mi camino
Una mujer en la luna canta a la tierra
Sugar Water
Como ya se mencionó, la comida en este disco adquiere diferentes matices. En ‘Apple’, la apertura, se habla sobre las sensaciones que puede generar que se caiga una manzana de un árbol. La más extraña de todas, es escuchar un llanto de una mujer, para después sentir la dulzura de sus lágrimas. En ‘White Pepper Ice Cream’ también se alude a la disonancia que generan los sabores, donde Miho parece perderse entre lo dulce y lo picante. Tal vez esté un poco abrumada con la sobreoferta gastronómica de la ciudad. Esta, con el paso del tiempo se ha exacerbado, pues hoy va desde crumble cookies virales cargadas de azúcares o un kim-chi empapado en vinagre en medio del Koreatown de Manhattan. Esa confusión sobre estos sabores tan intensos, esconde un tinte más ominoso detrás, sobre todo en la última parte de la canción.
We run away from…
It’s all the same to me
In the puzzle
Huimos de…
Para mí es lo mismo
En el rompecabezas
White Pepper Ice Cream
¿De qué huye? ¿Y de qué rompecabezas habla? El disco nunca es muy claro, pero desde mi interpretación, tiene algo que ver con las sensaciones extrañas que Miho vivió en la ciudad de Nueva York y en su vida. Por ahí es el excesivo olor a marihuana que muchos turistas dicen sentir allí, la polución constante o la ceguera que genera pasear por Times Square. O puede ser algo mucho más escondido, que comanda a Nueva York para que esta funcione como una gran metrópolis del mundo y nunca duerma. Esas sensaciones están exacerbadas en ‘Theme’, la canción más larga del disco. Mientras escuchamos las cuerdas y percusiones ambientales de Yuka, Miho describe lo que parece ser un encuentro sexual. Aquí hay de todo, desde ambigüedad vocal, gemidos y un viento jazzero hasta a una percusión de bombos que cambia a unos sintes futuristas luego de que Miho grite “HIT ME!” y lo que parecen ser marimbas lúgubres. También, lo que se comenta cambia mucho desde el encuentro de una mujer con un hombre en un café de Milán, las sensaciones fuertes implicadas detrás de desear que te golpeen y querer que te quemen el cuerpo, para luego cerrar el tema con unos versos en francés susurrados, en dónde el deseo de ser comida pasa al primer plano:
Pour ce savoir
Les saucisses
Les saumons
Pour ce savoir
La langue du veau
Les asperges
Le maïs
[…]
Bonne qualité
Pour notre dernier souverain
Tu vois
Tu vois c’est
Un invite à vous
C’est un invite à vous
Para saberlo
Las salchichas
El salmón
Para saberlo
La lengua del ternero
Los espárragos
El maíz
[…]
Buena calidad.
Para nuestro último soberano.
Verás…
Verás que es…
Una invitación para ti
Theme
Es evidente, que este disco esconde mucho más que simple comida. Hasta es una fachada, la aproximación más obvia que podemos tener a un proyecto de dos japonesas con una creatividad inconmensurable que buscaban hacer un arte único, bajo los distintos paraguas que a ellas les interesan. Aunque vemos un abordaje profundo hacia y, sobre todo, el misterio agobiante detrás de vivir en una ciudad tan extensa y abarcativa como Nueva York, esta semiótica alimenticia primordial hizo que, en ocasiones, el arte de Yuka y Miho no fuera tomado en serio:
“La gente pensaba que éramos una banda efectista, pero nosotros nos lo tomábamos muy en serio. Nos encanta la comida y toda la filosofía que la rodea. Es increíble que comamos; introducimos este objeto extraño en nuestro cuerpo, lo masticamos y se convierte en parte de nosotros. Pensamos en la comida de una forma más filosófica. De alguna manera, creo que fuimos ingenuas al pensar que mucha gente podría identificarse con esto. No es que ya no nos interese la comida o que no creamos tanto en ella, pero definitivamente tenemos un fuerte deseo de comunicarnos con un público más amplio”.
Yuka Honda en una entrevista para Metroactive Music, en el contexto de la salida de “Stereo Type A”, su segundo disco.
Considerando el lenguaje empleado por ellas en sus videos, por desgracia, no resulta sorpresivo que muchas personas hayan caído en la trampa de tomar todo como un gran chiste, aunque acabamos de comprobar todo lo contrario. Su capacidad artística hasta fue reconocida por Yoko Ono, quien posiblemente sea una de las artistas más injustamente bastardeadas en la historia de la música popular de Occidente, solo por ser “novia de” un artista como John Lennon. Yuka misma tal vez, para muchas personas, haya sido conocida por haber sido la novia de Sean Lennon, quien se unió a Cibo Matto junto a Timo Ellis y Duma Love para la grabación de “Stereo Type A”. Aunque ese disco no es objeto de esta reseña, destacamos que en ese hermoso proyecto la feminidad no desaparece y, menos aun, la variedad neoyorkina.
Por otra parte, me atrevo a decir que es fundamental que un disco como este exista, pues en él, dos mujeres deciden utilizar sus variadas influencias para hablar de todo lo que implica comer. Además, el hecho de que ambas son japonesas, uno de los países con más desórdenes alimenticios del mundo, pondera aún más la importancia de esta obra y del lenguaje que emplea. Es una oda a la diversidad de sentimientos, y sobre todo, al valor fundamental que la comida tiene en todos los humanos que habitan la tierra, tanto en los rincones de las ciudades como en los campos alejados del humo trip hopero.
“[…] La comida es una gran metáfora, porque todo el mundo come. Todo el mundo conoce la sensación de tener hambre durante cinco horas y comer algún tipo de comida basura que sabe increíblemente bien. Es una experiencia común.”
-Yuka Honda para LATimes, 1996
Como amante fervorosa de la comida y de todas las alegrías que ella me genera, los invito a que sigan comiendo y se dejen llevar por todas sus sensaciones. Sobre todo a cualquier chica que está leyendo esto, procedo a gritar igual que Miho en Birthday Cake ¡COMAN CHICAS, DEJENSE COMER Y COMAN!
1La Era Showa fue la época de mandato del Emperador Hirohito (1929 a 1989). Esta se caracterizó por el ascenso del ultranacionalismo que llevó a Japón a ser una de las potencias beligerantes en el lado del Eje en la Segunda Guerra Mundial. Tras la guerra, el país sería ocupado siete años por Estados Unidos y llevaría reformas económicas a gran escala, además de que ocurriría un apogeo en la producción del cine y el anime. Esta tuvo su pico a fines de los setenta y los ochenta, décadas que Yuka y Miho experimentaron de primera mano.
Fuentes:
https://www.metrosiliconvalley.com/papers/metro/06.10.99/cibomatto-9923.html
https://brown.uk.com/eatingdisorders/chisua.pdf
https://www.latimes.com/archives/la-xpm-1996-05-05-ca-570-story.html
https://www.vice.com/en/article/cibo-matto-talk-about-mother-fucking-nature/https://es.wikipedia.org/wiki/Pollitos_pintados







