En la colina, alejado de la lucha, espera el amor

Después de varios años de sencillos y un EP, llegó el debut de Maruja, la mayor promesa del rock inglés. “Pain to Power” persiste en la idea de que, sin importar las adversidades, hemos de hallar el amor como combustible.

A mitad de la década que inició en 2020, el mundo parece sumergirse más y más en una densa melaza que ahoga y restringe. Estar al tanto del día a día supone un desgaste emocional; se averigua cómo el odio conduce al mundo, los líderes más poderosos son señores emocionales cegados por ideas burdas que envenenan a sus seguidores, aquellos alérgicos al cuestionamiento. La violencia, crueldad, indiferencia y falta de empatía inundan los cristalinos del globo y poco se puede hacer ante ello. La resistencia, que siempre ha sido una acción que requiere dureza y soporte, ahora implica no sólo aguantar su peso, sino la inseguridad de sobre qué superficie yacen los pies que nos sostienen. Es fácil olvidar por qué seguimos adelante y añoramos un mejor futuro, pero como un relámpago que abre el nuboso cielo, el arte puede recordarnos tal motivo.

Después de varios años soltando esporádicamente sencillos, la banda inglesa Maruja lanzó su álbum debut: “Pain To Power”, una compilación de lo mejor de la agrupación, ahora con una carga lírica mucho más pesada que se entremezcla con una propuesta musical movilizadora, y simultáneamente, se amplifica en sí con la fuerza poética de la protesta, la resistencia, la lucha y el amor.

Perteneciente a la escena Windmill, Maruja acarrea con su errática influencia del post-punk y aquella forma de cantar que enfatiza en el acento británico, lo que roza en la hablada o rapeada de las letras. El añadido extra está en una pesadez melódica; opuesto a otras bandas de la escena, Maruja se aproxima a patrones de batería similares a los del blackgaze, riffs repetitivos y abrasivos a lo Swans y una estética oscura. Sumándose a la reciente corriente de incorporar metales aireados en ritmos post, la agrupación haya espacio para un saxofón que brinda estructura a las piezas completas. Es con este elemento que se permiten explorar las texturas y atmósferas prolongadas y pacientes inspiradas en el post-rock. 

Su naturaleza musical le otorga una cualidad catártica. Como un buen homenaje a las piezas largas, Maruja abraza los crescendos y clímax como parte de su estructura, los cuales se toman su tiempo para existir, desarrollarse y soltarse en un remolino sonoro que destruye lo planteado antes de. Sin embargo, al poner énfasis en las líricas –lo que en sus sencillos no era tan presente–, tales liberaciones se acompañan con mensajes de lucha. La línea discursiva de “Pain to Power” yace en la persistencia por un mejor mundo, lo que se representa con alusiones a la protesta y la rebelión, pero en un destello de autoconciencia, el trabajo reconoce las dificultades de mantenerse firme cuando el mundo más oscurece. En ‘Look Down On Us’, a través de una muy agresiva melodía que recuerda al calor de la pelea y la furia de ver las injusticias, poco a poco se construye la liberación de tales emociones, lo que cae como cauce en la repetición de “sé el doble de grande que el mar, por tus hijos e hijas”. En la canción de cierre, ‘Reconcile’, se recurre a la misma idea de soltar pacíficamente todo en una culminación que comunica que “recemos por amor” y “no tengamos miedo”.

El juego de contrastes a lo largo de “Pain to Powerva sobre las dificultades de la intransigencia, que ser renuente puede costarnos mucho, que habrá que librar batallas, resistir golpes y llorar, que dolerá y hará enojar, pero que en la colina, por encima de todo y alejado de la pelea, hay un amor que funge como un faro hacia el cuál tal protesta debe apuntar. El mensaje está en soportar las complicaciones de un futuro incierto donde los humanos cada vez son menos compasivos, pero a eso se le añade el duelo interno entre mantenerse a flote o ceder a la crueldad, perder la chispa de la verdad y la comunidad o cerrarse ante los demás, hacer oídos sordos y ojos ciegos, ignorar los problemas y caer en el egoísmo. Maruja lo sabe, por eso el álbum no es, ni enteramente agresivo y oscuro, ni enteramente bello y motivador. Al mismo tiempo se reconoce que, como cualquier lucha, habrá momentos de fuego incontrolable y otros de abrazos cálidos y lágrimas felices.Para ser el primer trabajo completo de la banda, han dejado caer un disco sólido, con un mensaje pertinente y necesario en demasía. Maruja se define a sí misma a lo largo del proyecto, su identidad y estilo está más que claro, y si bien puede presentar elementos señalables, como una posible saturación arpegios en el saxofón, por decir algo, sigue siendo un álbum debut, solo que en este caso es uno que ya sorprende desde el inicio. En cualquier caso, “Pain to Power” puede ser una chispa, un flashazo que alumbra la ceguera que el estrés y la ansiedad que el mundo moderno causa, un recordatorio de que la resistencia debe prevalecer y que los humanos, solo nos tenemos a nosotros, y por nosotros habremos de seguir.

Te puede interesar