La leyenda cuenta que Javier Martínez muchas veces, caminando solo por la calle, empezaba a los gritos para encontrar en su garganta eso que tenían los blueseros originales. El hallazgo fue una voz cavernosa que tronó en el debut de Manal, la segunda obra maestra del rock argentino. Al pinchar la aguja en la bomba sigue aturdiendo la grela de un power trío milagroso. El baterista, Javier, draga el espíritu de Buenos Aires, su puerto, sus márgenes, sus jóvenes, y lo convierte en un puño. Nadie volvió a resumir esa ciudad en blues.
¿Cómo hacer soul argentino? Es una pregunta que todavía no tiene una respuesta directa y probablemente no la vaya a tener. Se busca hace décadas, casi siempre de forma rudimentaria, muchas veces cantando en inglés y otras tanta eligiendo cuidadosamente cada palabra para que la fonética sea lo más cercana posible. A diferencia de esa fórmula perfecta e irrepetible que apareció en «Manal» para el blues argentino, el soul de acá se ha expresado en excepciones sin poder formar una escena propia. Algo que hace años parece a punto de cambiar y quizás llega el momento de darnos cuenta de que ya pasó.
Tomás Cervi en Revista Soja nombra un conjunto de proyectos como «groove argentino». Estos se mueven entre el funk, el NeoSoul y el jazz priorizando el swing. No es sorpresa que exista algo así, si Nafta, la punta de lanza, el año pasado hizo al hilo dos Movistar Arena (recinto con capacidad para quince mil personas) y Ca7riel y Paco Amoroso se prenden a esos colores después del éxito global de su Tiny Desk Concert. El resto de la movida no tiene esa convocatoria (aunque el público de Vinocio no para de crecer), pero no se trata de eso. Hay una red protagonizada por el Colectivo Obligado y el multiverso Militantes del Clímax–Nafta–An Espil-Abril Olivera-Sophie Sobral, que se enriquece con nombres como Crewrod y Ekathé. A ese ecosistema se le suma el cantante y multiinstrumentista Shakya por partida doble: trae uno de los mejores discos de soul que se hicieron en el país y trae la conexión que le falta a ese circuito con la escena de Hip Hop, que puede ser su mayor aliada.
Desde ya se puede adelantar que, si el mundillo del groove argentino va a tener una discusión interna, va a estar relacionada entre la diferencia de mood y feeling. Entre quienes buscan una atmósfera cómoda para música de fondo sofisticada y quienes se comprometen con la expresión y la historia de la música afroamericana. Shakya pertenece al último bando y su disciplina viene del rap, por lo que su figura se enarbola en la anómala cronología de Illya Kuryaki & The Valderramas y Militantes del Clímax. Si queremos un anacronismo más puntual, Shakya ahora tiene algo fuerte de Nico Cota en «The Solo«.
«Honestamente» es heredero del NeoSoul de D’Angelo y todos los Soulquarians. En cada compás se notan las horas de estudio y de studio. Los arreglos remiten a grandes luminarias del Hip Hop de la West Coast y el soul setentero, inspiraciones que le proporcionan recursos variadísimos. Y su fuerza no se queda ahí, Marcos Raijer llega a este disco con mucho para decir. «No saben de no justice, no peace / Solo fuck the police» se anima a complejizar en ‘Huey P. Newton‘, un track donde dispara contra la haraganería intelectual y las agencias que promovieron golpes de estado en Latinoamérica así como el asesinato a los líderes de las Panteras Negras. Al siguiente la cosama se pone smooth para ‘Tu Piel‘, balada para mayores de dieciocho, y al hilo le sigue ‘Rush Hour‘ con Guiyo, donde se cancherea grooves con actitud rapera.
Sencillo no lo quiero
Rush Hour
‘Cerrá el orto‘ es una expresión propia de lo rioplatense, lo es por el verbo en imperativo y el lunfardo «orto», pero también por su temperamento y carácter. Lo argentino no entra a «Honestamente» con un bandoneón acartonado de caricatura ni con una exageración de los yeites que conocemos todos, sino a través de la transparencia de las emociones cotidianas. «Loco, me estás bicicleteando» reclama en la apertura, un tema donde se la pudre a los que no pagan lo que deben. Con la misma aspereza se dirige a los músicos que roban un estilo entero y a los negacionistas de los 30 mil desaparecidos. Y de la misma manera le pone todo el sentimiento a corear con Kiki Victoria y Ultravioleta en esa declaración de amor a Buenos Aires que es ‘To Live and To Die in B.A‘. Ahí está su país, no por chauvinismo, sino por identidad.

Fotografías: Frankie the Fish.
De 4 Life Lp a Honestamente pasaron varios años. Ahora se te nota más suelto con tu voz y en general con muchos más recursos musicales. ¿Cómo cultivaste esa evolución musical durante todo ese tiempo?
Desde chico que toco instrumentos, pero en esa etapa tuve la fortuna de entrar al Manuel de Falla, uno de los mejores conservatorios públicos de Buenos Aires, y oficializar un poco mi conocimiento. Lo que aprendía de teoría, llegaba a mi casa y lo aplicaba en discos de Marvin Gaye y los estudiaba en profundidad. Después pasé por una tecnicatura en sonido. “Honestamente” está íntegramente trabajado por mí, desde la composición hasta la mezcla, salvo el mastering que hizo mi primo Juan Huici. El único proceso que solté fue en familia.
En el álbum llegó la versión definitiva de tu cover de Really Love, contame de tu relación con la música de D’Angelo.
A D’Angelo lo descubrí de absoluto pedo en la secundaria. Yo era el único pibito de la Falcone con ropa Baller 3ple XL y estaba fanatizado con la música de Dr. Dre, que se me hacía muy musical para ser tan rapera, y con Marvin Gaye, super romanticón y groovero. Esos contrastes me encantaron, y esa fué mi búsqueda desde entonces. Una compañera estaba escuchando con el celular un tema de “Voodoo” y recuerdo haberme dicho «¡Es esto! Ya existe este sonido que tengo en la cabeza». Lo mismo me pasó con “Malibú” de Anderson Paak. A partir de ahí no dejé de estudiarlos nunca, para tomar de ahí y hacerlo propio.
A principios de este año salió Ivyn Smokin’ con Delni OnDaSpot. Es un proyecto que entiendo que hicieron en pocos meses, apoyados en la espontaneidad y la frescura de jammear. Más allá de que sea solista, ¿qué diferencias tuvo el proceso de Honestamente?
En principio que mi disco solista me costó cuatro años y que la visión de la persona que tenía que seguir era la mía propia, mi juez, mi productor y mi técnico. Más allá de que el objetivo principal siempre es dar lo mejor en cada proyecto, en un proyecto como el de Delni, era una sensación constante de despojo y libertad cada decisión creativa, además de que la temática es divertida, y eso hacía que el proceso tenga muchas carcajadas.
“Honestamente” fue una manera de crecer como persona, encontrarme conmigo mismo y definir aún más qué relación tiene Marcos con Shakya.
En tu trayectoria es cada vez más explícita la intención de, si se quiere, argentinizar el Neo-Soul. ¿Cómo crees que se puede lograr eso sin caer en un cambalache forzado?
Los argentinos tenemos un lenguaje riquísimo en expresiones que todavía seguimos utilizando y de las cuales nos vamos reapropiando siempre. Yo creo que la clave está en expresarse en las letras lo más parecido a como uno se expresa en la cotidianeidad. Ojo, es una de muchas formas. Es como el meme que anda circulando de “Cómo se escuchan rapear los yanquis a sí mismos”, donde te ponen una voz mexicana traduciendo una letra de Snoop Dogg. Justamente el chiste es que la letra es una boludez, es algo super cotidiano de alguna vivencia. Otra cosa es la capacidad de poder exponer imágenes con las frases, eso “Argentiniza” mucho la expresión, de algo que no necesariamente es super argentino en lo verbal, pero sí en lo expresivo. Por ejemplo hay un tango que se llama ‘Desencuentro’ que empieza diciendo “Estás desorientao’ / Y no sabes qué trole hay que tomar”; esa poética de relacionar estar perdido emocionalmente con no encontrar una parada de colectivo es argentinísima.
Hay muchos proyectos ahora, más que nada en Europa, que toman la música negra como un accesorio aesthetic para hacer algo medio cool. Claramente hay una distancia entre eso y tu obra, pero por qué crees que, aun siendo músicos igualmente ajenos a la historia de la comunidad negra en Estados Unidos y su cultura, algunos falsean el funk y otros no.
La diferencia es dónde tenés tu corazón. Mi corazón está puesto en el Hip Hop, pero porque para mi el Hip Hop es, en principio, una cultura universal, adaptable a cualquier contexto, y segundo, el Hip Hop es una síntesis de todos los movimientos musicales negros y latinos en un núcleo de expresión popular. Entonces, no es lo mismo sentirse abrigado por un movimiento, sentir que formás parte de un espacio que tiene la capacidad de generar representatividad, que ser amigo de un sonido que te puede brindar muchos fanes que lo escuchan pasivamente, quizás porque no tuvieron la oportunidad de encontrar cómo nació todo eso y por qué. Pero el Hip Hop está en todos lados, en el pantalón baggy de cualquier persona y en la estructura funkera de la instrumental de una banda jazz-funk argentina contemporánea. Uno elige buscar la raíz o no.
En 4 Life Lp te apoyaste mucho en letras políticamente muy directas, mientras que acá eso aparece más matizado y en más formas, a través de la identidad, el politiqueo de las relaciones laborales y así. ¿Con qué crees que tuvo que ver este cambio?
Antes hablaba desde la bronca y la indignación y a veces eso fuerza una representatividad que no existe. Decidí hablar desde una expresión individual más madura, sin dejar de expresar mi noción colectiva del pensamiento político. Intenté hablar como un hermano mayor que no te quiere decir a vos lo que tenes que hacer porque sabe que no le vas a dar pelota, sino sentarme con el oyente y contarle mi experiencia, esperando quizás que se siente representado en algo.
En Honestamente aparece un orgullo latino lamentablemente atípico en Argentina. También aprovechás para pegarle a “El modelo latino que cae bien en Los Ángeles”. ¿Por qué crees que en nuestro país tenemos una relación tan convulsa con nuestra identidad regional?
Yo creo que Argentina tiene la particularidad de tener vigente una puja de poder y una fuerza política popular que en muchos países ya se dió por perdida. Esos países, como Puerto Rico, empiezan a adoptar pasivamente la cultura dominante e igual de pasivamente rechazar sus raíces. Argentina históricamente tuvo movimientos estudiantiles y obreros importantísimos, que llegaron a marcar puntos de inflexión, a orientar y a desviar políticas en el país.
Pero para no irme a la mierda, creo que es por la famosa grieta, cuando nace el antiperonismo. Creo que nuestra relación tan convulsa es que hay una parte muy clara de la población que no reconoce un genocidio de 30 mil personas en su mayoría estudiantes y obreros, que no reconoce un bombardeo a Plaza de Mayo como algo aborrecible, ni la estatización de la universidad como algo positivo, entre otras cosas. Y gente que sí, y que eso forma parte de su identidad. Entonces lamentablemente muchos artistas,sin siquiera saber profundamente por qué, creo que piensan mucho antes de hacer algo, y el camino fácil está en entretener y no ser crítico. Yo personalmente no puedo, yo soy un hinchapelotas y un apasionado de la historia y de la política de mi país.
No todos los raperos en Argentina están acostumbrados a subirse a un disco de estas características. ¿Qué tienen Faka, Norman, Ralph Rolon y Nuncafácil para que los hayas invitado al proyecto?
Son mis amigos. Las circunstancias de la vida me rodearon de gente talentosísima y melómana. Los conozco hace mil años. Ralph es un amigo de la primaria. Siempre cuento que teníamos ocho años, él escuchaba 50 Cent y yo Eminem.
En To Live and To Die in B.A soltás “Con Dante escuchando Chaco”. Quería saber quiénes te representan si hablamos de R&B, soul y aledaños en Argentina.
Los Abuelos de la Nada, a mi entender lo más parecido a una banda de soul argentina, y el Flaco, por la capacidad de absorber influencias y fusionar. “Para los Árboles” es uno de mis discos favoritos y gran influencia para “Honestamente”. Y Dante, porque creo que es el único que entiende a estos géneros que mencionás como fragmentos de la música absorbidos por el Hip Hop, así y todo rechazadísimo por movimientos más nuevos, es de los grandes precursores. Y por supuesto mi hermano Delni es quien me representa más directamente.
Tomás la decisión particular de cerrar el disco con una instrumental conectada a la intro de 4 Life Lp. Quiero saber qué significa esa pista para vos y porqué le diste ese lugar.
Me quedé con ganas de que la puedan escuchar por completo y no solo los primeros cuarenta segundos que es lo que pasa en “4 Life”. Fue una de las últimas decisiones. En principio es una de las primeras canciones que hice enfocada en tener un acercamiento a la composición para cine. Soy fan de Lalo Schifrin, que lo descubrí en “Enter the Dragon”, la icónica película de Bruce Lee. Esa canción es simplemente un tributo a él, y lo encontré como una muy buena excusa para que el público descanse y se vaya mentalmente de sus butacas del disco, para que puedan quedarse leyendo los créditos y el texto del final del álbum, y para que mi primo Francisco Huici, quien tocó el saxo, pudiera estar en el álbum.
¿Tenés algo pensado para la presentación en vivo del disco?
Es una realidad la banda, somos seis personas, y estamos cocinando a fuego lento. ¡Pero va a suceder! Va a haber teatro, vestimentas, va a haber show. El Hip Hop necesita show a esta altura.