Reseñas

Illya Kuryaki & The Valderramas – Leche

Los Illya Kuryaki siempre hicieron música caliente. Variaron entre rap, rock pesado, funk y R&B, pero con el calor como constante. El espesor del aire desértico en «Horno Para Calentar Mares» o el rocío evaporado sobre el cemento metropolitano en sus canciones de protesta. Esto también se relaciona con los territorios en los que se inspiraban, por ejemplo el Chaco, Corrientes y Santiago del Estero, zonas norteñas poco pobladas, lejos de la capital argentina. Ciudades con clima extra-seco y la población mas vulnerada del país, que por un lado servían a un imaginario exótico y por el otro a un reclamo social por quienes son la última prioridad del gobierno nacional.

«Leche» es el álbum más funky del dúo y es probablemente el disco argentino que mejor entendió y representó ese anexo de la música afro. El sol abrasador de los discos anteriores ya no es el protagonista, pero el calor sigue derritiendo todo en un escenario de noche veraniega. Un álbum tocado y compuesto con una creatividad que nunca cansa. Además del funk-rap tiene sus momentos de suavidad R&B como ‘¿De Qué Me Hablas?‘ y ‘Joya + Guinda + Fuego‘, canciones temperamentales que rozan el cock rock como ‘Wacho‘ y ‘Apocalipsis Wow‘, pero todas con su toque de fusión incatalogable.

Dante Spinetta había heredado de su padre el erotismo musical, y con Emmanuel Horvilleur lo asalvajaron. «Leche» es un disco sudoríparo que encuentra satisfacción en los movimientos primitivos de los cuerpos, tanto en el sexo como en el baile.

Como una energía cósmica Bootsy Collins aparece sobre el «final» del disco para certificarlo como poseedor del funk y, por ende, infinito. Keep the funk alive.